
Con el objetivo de tender puentes literarios entre el Caribe hispano y voltear la mirada hacia un género olvidado por la Academia, el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico fue escenario del 6 al 8 de octubre del Primer Congreso de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica del Caribe.
La iniciativa surgió en la pasada Feria del Libro de La Habana, donde los profesores Rafael Acevedo y Melanie Pérez Ortiz se expusieron a la larga tradición cubana de ciencia ficción. De ese encuentro cultural, salió la idea del congreso, en el que se reunieron escritores de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana para formar desde la literatura de la especulación una anatomía del cambio.
Entre viajes al espacio y hackers corporativos, inteligencia artificial y futuros distópicos, el Congreso que se celebró en la Facultad de Estudios Generales, contó con un nutrido público de estudiantes y profesores. "Nos dimos cuenta que en Puerto Rico existía hambre de ciencia ficción", comentó Acevedo a Diálogo. "Estábamos haciendo algo extraordinario y no nos dábamos cuenta", agregó Pérez Ortiz. "El año que viene haremos otro", precisó entusiasmado Acevedo.
Mientras que en Puerto Rico y República Dominicana se está empezando a formar una generación de escritores de ciencia ficción, Cuba cuenta con una larga tradición. El género que germinó en la década de 1960, luego del Triunfo de la Revolución, se nutrió de la producción soviética y el surgimiento de revistas, talleres y premios literarios.
El escritor cubano Leonardo Gala, para quien su autorretrato de "isla que se encierra en sí misma" no le había permitido reconocer que la tradición cubana podía ser influyente para el resto del continente, enfatizó que el Congreso ha acercado países "muy similares" por su condición de isleños. "Es gente que está metida en sí misma, reprocesando su cultura, a veces con una forma de ver el mundo desde la periferia, sin pensar que lo que hace es muy atrayente para el Centro", sostuvo el informático.
El autor de Aitana, colección de cuentos en los que explora un mundo de hackers, inteligencia artificial y corporaciones, también aludió a "una especie de descubrimiento de las posibilidades de la ciencia ficción". En esa "literatura de ideas", insistió, "se empiezan a repensar las discontinuidades de la vida diaria, tratando de ficcionalizarlas".
El Caribe como terreno fértil para la ciencia ficción
La ciencia ficción es un texto que especula a base de la relación entre los avances tecnológicos y la civilización humana. La literatura fantástica se ancla en elementos maravillosos para contarse. Ambos desarticulan el mundo, rompen su lógica, y crean universos alternos con formas propias de operar, estructurados y simbólicos. Entre las raíces mitológicas y la complejidad sociopolítica, ambos géneros avistan un terreno fértil en el Caribe.
Para Acevedo, autor de Exquisito cadáver, Puerto Rico ofrece un escenario rico para experimentar con el género. "Un dispositivo moderno como el Estado Libre Asociado es casi como la distopía, este plan hacia el futuro que fracasa", añadió el editor de La Secta de los Perros.
A esta vertiente de la distopía se unió la escritora puertorriqueña Gretchen López con su colección de cuentos Nueve. "Mi literatura mira la realidad desde mi ventana. Desde ahí se ven unas cosas que son ciencia ficción y a la vez nuestra realidad colectiva", sostuvo.
Para Gala, "no hay otra forma de abordar el día a día del cubano que no sea a través de la ciencia ficción". Para él, la historia juega en Cuba un papel protagónico: el yugo español, el afán por una independencia tardía, el traspaso de colonia y los años de Revolución. "Con esa influencia, escribir ciencia ficción, que es una escritura del cambio, es lo más natural del mundo", opinó el autor de Cuentos de Bejavel.
Mientras tanto, el escritor dominicano Odilius Vlack, engloba toda el área del Caribe como un terreno fértil para la creación, debido a su materia prima mitológica, folclórica e histórica. "Ya dimos el primer paso con el realismo mágico y lo real maravilloso. Ese mismo background se debe explotar ahora con los escritores más atrevidos de la ciencia ficción", exhortó.
La ciencia ficción desde la Academia
Vlack señaló que el Congreso es "un evento seminal en el área hispanoamericana [porque] es la primera vez que una institución académica se ocupa de dar un vistazo a la literatura de género, que tiene una relación histórica con el mundo académico de poco respeto". El autor de Crónicas de Ouróboros agregó entre risas: "que sea del Caribe hispano, casi nos convierte en la tierra media tolkiana; la fantasía reina acá".
La catedrática Pérez Ortiz coincidió en que se ha establecido un abismo entre la Academia y la ciencia ficción. "Los estudiosos de la literatura se parecen a los romanos", contó. El libro Signs Taken for Wonders de Franco Moretti explica que, al igual que los romanos en la época del Imperio diseñaban mapas donde detallaban exhaustivamente el área del Imperio y lo que quedaba afuera era tierra bárbara desconocida, los académicos dividen la producción literaria y pierden de vista un vasto mundo de posibilidades.
"[La ciencia ficción] es una tierra desconocida para la mirada académica, pero lo importante es que todo lo que se escribe es cultura, es producción cultural, codifica la realidad", añadió la gestora cultural.
Gretchen López, que ha sido maestra por doce años, criticó que a nivel escolar, existe un canon bien restringido de lecturas. "Hay poca apertura a otros textos que generen una curiosidad intelectual por parte de los estudiantes, que provoque la lectura", resaltó.
Finalmente, Pérez Ortiz habló de una crisis narrativa que con la mirada realista no se puede reflexionar. Requiere mirarla desde nuevas ópticas. "La ciencia ficción que se ocupa de hablar de tecnología y especular sobre cómo ella va a cambiar las nociones del ser humano, es un género al que hay que prestar atención con más seriedad", puntualizó.