Desde que nacemos, familiares se vuelcan en eternas discusiones sobre cuántos de nuestros rasgos físicos hemos heredado de nuestros progenitores. Narices, ojos, manos, orejas, hasta gesticulaciones.
Aunque en Puerto Rico, claro, también tenemos la otra eterna discusión sobre nuestro mestizaje. ¿Cuánto tenemos de España? ¿Cuánto de África? ¿Cuánto de los taínos?
El rapero trujillano Residente (René Pérez Joglar) quiso ponerle fin a esa discusión y conocer las razas que habitan en sus genes. Mediante un examen de ADN conoció su línea ancestral, que contó con porcentajes provenientes de China, Siberia, la región del Cáucaso y África occidental, entre otras regiones.
Y es de este examen genético que nace Residente, el álbum debut epónimo del solista. Por los pasados diez años nos hemos acostumbrado al peculiar estilo de Calle 13, compuesto por Residente y sus hermanos: Visitante (Eduardo Cabra) y PG-13 — hoy iLe— (Ileana Cabra). Pero luego de Multi_Viral, la última producción discográfica del grupo, Residente decidió aventurarse en este proyecto personal.
Por un momento parece complicado separar y distinguir el sonido de Residente del que hizo famoso a Calle 13. Sin embargo, la distinción es precisamente lo que logra que sea un proyecto tan personal en el que Residente haya identificado sus raíces ancestrales y, así, reflejar la música de estos lugares en los temas del disco. Ahora bien, el arte, si se quiere, en este caso no se limita a la música: con sus rimas, la producción también proyecta distintas situaciones que actualmente viven estos países y regiones, cual repaso periodístico.
El disco contó con la participación de artistas como: el guitarrista puertorriqueño Omar Rodríguez, de la otrora banda de rock alternativo The Mars Volta; la cantante francesa SoKo; el baterista puertorriqueño Henry Cole; la cantante china Duan Ya Wen; el guitarrista nigeriano Omara ‘Bombino’ Moctar; y el músico bosnio Goran Bregovic, entre otros.
En la producción del disco también colaboró Rafael Arcaute y Trooko, con quien además trabajó en el tema de ‘Immigrants (We Get the Job Done)’ para el disco Hamilton: The Mixtape.
La introducción del disco estuvo a cargo de su primo, Lin-Manuel Miranda, para explicar la travesía de Residente y preparar a sus oyentes/viajeros lo que podrán observar mediante su música.
Nuestra primera parada es en la región de Siberia, en Rusia. Allí Residente exploró la República de Tuvá, que forma parte del Estado ruso, pero cuenta con una extensa influencia cultural de Mongolia.
En el tema ‘Somos anormales’ Residente estampa uno de los elementos más reconocidos en la cultura tuvana: el canto de garganta. Al compás de otros instrumentos de la región, Residente exhibe su acostumbrado estilo mordaz y satírico para implorar que “lo que se mezcla es más interesante”, una denuncia acertada en tiempos donde políticas xenofóbicas y posturas en pro de una sola raza inundan a Europa y Estados Unidos.
Luego, brincamos a China. Allí, Residente se adentró en el folclor y la rica tradición cultural y musical del gigante asiático. En ‘Una leyenda china’, Residente construye su propio relato cuasi mitológico en el que colaboraron cantantes de la ópera de Pekín. En la melodía también irrumpen sonidos de los instrumentos tradicionales chinos, entre ellos los de cuerdas punteados (tipo citaras) y un violín vertical (huqin) que en ocasiones se entretejen con el beat de hip hop. Producto de sus colaboraciones en China surge el tema ‘Apocalíptico’, donde dibuja un sombrío panorama producto de la contaminación que existe en la ciudad capital de Beijing.
Entonces hacemos una parada en África occidental. Con ‘Dagombas en Tamale’, Residente — con cadencia de tambores— se inspiró en la región de Dagomba, en Ghana, para hablar sobre cómo lo humilde y sencillo puede ser más significativo:
“Somos los dueños de nada
Los que no aparecen en los cuentos de hadas
El palacio de los sueños lo hacemos con lodo
No tenemos na’, pero lo tenemos todo”
Era previsible que en el viaje por la historia de sus raíces hiciera escala en África. Y es que a la población puertorriqueña se nos ha enseñado que uno de los pilares de nuestro mestizaje yace en ese continente. Sin embargo, África también alberga a los países más pobres del mundo, y aun cuando el coloniaje europeo finalizó, la gran mayoría de ellos no ha podido prosperar.
Precisamente son esos rastros que quedan de ese coloniaje que hoy día permean mediante conflictos étnicos y religiosos, así como una corrupción descontrolada. En el sencillo ‘La sombra’, Residente rapea sobre esas mismas relaciones neocoloniales en las que, incluso siendo un país independiente, tu producto y tus riquezas son aprovechadas por otro país más grande.
“No es dueña de lo que compone (La sombra)
Cocina, pero no come (La sombra)
Tiene el estómago vacío (La sombra)
Por eso su futuro es sombrío (La sombra)”
Asimismo, Residente utiliza el marco sociopolítico de Burkina Faso para hacer referencia a figuras como el expresidente Thomas Sankara, quien fue asesinado luego de un golpe de Estado en el 1987, y a la continua influencia económica de Francia en el país africano.
Residente se adentró en la región del Cáucaso —que sirve como frontera entre Europa y Asia, y que abarca a Rusia, Georgia, Azerbaiyán, Turquía, Armenia e Irán— para, más allá de conocer su linaje, visibilizar los rostros de la guerra entre Osetia del Sur y Georgia. El tema ‘Guerra’ es un intento de parte de Residente, con el panduri (instrumento de cuerdas) de Georgia y tambores de Osetia, de unir mediante la música a personas de ambos lados del teatro bélico.
Finalmente, el recorrido internacional culmina en Puerto Rico. Y es que era de esperarse que su peregrinaje culminara en su lugar de nacimiento. En ‘Hijos del cañaveral’, Residente concibe una variedad de elementos para validar la identidad puertorriqueña y evoca aspectos particulares de nuestra cotidianidad.
“Lo nuestro no hay nadie que nos los quite
Por más nieve que tiren aquí la nieve se derrite
Aunque siembren las raíces como les dé la gana
Los palos de guanábana no dan manzanas”
La curiosidad de Residente por descubrir su información genética lo llevó a un peregrinaje por lares insospechados que le permitió plasmar dinámicas culturales y sociopolíticas en su música. Y si hay una constante en el álbum es la insistencia por visibilizar. Más allá de mostrar su hibridez, Residente logra visibilizar una historia olvidada, trayectos culturales y hasta rostros de interminables guerras.