El deporte universitario es resistencia. Así lo piensa Edwin Feliciano. Así lo entendió en plena huelga de 2010, cuando le presentó al colectivo Radio Huelga una propuesta para darle foro a los estudiantes atletas y abrir un espacio más para la libre expresión y el reavivamiento de la identidad universitaria.
Eran tiempos revueltos en el principal centro docente del País. Los estudiantes levantaban su voz ante las intenciones de la entonces administración. En ese ambiente de lucha nació Resistencia Deportiva, un proyecto radial que a través de la pugna estudiantil se transformó en una plataforma digital multimedia.
A cinco años de su creación, Resistencia Deportiva se ha encargado y se encarga día tras día de mantener viva la cobertura del deporte universitario y de hacer entender el deporte como un blasón para la defensa de la universidad.
“Por eso resistencia, porque desde un principio la intención era dejar claro que a través del deporte se puede resistir también contra las imposiciones gubernamentales, administrativas y hasta nuestro propio estatus colonial. Imagínate, qué fuera de Puerto Rico sin su soberanía deportiva. Resistencia Deportiva responde a nuestra realidad nacional”, sostuvo Feliciano.
Para el egresado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y creador de Resistencia Deportiva, el reto mayor de este esfuerzo, en el que lleva laborando hace cinco años, siempre ha sido reunir jóvenes dispuestos a trabajar voluntariamente y mantenerlos comprometidos con la causa.
Resistencia Deportiva no cuenta con un equipo de trabajo fijo. Tampoco recibe beneficios económicos ni auspicios para generar ingresos. El entusiasta periodista destacó que Resistencia Deportiva es un espacio de libre cobertura mediática en la que los y las jóvenes que deseen contribuir al deporte universitario se abran camino en el mundo de las comunicaciones y el deporte.
Feliciano explicó que más allá de resaltar figuras y grandes atletas, la cobertura deportiva universitaria que se reseña en su página web y sus transmisiones a través de las redes sociales, trata de destacar el sacrificio y el esfuerzo que hacen los atletas, no solo individualmente, sino también colectivamente dentro y fuera de los portones del Recinto.
“Nosotros vemos el deporte como una herramienta trasformadora para educar, para creer en un mejor Puerto Rico, para creer que somos autosuficientes. Por eso esta iniciativa busca vincular al deporte universitario con la gente de abajo que siente y trabaja de corazón para mejorar día tras día”, afirmó.
Edwin Feliciano (al centro) en entrevista junto al Director Atlético de la UPR Recinto de Río Piedras, David Alemán / (Facebook)
Más que un programa de radio
Fue a raíz del primer año de Resistencia Deportiva que Feliciano supo que su creación trascendía los límites que imponen los medios tradicionales. Curiosamente, ese año 2010, en el caso del voleibol las jerezanas ganaron el campeonato. Ese mismo ciclo, el segundo semestre los gallitos de baloncesto se coronaron campeones después de dos décadas de sequía. Todo eso, más todo el proceso de lucha estudiantil durante la huelga de ese año, sirvió de base para que Resistencia Deportiva se convirtiera en la voz del deporte universitario.
“Fue una combinación de muchos escenarios lo que hizo que Resistencia Deportiva resistiera y se convirtiera en un símbolo de lucha y entrega máxima por darlo todo”, comentó el joven deportista.
Y es que para Feliciano, el fin último de la iniciativa que dirige es lograr implantar una nueva cultura deportiva en la que el deporte sea visto como una aportación social y las comunidades como un escenario para el desarrollo de una nueva mentalidad de país.
Según Feliciano, reconocer el deporte universitario de Puerto Rico y sus 86 años de historia, es reconocer el deporte nacional y considerar que desde el deporte y en la universidad del pueblo también es posible hacer comunidad. Para Resistencia Deportiva, la mayor contribución es rescatar de la invisibilidad esa realidad, porque el deporte no es otra cosa, es un sacrificio que cuando se hace con el corazón vale más que el dinero.
