Tomar notas y releerlas es la clave para evitar perder hasta el 97% de un nuevo conocimiento, según la curva del olvido del filósofo alemán Hermann Ebbinghaus que consiste en una función exponencial. Si tienes la constancia de repasar tendrás la capacidad de retener una mayor cantidad de información que podrás aplicar cuando lo necesites. Presta atención a estas estrategias de revisión y prepárate para mejorar tu memoria.
Repasar lo aprendido para derrotar la curva del olvido
Revisar lo que aprendiste en clase es importante para mover la información almacenada en el corto plazo -que se relaciona con lo que pensamos en la actualidad y las cosas que hacemos conscientemente- a la memoria de largo plazo. En caso de no hacerlo, Ebbinghaus (1850-1909) propone que la naturaleza del olvido actúa como una función exponencial.
Estudiar un día y no repasar el siguiente, barre de tu mente hasta el 50% de la información, con dos días sin relectura llegarás a recordar solo un 30% y después de una semana, solo permanecerá el 3% de los datos. El repaso y la aplicación de los conocimientos vencerían a la curva del olvido.
Potenciar la memoria
Cuando memorizas estás colocando conocimientos que comprendiste y trabajaste con anterioridad, pero únicamente el repaso logra la estabilidad de esa nueva información. Una relectura ocasional o la ausencia de ella, impide que retengas lo aprendido y el conocimiento pasa por tu cerebro sin marcarlo.
Evitarás caer en la curva del olvido si repasas la información un día, una semana y un mes después de trabajada. Revísala cada pocos meses hasta que la hayas adquirido sin necesidad de chequearla. Tendrás que fomentar una actitud proactiva y exigente para dominar el tema en su totalidad, lo cual implica conocimientos sin lagunas.
Estrategias de repaso
- Relectura inmediata
Tómate unos minutos para revisar el material apenas lo aprendes con el fin de asegurarte que comprendiste la información. Utiliza estrategias de lectura apropiadas y emplea técnicas de subrayado que te ayuden a procesar el material. Al finalizar un capítulo, puedes leer los subtítulos nuevamente y la conclusión para que se asienten en tu memoria. Vincular lo que aprendes con tus experiencias cotidianas es recomendable para producir un efectivo pasaje de la información entre el corto y el largo plazo.
- Reescritura
Escribir nuevamente y reorganizar las notas que tomaste en clase, es otra forma de revisar los datos. Aumenta la comprensión del material porque permite juntar las partes de forma ordenada, especialmente si se recurre a esquemas complementarios, porque obligan a relacionar los conceptos. Puedes reescribir solo los puntos clave u organizar las notas originales con señalizaciones.
- Realizar críticas
Añade comentarios y asociaciones al material para recordarlo más tarde. La ejemplificación permite conectar la información más abstracta con la vida cotidiana, y de esta manera, procesar mejor los datos. Acostumbrarse a agregar ideas propias durante cada revisión te ayudará a digerir la información y utilizarla en el largo plazo. Puedes comparar tus ejemplos con las notas originales para establecer las diferencias.
Tips aplicables en todas las estrategias de repaso
Reproduce la estructura del texto la primera vez que lo releas, anotando sus apartados en un papel para asegurarte de que comprendiste la conexión entre sus partes. Así, dominarás la estructura del tópico que estás estudiando.
Luego, repite en voz alta el contenido de cada apartado para afirmarlo. Es recomendable que te grabes mientras lo recitas, así podrás escucharlo más tarde. También puedes escribirlo y almacenar el contenido desde tres niveles: mental, auditivo y visual. Posteriormente, anota tus errores y olvidos en cada subtítulo relevante para concentrar tus esfuerzos allí la próxima vez que repases.
Realízate preguntas y contéstalas para entrenar tu mente a los posibles cuestionarios que enfrentarás, especialmente si estás estudiando para rendir un examen. Practicar respuestas hará que el día de la prueba se reduzcan los nervios, porque ya pasaste por una situación similar anteriormente.
La última revisión antes de un examen
Idealmente, cuando llegues al último repaso habrás pasado por instancias similares tres veces por tema. La revisión regular logrará la incorporación total de nuevos conocimientos que serán evaluados por diferentes vías, generalmente en forma de exámenes.
Enfrentarte a la última posibilidad de remediar tus errores y borrar los olvidos, genera ansiedad cuando los repasos anteriores carecieron de firmeza. Sin embargo, el involucramiento con los temas y la aplicación de estrategias de repaso eliminarán todo nerviosismo para centrarte en la revisión.
Prioriza las partes más difíciles o que menos dominas. Los auto-cuestionarios simulando tu estancia en el examen te ayudarán a resolver cualquier inconveniente de manera ágil, pero deberías poder responderlos rápidamente como consecuencia de los anteriores repasos realizados. Llegar a la revisión final del material con interrogantes que te generen dudas solo afectará tu confianza y perjudicará tu desempeño, así que despeja tu mente de incertidumbres en las revisiones anteriores.
El último repaso será el día antes del examen y le seguirá una barrida visual rápida antes de irte a la cama, de modo que refresques tu memoria y calmes tu ansiedad. Recuerda que dormir adecuadamente es otra clave fundamental en la retención de datos, ya que una noche de poco sueño debilita la memoria.