
Ocupar una cifra es la forma en que la aritmética nos borra. No ocupar una cifra es la forma en que este gobierno nos desaparece. El problema es que los muertos dejan vivos. Y que las cifras importan cuando le toca a un país llorar a sus muertos. Y que las cifras importan si, a lo sumo, vienen acompañadas de ayuda económica para enterrar dignamente a un ser querido.
Puerto Rico es una tumba sin nombre. Y este gobierno una madriguera de asesinos. No habrá cicatriz y, que no haya, sin el reconocimiento y ayuda a esas cuatro mil seiscientas cuarenta y cinco familias.
Ningún maquillaje de relaciones públicas podrá limpiar tanta mezquindad. Cuatro mil seiscientos cuarenta y cinco nombres propios jamás, jamás, serán borrados.
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Nota del editor: Ante los hallazgos de un estudio de la Universidad de Harvard, en el que se ubican en 4,645 las muertes entre septiembre y diciembre de 2017, un grupo de ciudadanos acudió ayer a El Capitolio a fin de hacer un reclamo silente, pero contundente, al Estado por el manejo, no solo de la cifras de defunciones, sino por la inacción para evitarlas. Hasta allí llevaron miles de zapatos en reverencia. Algunos de estos, quedaron detenidos en el tiempo gracias al ojo del laureado fotógrafo Ricardo Alcaraz. A continuación, algunas de las imágenes. Reverencia.

Según el estudio de la Universidad de Harvard, las muertes pudieron haber ocurrido por falta de accesos a sistemas de salud. (Cortesía Ricardo Alcaraz)

Varios de los manifestantes contaron sus historias en papel, o los cuatro vientos, a fin de preservar la memoria. (Cortesía Ricardo Alcaraz)

A pesar de los datos del estudio de la Universidad de Harvard, el gobierno de Ricardo Rosselló mantiene el número oficial de muertes en 64. (Cortesía de Ricardo Alcaraz)

Aún el gobierno espera por un segundo estudio, comisionado a la Universidad George Washington, que pudiera arrojar otra cifra de las muertes tras el huracán Maria el 2017. (Cortesía Ricardo Alcaraz)