
‘‘Creo que mi vida si cabe en una maleta’’
–Arístides Vargas
La ruta hacia el pueblo Nuestra Señora de las Nubes es idílica; sólo se puede llegar a través de la memoria. Los recuerdos son puentes viejos, caminos baldíos por los que Arístides Vargas y María del Rosario ‘Charo’ Francés nos enseñan su pueblo. Este lugar fue fundado para sobrevivir en el idioma de los exiliados que han sido alejados de un país que sólo ellos conocen. Han sido condenados a los estragos del tiempo, el claroscuro que va creando el olvido. También la oscuridad es necesaria.
La ausencia de escenografía le permitía a las sombras ser redentora de nuevos personajes. Esos dos únicos cuerpos, el de Charo y Arístides, eran el escenario que se transformaba una y otra vez en el cuerpo de las historias y mitos de Nuestra Señora de las Nubes; obra que subió a escena en una sola función el pasado sábado 9 de abril de 2011.
La obra, como nos cuenta Arístides Vargas, dramaturgo y director del grupo de teatro ecuatoriano Malayerba, es el encuentro de dos relatos de exilio; el suyo tras salir de su natal Argentina en la década de los setenta y el de la actriz española Charo. Ambos coinciden en Ecuador donde emprenden una labor artística de gran trascendencia para el teatro latinoamericano.
Comenta que, Nuestra Señora de las Nubes ha sido una conversación que ambos han sostenido durante veinte años. Por cierto, preexiste antes de ser escrita. Por ejemplo, Charo comenta como había vestigios y ensayos de esta obra insertos en otros trabajos actorales. Ellos necesitaban contar sobre sus raíces por lo que reinventan el pasado desde lo que llevan en dos maletas. Nos hablan de un exilio más complejo que las razones políticas; es un disloque en el ser, es sentir la realidad como algo extraño.
Para Arístides, se puede estar exiliado en el propio país. La obra nos adentra en ese espacio íntimo donde aún se sufre la persecución política pero también nos presta por un rato el vocabulario, articulado por luces, sombras y poca utilería en el escenario. Se pueblan nuestros ojos con los cuentos de Nuestra Señora de las Nubes mientras intentamos rememorar nuestro lugar de origen y al final de la obra ya no podemos regresar a nuestra casa…