Como parte de una escena perfecta, cuatro compañías teatrales puertorriqueñas se reunieron el pasado miércoles 2 de marzo en el teatro Julia de Burgos de la Facultad de Humanidades, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, para compartir en el foro Puro Teatro: desafíos de la creación y la producción en Puerto Rico. Con una escenografía shakesperiana de fondo, productores, actores y fundadores de Teatro del Sesenta, La Comedia Puertorriqueña, Producciones Aleph y Teatro Breve se presentaron frente a un público abundante y atento a relatar sus experiencias teatrales.
El conversatorio comenzó con la actriz y productora, Idalia Pérez Garay, de Teatro del Sesenta, empresa que celebra 53 años de fundación.
La actriz veterana recordó, a través de un cuento original, el teatro Sylvia Rexach, sede de la compañía teatral por 16 años. Allí, Teatro del Sesenta logró mantener producciones como “Puerto Rico fuá”, “Los Titingós de Juan Bobo”, “El gran pinche” y “La verdadera historia de Pedro Navaja”, que resaltó Pérez Garay como las de más larga duración en cartelera.
La productora señalo que el Sylvia Rexach cerró debido a factores socioeconómicos que lo “viraron abajo”. Lamentó que ese espacio actualmente es una ruina en Puerta de Tierra, San Juan.
Sin embargo, Pérez Garay contó que aunque la empresa teatral pasó por una depresión colectiva luego de perder el Sylvia Rexach, se levantaron como compañía, solicitando ayudas a fundaciones destacadas en las artes. Con esto, pudieron continuar haciendo producciones en diversas partes de la Isla, y actualmente tienen su sede en Maunabo, donde ofrecen talleres teatrales a estudiantes.
Por su parte, Provi Seín, fundadora de Producciones Aleph, una compañía cuyo enfoque es el teatro clásico, recordó el cambio en el teatro que hubo a finales de década del 80, debido al reciente boom de telenovelas. La productora aludió al momento cuando a quienes se llamaba a trabajar en el teatro eran actores de dichas producciones televisivas, dejando a los actores adiestrados en teatro sin trabajo.
Seín atribuyó el comienzo de Aleph como una reacción ese boom, diciendo que “luego de dos años de estar oyendo quejas, y ser parte de la queja, en un momento dije “está bien ya de quejarse, hay que tomar acción”, y quise hacer este ofrecimiento de que fuera un laboratorio para todo artista, no solamente para actores, sino que escenógrafos, coreógrafos, dramaturgos, etcétera”.
La actriz criticó ciertos aspectos del mundo teatral actual, incluyendo lo burocratizado del proceso de producción. Lamentó que dedica más tiempo al “papeleo” que a lo artístico. Subrayó que sacrificar el arte es un precio que no quiere seguir pagando.
Igualmente, comentó sobre la necesidad de preparar un público con consciencia artística. “Yo siempre he hablado de la falta de consumidores de las artes. Todo el mundo estudia arte pero no preparamos un público. Y para tener estos consumidores, no pueden quitar las artes de los currículos, los artistas tenemos, por obligación, que envolvernos en la educación”, exhortó Seín.
De otro lado, Sandra Pérez y Gilberto Rodríguez, representantes de La Comedia Puertorriqueña, además de ofrecer una breve historia de su empresa teatral, señalaron los desafíos que han tenido que vencer y que son parte de las producciones teatrales.
“Nosotros estamos comprometidos con llevar el teatro a distintos puntos de la Isla, no necesariamente donde haya teatros físicos, sino que puede ser cualquier espacio que nos permita presentar las producciones. Desde el ’99 para acá, buscamos otro tipo de teatro, y hacer unas producciones distintas, que casi siempre están obligadas a ser distintas por razones económicas. Pero dentro de lo económico, tratamos de ser creativos, sobre todo en el diseño de producción. Y hasta ahora hemos desarrollado un nuevo público que nos está siguiendo y esperando nuestras producciones”, puntualizó Rodríguez, productor y guionista.
Pérez, quien es actriz y productora, destacó que muchas de las cosas las hacen “in-house”, como las traducciones de las obras, la creación de escenografía, vestuarios, entre otras cosas, y que esto les ayuda a mantener las producciones vivas y únicas.
En contraste, los integrantes de Teatro Breve explicaron cómo su colectivo surgió luego de los cambios culturales vividos por las otras compañías, y cómo tuvieron que sobrepasar desafíos diferentes para poder hacer un estilo de teatro distinto.
“Nosotros no teníamos tiempo; teníamos tanta prisa, y no sabíamos qué hacer. No hay chavos, ni tiempo, y tenemos que trabajar, y este se preñó, y, todo era muy rápido. Entonces, Teatro Breve al principio se llamaba Teatro Breve para tiempos rápidos, porque veníamos de esa esquizofrenia de que teníamos que hacer teatro, teníamos que decir lo que queremos decir”, recontó Roy Sánchez, uno de los fundadores del conjunto.
De acuerdo con Juan Pablo Díaz, también miembro fundador de esa compañía teatral, el grupo optó por utilizar la parodia y la sátira para criticar, no tan solo el Gobierno, sino para hablar de su generación.
Finalmente, Naíma Díaz, productora de la compañía, comentó que en el teatro, se trabaja para el público. “No necesariamente hacemos obras que nos gustan a nosotros, sino que creamos piezas originales para que el público se sienta identificado”, aseguró.