Sostenida por el viento, un águila se pasea por la Sierra Gorda del estado de Guanajuato, México. El ave suelta un chirrido que se expande hasta llegar a las imponentes montañas, los fértiles valles y los estrechos, empinados y pedregosos caminos.
El águila observa desde muy alto a aquellos que con sus manos siembran y cosechan el maíz. Observa a aquellos que viven en una tierra que es suya y es de otros a la vez. La tierra que les cuesta el sudor y les vale la pena porque ¿quién no encuentra un poco de felicidad y paz en semejante paraíso terrenal?
![En medio del camino, pudimos detenernos para apreciar el paisaje y tomar fotos. (Foto por Samuel Quijano)](https://dialogo-test.upr.edu/wp-content/uploads/2016/09/DSC_0011-800x532.jpg)
En medio del camino, pudimos detenernos para apreciar el paisaje y tomar fotos. (Foto por Samuel Quijano)
Contemplo desde lo alto la escena. Estar a más de ocho horas en autobús del Distrito Federal de México, y a más de 3,000 metros sobre el mar, es como estar en el cielo. No exagero. Las nubes pasan por debajo de la camioneta rumbo a “el corazón de la Sierra Gorda”, el pueblo de Xichú.
Parece que pocas personas transitan la zona. No hubo interacciones con otros vehículos, excepto los que un grupo de hombres y niños -poco más de una decena-, utilizaban para pavimentar unos metros del camino. Entonces, confirmé lo que por ratos el silencio y el verdor me hacían dudar. Allí -alejadas del monstruo citadino-, muchas personas han establecido su hogar, su familia y su vida.
“En julio del año 2006 -el primer día que tuve clases en la Universidad Autónoma de Querétaro-, una estudiante de la carrera de Ciencias Políticas me preguntó por mi lugar de origen. Al contestarle que era de Xichú, Guanajuato -poniendo una cara de asombro-, me cuestionó: ‘Weeey… ¿y sí están civilizados?’”, señaló Vincent Velázquez, hijo del reconocido poeta Guillermo Velázquez, en un texto que publicó recientemente en su cuenta de Facebook y que, al charlar con él sobre su tierra, me compartió.
![Xichú está rodeado por los estados de San Luis Potosí, Jalisco y Querétaro. (Suministrada)](https://dialogo-test.upr.edu/wp-content/uploads/2016/09/Mapa-de-Xichú.gif)
La Sierra Gorda está rodeado por los estados de Guanajuato, San Luis Potosí, Jalisco y Querétaro. Xichú es el pueblo pintado de color violeta. (Suministrada)
Es posible que muchas de las personas que viven en la Sierra Gorda no hayan pisado la ciudad. Pero, creo que son muchos más las que no han tenido el privilegio de ir a la Sierra.
Cuenta Vincent que quedó muy sorprendido con la pregunta. Y contestó: “afortunadamente, todavía no tanto”. Entonces, decidió relatarle a la muchacha la historia sobre el nombre de su pueblo.
“Sucede que hace miles de años los chichimecas andaban buscando en una gran expedición por la Sierra Gorda un lugar donde asentarse. El sacerdote que los lideraba le aseguró a su gente que en el punto donde tuviera una revelación divina se quedarían para fundar un nuevo pueblo. Tras caminar muchos días y noches por la abrupta serranía, una mañana, aquel chamán se detuvo y empezó a mover la cabeza para adelante y para atrás, levantó los brazos, y estornudó cuatro veces produciendo el siguiente sonido: ‘¡Xiiiiichuuuuú, Xiiiiichú, Xichú, Xichú!’ Los estornudos fueron la señal para que allí se quedaran y fundaran el pueblo que hoy conocemos como Xichú y que quiere decir en lengua Jonás: el pueblo de los 4 estornudos sagrados”, narró Vincent.
La joven quedó impresionada con la historia. No podía creer que “en esos lugares recónditos y pobres también hay cosas interesantes”, según recordó Vincent. Él le respondió burlonamente. “¡Qué crees! Todo lo que te acabo de contar es mentira. Sólo quería evidenciar tu falta de cultura y ‘civilidad’, pero como dijo mi amigo Benito Lara, ‘te perdono por tu falta de preparación’”.
![El centro de Xichú visto desde arriba. (Foto por Zory Rivera)](https://dialogo-test.upr.edu/wp-content/uploads/2016/09/IMG_1236-800x491.jpg)
El centro de Xichú visto desde arriba. (Foto por Zory Rivera)
Xichú es la meca del huapango arribeño, un género de música tradicional que interpretan los “puetas” líricos de la Sierra Gorda. Esta localidad ha cobrado mucha importancia a nivel internacional gracias a las populares “topadas” o fiestas del zapateo que hacen los locales para despedir cada año.
Es un pueblo cálido. Un pueblo que abraza. Es un pueblo de gente que trabaja y lucha por mantener viva su identidad. Su nombre, contrario a lo que contó Vincent, significa “Valle de los Indios”, ya que el territorio fue habitado por un grupo de indígenas llamados chimecas, quienes se resistieron a la colonización.
La vida lejos de la ciudad puede ser difícil. Muchas veces los gobiernos se olvidan de que existen este tipo de comunidades. Sin embargo, a los que aman su tierra, eso no les quita el deseo de superarse, de trabajar y de quedarse.
![Plaza de Xichú, donde cada año se realizan las "topadas". (Foto por Zori Rivera)](https://dialogo-test.upr.edu/wp-content/uploads/2016/09/IMG_1243-800x508.jpg)
Plaza de Xichú, donde cada año se realizan las “topadas”. (Foto por Zory Rivera)
“Mis padres murieron cuando tenía 15 años. Estoy solo en Xichú. Estudio y luego trabajo en la presidencia [lo que en Puerto Rico podría denominarse alcaldía] y así he sobrevivido por los últimos años”, comentó Servando, un joven de 18 años.
El autobús que va hacia la ciudad pasa todos los días bien temprano en la mañana y al anochecer. A pesar de que vivir solo no ha sido fácil, jamás ha pensado dejar el terruño que lo ha visto crecer. Allí -confiesa-, tiene todo lo que necesita.
“Desde hace varias décadas esta zona del estado de Guanajuato ha sido matriz de varios procesos migratorios producto, entre otras cosas, de una pobreza casi endémica que es a su vez el fruto amargo de una desigualdad social inveterada”, lamenta Vincent en su discurso.
Afortunadamente, la pobreza de Xichú es económica y no del corazón. Agraciadamente, es un pueblo con una identidad propia que expresa en sus fiestas a través de la música y la poesía.