SOBRE EL AUTOR

A través de dos micrófonos se han proferido en días recientes dos frases soeces que han consternado diferentes sectores de la Isla. En uno de los casos el micrófono parece haber amplificado no sólo el volumen y el alcance de ésta entre los escuchas, sino también su significación. Curiosamente, la otra, aunque se enunció por el mismo medio, vería reducido su alcance y mermada su enjundia. Me refiero al tan sonado “hijo’e la gran puta” que René (alias Calle 13) vertió por los micrófonos de los MTV Award Latinos, y al “such is life” vomitado por Jaime González, ex director ejecutivo del proyecto Portal del Futuro, en un foro ‘público’. La primera se podría excusar de muchas maneras. Una palabra como “hijo’e la gran puta”, que se escucha tan a diario en nuestra ‘pulcra’ Isla –tanto entre amigos como, incluso, entre madres que llaman así a sus propios hijos–, a perdido casi enteramente su inicial tono injurioso. Además, venida ésta de un artista como Calle 13 no debe sorprender a nadie. Seguramente, muchos de estos honrados políticos que sancionan (detrás de los micrófonos) a René se sirven de la misma frasecita, quizá con toda la intención de incluir a su santa madre en la enunciación. Sirviéndome de la misma lógica de Santini, ¿llamarle ‘tecato’ sin evidencia alguna no resulta ser acaso un insulto indirecto a la madre del joven artista? En cambio “such is life” porta un sentido más vil. “Such is life” es naturalizar la desgracia del pobre, hacer mofa de su condición. “Such is life” es el eco de un darwinismo social lejano, con el que se azuza a unos contra otros y se da como algo ‘natural’ la falta de derechos igualitarios y la opresión.” Such is life” es propinarle una cachetada al desdichado con una lengua impuesta, la del imperio. “Such is life” es el palabreo conciente de galimatías que buscan la risa cómplice de quienes pueden comprender su sentido recóndito. (No creo que a quienes iba dirigido el insulto comprendieran la frase idiomática en inglés). Por esto mismo, “such is life” es preludiar, ‘simbólicamente’, la muralla ‘real’ que demarcará la clase del “agraciado” (que disfrutará del insidioso proyecto turístico) y la de ese “otro” que “no tiene 50 chavos pa’ comprarse un límber” y que no le quedará otra más que ver a “los pasajeros con chavos, bajarse del crucero”. Es decir, “such is life” es marcar la “exclusión” que se pretende negar, es ‘naturalizar’ la diferencia de clase. Como dice Borges en sus páginas sobre Carriego, “Ser pobre implica una más inmediata posesión de la realidad, un atropellar el primer gusto áspero de las cosas: conocimiento que parece faltar a los ricos, como si todo les llegara filtrado”. Entonces, ¿cómo pudo una frase tan ‘natural’ en nuestra isla como lo es “hijo’e la gran puta” crear tanto revuelo? No deja de maravillarme cómo, con sumo oportunismo, supo el gobierno de turno ‘desnaturalizarla’, restituyéndole con creces su perdido significado (como insulto) y empequeñeciendo, en cambio, cuanto tiene de valor como ‘acto de protesta’. En cambio, con “such is life” se hizo la operación contraria: se redujo, como la diferencia de clase que promulga, a una simple instancia ‘natural’, ya casi olvidada. Según el empresario John D. Rockefeller, la rosa “American Beauty” alcanza la hermosura y la fragancia que arrebata a algunos sacrificando los otros capullos que brotan a su alrededor. “Such is life” asiente esta nefasta premisa: así, para el deleite de unos cuantos “pasajeros con chavos”, que se sacrifiquen el ambiente y las comunidades pobres. Total, no hay nada más ‘natural’ en nuestra isla.