La Habana, Cuba. En el tránsito desde una sociedad industrial, donde el trabajo era seguro y la negociación de conflictos entre obreros y patronos era la norma, hacia una del conocimiento, donde la precarización del empleo y la exclusión social se constituyen en parte de nuestra cotidianidad, los intelectuales tienen la obligación de producir saberes que no sólo generen capital, sino que también propendan en la justicia y la igualdad. De acuerdo al intelectual colombiano, Jesús Martín Barbero, las instituciones de educación superior deben “producir agendas de país”, es decir, conocimientos en favor del conjunto y no sólo en función de los intereses del Estado y/o las corporaciones, entidades que en muchas ocasiones han pretendido guiar los saberes por caminos estrictamente utilitarios y/o económicos. Martín Barbero, antropólogo, filósofo y semiólogo, muy conocido por sus trabajos en torno a la comunicación y a la esfera mediática contemporánea, tuvo a su cargo la Conferencia magistral en la apertura del XIII Encuentro Latinoamericano de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS) que comenzó hoy en el Palacio de Convenciones de esta ciudad. El tema central del evento es la comunicación en la sociedad del conocimiento: desafíos para la universidad. “Hoy en día la educación está en crisis, más que ninguna otra creación moderna. Experimentamos una desubicación profunda con relación a lo que están viviendo nuestras sociedades. Un ejemplo de eso está en el quiebre entre profesores y estudiantes”, señaló Martín Barbero, refiriéndose al desfase de expectativas entre ambos. En ese sentido, explicó que las instituciones educativas deben estar más cerca de lo que llamó “los saberes de la memoria”, es decir, del pueblo, y constituirse en intermediarios y legitimadores de ese conocimiento frente al Estado. Sus reflexiones en torno al rol de la educación superior en la sociedad contemporánea se ubican en el contexto de la dicotomía entre el modelo de universidad moderna, relacionada con el estado-nación decimonónico europeo y en función de los proyectos del gobierno, y el concepto de universidad autónoma, aquella que surge en las primeras décadas del siglo veinte en Estados Unidos que promovió un desplazamiento hacia los intereses privados y las necesidades del mercado laboral. “De ahí que hoy en día muchas universidades sean, sobre todo, una fábrica de conocimientos o un bazaar de títulos. Se ha pasado del conocimiento social al de la empresa. Y en el camino se ha perdido el sentido de la complejidad y la noción del conjunto”, manifestó apasionadamente Martín Barbero, quien disertó ante casi un millar de estudiantes, profesores e investigadores iberoamericanos. El académico colombiano insistió en que los universitarios deben reivindicar su rol como intelectuales públicos e impedir que la burocracia y la mediocridad afecten su desempeño en tiempos tan críticos. “La salida a la crisis está en la educación. Y los comunicadores también tienen un rol en ese proceso. Todos tienen que ser pioneros en la producción de agendas de país”, concluyó.