Estimado profesor Díaz:
Reciba un saludo de todos los que laboramos en el Baloncesto Superior Nacional (BSN). Me dirijo a usted para aclarar varios puntos tratados en su artículo “Carlos Arroyo silencia el odio con magistral actuación”, publicado en Diálogo el pasado 16 de julio.
Quisiera comenzar por agradecer su cobertura del BSN, y especialmente su mirada al tema de la agresividad en el deporte, preocupación que compartimos.
Este tema es uno complejo, ya que el deporte es probablemente el vehículo que más une a este pueblo, tan dividido por situaciones sociales, políticas, religiosas y de otras clases, pero que encuentra en nuestros equipos patrios ese elemento común que nos permite celebrar juntos la alegría de las victorias y consolarnos en los momentos de derrota.
Quizás es ese mismo fervor por “su equipo”, ya no en este caso Nacional si no local, el que lleva al seguidor a insultar, al verlo de rival, al mismo jugador que una vez vitoreó como su héroe nacional favorito.
En el BSN estamos conscientes de este fenómeno social, y estamos haciendo todo cuanto está a nuestro alcance para evitar las manifestaciones inapropiadas, y fomentar un espíritu de apoyo al equipo propio, pero con respeto hacia el rival.
A esos fines, nuestras Reglas de Torneo establecen penalidades para agresión verbal, la que se define como: “dirigirse directa o indirectamente a cualquier persona con palabras soeces, despectivas y que denoten prejuicios y/o hacer gestos obscenos. Ya sea en persona, o por medios de comunicación, sea escrita, por teléfono, mensaje de texto, transmisión televisiva o radial, por computadora, redes sociales o cualquier otra similar”.
De igual manera, el Reglamento de Disciplina del BSN establece que ”los equipos y sus apoderados son conjuntamente responsables por la conducta, violenta, ofensiva y/o intemperante de parte de sus aficionados”, y establece sanciones por dichas conductas.
En adición a las reglas antes citadas, se ha establecido una prohibición a los animadores y mascotas de los equipos sobre comentarios, gestos o actos que sean de alguna manera ofensivos contra el rival, o que denoten menosprecio, amenaza o agresividad contra estos.
Esta norma, mediante memorando enviado por el director de torneo, se ha extendido al comportamiento de la fanaticada, amparados en las disposiciones del Reglamento de Disciplina antes citadas. Esto a los fines de erradicar conductas que, a nuestro juicio, no tienen cabida en un evento de disfrute familiar como lo es el Torneo del BSN.
Finalmente, quisiera aclarar que el BSN sí se expresó en contra de los despreciables actos de racismo en contra del jugador Jaleel Akindele. Tan pronto como al día siguiente del partido en que ocurrió el suceso, el BSN emitió y publicó un comunicado de prensa en el que se condenó enérgicamente el suceso, y ese mismo día (11 de julio) el que suscribe emitió declaraciones al periódico El Nuevo Día repudiando dichos actos. También prestamos declaraciones al respecto en diversas entrevistas de radio, tanto en programas de noticias deportivas como transmisiones radiales de partidos del BSN. En adición, se realizó una investigación que conllevó cambios en las restricciones a los artículos que se permite llevar a los partidos del BSN y en las instrucciones que se le imparte a los encargados de seguridad en cada cancha.
El Baloncesto Superior Nacional tiene un compromiso con la inclusión y la igualdad, a la vez que promueve la no discriminación y la igualdad de género y fomenta el respeto a los derechos humanos. El BSN toma muy en serio su función como ente unificador de nuestra comunidad, y aspiramos a contribuir a un mejor Puerto Rico utilizando al deporte como herramienta de cambio social.
Otra vez, agradezco su atención a estos asuntos de alto interés para nuestra sociedad, y me pongo a su disposición en cuanto pueda servirle.
Cordialmente.
Fernando Quiñones Bodega
presidente BSN