
El pasado sábado el mundo esperaba ver desatar en Argelia la nueva fase de la revolución que se ha desenfrenado en los países de medio oriente luego de la victoria del pueblo egipcio al destronar al otrora ex líder Hosni Mubarak, y luego que hace varias semanas manifestantes tunecinos lograran que Zine al-Abidine Ben Ali renunciara a su cargo.
Todo apuntaba a que los argelinos fueran el tercer eslabón en esta vuelca histórica. Sin embargo, la primera manifestación en reclamo para “cambiar el sistema" no obtuvo el respaldo que se esperaba. En efecto, a la convocatoria sólo acudió un aproximado de dos mil manifestantes. A pesar que, la representación fue una considerable, el número de asistentes representa un porciento bajo si se compara con la cantidad de habitantes que cohabitan en el país del norte de África.
Precisamente, Argelia es el segundo país más poblado del continente africano con 34 millones de personas, sin embargo, como señala el periódico El País de España se “diferencia de Túnez y Egipto por la riqueza -al igual que sucede en Libia- de las arcas del Estado gracias a los hidrocarburos (155.000 millones de dólares en reservas, lo que equivale a unos 115 millones de euros) y por un régimen político bicéfalo con una cabeza civil, Buteflika, y otra militar, el potente servicio DRS”
Por esta razón, la posibilidad de llevar a cabo una revuelta en este País se ve difusa si además se suma que en Argelia las protestas han sido prohibidas por lo que sucumbe el miedo en las personas por las penalidades si se va en contra de lo establecido.
Asimismo, analistas y especialistas de los conflictos en estas zonas adjudican el que no hubo basta participación en la manifestación del sábado al hecho de quela oposición esta divida. En efecto, los oponentes al régimen actual se estructuran en tres bloques a causa de viejas rencillas, pero también a recelos ideológicos. Esta segmentación está compuesta por la Coordinadora compuesta por formaciones laicas; la Alianza, en la que los islamistas moderados tienen peso, y los socialdemócratas del Frente de Fuerzas Socialistas.
No obstante, este primer choque podría representar el primer intento por un cambio en Argelia ya que de manera oficial se entiende que “la mayoría de los argelinos quieren el cambio del actual sistema”, según cita El País, a el columnista Kharroubi Habib en Le Quotidien d'Oran.