En momentos de crisis y matanzas, en la Isla borincana la muerte se ha convertido en sinónimo de terror y tabú. Las películas, la sociedad y hasta la “tenebrosa” Noche de Brujas han horrorizado el concepto de la muerte cual si fuera un vil verdugo que viene a rendirle cuentas a los humanos. Pero, ¿qué significa la muerte para otras culturas? Precisamente el Día de los Muertos es un ejemplo de esta discrepancia cultural al ser una celebración mexicana de origen prehispánico que honra la vida de los seres queridos o muertos que ya no están en este mundo. La actividad celebrada el 1 y el 2 de noviembre coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos, y ha sido declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. “Es un suceso nacional que cada región mexicana asume con sus propias particularidades. Por ello, el Día de los Muertos se celebra de forma diferente dependiendo de las regiones. Esto se liga a que todas las culturas mesoamericanas maximizaban las deidades relacionadas con la muerte. Había muchos dioses relacionados con la muerte y con el inframundo”, indicó Eduardo Andrade Gress, Editor de Diálogo Digital y procedente de México.
Para los mexicas, mayas y hasta los aztecas el mundo de la vida y el mundo de la muerte estaban interconectados ya que para estas civilizaciones tenía el mismo sentido vivir que morir, no había el temor hacia la muerte que muchas personas poseen hoy día. Las diferentes civilizaciones tenían muchos ritos mortuorios o formas específicas de sepultar a los seres que morían a su alrededor. Con el paso de los siglos, asumiendo a México como uno de los países más católicos del mundo, estas celebraciones milenarias derivaron en lo que hoy se conoce como el Día de los Muertos. Esta celebración posee muchos componentes simbólicos que adornan esta tradición típica de la nación azteca. Entre ellos desfila el principal elemento de esta conmemoración: el altar de los muertos, considerado como un rito respetuoso a la memoria de los muertos cuyo propósito es atraer y agasajar a los espíritus. El ritual consiste en obsequiar a los difuntos que viajan desde el más allá a convivir con sus familiares sus alimentos y objetos preferidos cuando estaban con vida, con el fin de que vuelvan a gozar y revivir viejas memorias durante su breve visita. “El altar puede estar compuesto por una mesa o una serie de mesas con diferentes capas y puede ser desde una estructura humilde hasta algo majestuoso. En él se encuentran componentes importantes como las velas, fotos de los seres queridos fallecidos o de ídolos u héroes modernos que hayan fallecido, la comida preferida de la persona que se murió, frutas, licores entre otras cosas”, comentó Andrade. Además, añadió que otro de los elementos principales era el uso de papel picado o de china en una gran diversidad de colores acompañado por las “calaveritas” confeccionadas con azúcar, chocolate, amaranto, gomita, entre otros, las cuales son 100% comestibles. Estas calaveras de dulce llevan grabado el nombre del difunto en la frente y son consumidas por parientes o amigos. Pero no podemos olvidar el Pan de Muerto, un panecillo dulce espolvoreado con azúcar que se hornea imitando diferentes figuras, desde simples formas redondas –la más común- hasta cráneos, adornado con figuras del mismo pan en forma de hueso. Andrade explicó, que en esta conmemoración también existen las llamadas “calaveras” que son epitafios humorísticos de personas que constan de versos donde la muerte (personificada) bromea con personajes de la vida real, haciendo alusión sobre alguna característica peculiar de la persona en cuestión. Comúnmente, estas calaveras o rimas son dedicadas en su mayoría a personajes públicos tales como políticos y artistas en las que se habla del aludido como si hubiera fallecido. Por lo concerniente a la Isla del Encanto, Andrade comentó, “Si aquí se escribieran calaveras, tomando en cuenta el contexto actual, la composición de estas coplas giraría en torno a los problemas sociales, a las declaraciones del cantante de Calle 13, a Fortuño y los despidos masivos y hasta Santini”. Inclusive, Andrade indicó, que es una tradición que todos los periódicos y revistas que circulan el Día de los Muertos tienen calaveras políticas, de farándula e incluso deportivas. Actualmente, el Día de los Muertos en México, representa una mezcla de la devoción cristiana con las costumbres y creencias prehispánicas y se materializa en el tradicional altar-ofrenda, una de las tradiciones más mexicanas. El calendario ritual señala dos ocasiones para la llegada de los muertos el 1 y 2 noviembre. Cada una de ellas es una fiesta de alegría y evocación. Llanto o dolor no existen, pues no es motivo de tristeza la visita cordial de los difuntos. Y es que se cree que las almas de los niños regresan de visita el día primero, y las almas de los adultos regresan el día 2. Es durante este período que las familias normalmente limpian y decoran las tumbas con coloridas coronas de rosas, girasoles, entre otras, pero principalmente utilizan la flor de Cempaxóchilt o flor de 100 pétalos, las cuales se cree que tienen el poder de atraer y guiar las almas de los muertos. Su color representa la luz como los rayos del sol y al regarla en forma de camino se le indica a las almas el rumbo por el cual se le guía de vuelta a casa. Y cuentan que siempre hay alguno de la familia esperando la llegada de ellas en la puerta para demostrarle su respeto y compañía. Así como México celebra la vida y la muerte, Puerto Rico no quiere ser la excepción. Y es que la contadora de cuentos Tere Marichal ha creado un espectáculo teatral colorido y divertido titulado Sonrisa Calavera donde los niños (as) y el público en general podrá tener la experiencia de ser parte de una procesión de máscaras grandes, adornar un altar (al estilo mexicano), disfrutar de los cuentos con títeres de Sonrisa Calavera y conocer más sobre esta fiesta popular mexicana. Marichal, conocida en el mundo artístico como María Chuzema, la contadora de cuentos, presenta en su función esqueletos muy simpáticos que realizan diversas acciones en un circo mágico que celebra la vida y la muerte. La actividad promueve el conocer sobre la cultura mexicana, invita al diálogo sobre el tema de la muerte y promueve el compartir de forma divertida, adquiriendo conocimientos y entendiendo una tradición muy antigua. “Sonrisa Calavera es un montaje con máscaras y títeres en conmemoración al 2 de noviembre que es el Día de los Muertos en México con el fin de contrarrestar la celebración de Halloween en Puerto Rico donde todo es miedo y terror. Me preocupa que en Puerto Rico la muerte sea un tema tabú, cuando en otros lugares es la celebración de la vida. Es por eso que incluyo cuentos con calaveras pequeñas que le explican de una manera jocosa a los niños que el Día de los Muertos es no es una celebración de miedo sino de vida que sirve para recordar a la gente que alguna vez estuvo con nosotros”, expresó para Diálogo Digital, Marichal. La también actriz indicó que con esta actividad se establecería una estrecha relación con la población mexicana que reside en la Isla. Todos los títeres que protagonizarán la actividad que se llevará a cabo el 1 de noviembre de 2009 en el museo de la Universidad de Puerto Rico a las 4:00 p.m, fueron creados con pedazos de tela y papel que la actriz tenía guardados en la “magia” de su hogar. “No es necesario tener tantos materiales para crear una actividad cultural, y es que la gente tiene que saber que los artistas no van a dejar de crear. Siempre he pensado que la muerte trae vida, y aunque han muerto muchas cosas en momentos de crisis, la cultura para mi no va a morir nunca. Espero que los niños se diviertan mucho y entiendan la muerte desde otra perspectiva, quiero que se rían y entiendan que no deben sentir miedo. Los niños tienen derecho a conocer las tradiciones de una manera jocosa porque eso es parte de la educación multicultural”, apuntó Marichal.