Para Cari Luz Ortiz son muchas las razones que le han permitido fluir y vivir sin miedo como una mujer transgénero.
Tras varios años viviendo “en el mainstream heterosexual”, a sus 66 años ya siente que ha rasgado el velo de la invisibilidad. Y aunque siempre supo, desde muy joven, que se sentía mujer, decidió ignorarlo por un tiempo, al punto que hasta se casó y tuvo dos hijas.
Sin embargo, tras divorciarse de su esposa a sus 51 años, Cari Luz poco a poco fue reconociendo que era hora de quitarse el camuflaje. Pese a la ola de discrimen que existe contra la comunidad transgénero en la isla, Ortiz considera una mujer agraciada, ya que logró empoderarse por medio de la educación y recibir la atención médica que necesita para su transición.
Desde el principio de su nueva etapa, acudió a la clínica salubrista Centro Ararat en Santurce para recibir toda la atención médica pertinente, que va desde la psicológica hasta la nutricional y hormonal.
“En la medida en que la población transexual empieza a empoderarse y empieza a recibir servicios que en otros lados se le niega, pues empiezan a manejar la situación”, sostuvo Cari Luz.
Y es que Cari Luz reconoce que muchos y muchas en la comunidad trans en la isla son diariamente discriminados y ridiculizados en las calles.
Inclusive, la clínica cuenta con un programa dirigido exclusivamente a la comunidad trans en Puerto Rico, llamado TransLucent. Para Larry Zayas, coordinador de la clínica, lo más importante que buscan ofrecerle a este sector de la población es “un sentido de comunidad”.
Además, indicó que el personal que emplea la organización pasa por unos adiestramientos de sensibilización para poder brindar un trato con dignidad a todas y todos los participantes.
“Cuando van a recibir un servicio clínico o de gobierno, cualquier tipo de servicio donde le piden una solicitud, el primero paso es que miran y dicen ‘esta no es esta persona, está cometiendo fraude’, o llaman a Roberto y sale una mujer. No solamente es discrimen, pero también se presta para que la ridiculicen”, señaló Zayas.
Asimismo, aseguró que el discrimen “hace que las aleje de buscar cuidado clínico”.
Mientras, para Kimberly Vázquez —quien funge como Manejadora de casos en el programa TransLucent—, la mayoría de los casos de discrimen se manifiestan en el área laboral, en trámites gubernamentales y en el acceso a servicios de salud.
Vázquez, quien también pertenece a la comunidad trans, indicó que la mayoría de la población transexual en el país comienza el proceso de hormonas clandestinamente. En su mayoría, según Vázquez, los medicamentos hormonales los obtienen en países como Colombia, Ecuador y Panamá. En su caso, Vázquez confesó que la mayor parte de su tratamiento hormonal lo recibió fuera de Puerto Rico.
Como parte del programa, participantes como Cari Luz reciben atención médica de acuerdo a sus necesidades específicas.
“[TransLucent] te permite el monitoreo de tu proceso medicamente, eso te da garantía de que no te va a afectar tu salud. Quien se pone hormonas sin ningún tipo de monitoreo arriesga su salud y su vida”, agregó la ahora retirada de la banca.
Y cuando toca recibir servicios de salud en alguna entidad hospitalaria del país, Vázquez también acompaña a los y las participantes para velar por que se les brinde un servicio sensible y libre de prejuicios.
“Muchas veces estas personas no es que discriminan, es que desconocen”, precisó Zayas, en referencia a las personas que trabajan en los hospitales y clínicas del país.
Vázquez, por su parte, contó que en ocasiones ha tenido que “educar a esa enfermera, a esa recepcionista, a ese médico que no sabe por qué ella se llama José del Pueblo y puso entre comillas que se llamaba María y pues el entre comillas ellos entendieron que la que la acompañaba se llamaba María”.
Incluso indicó que en algunas instituciones hospitalarias la recepción ha sido positiva y hasta les han solicitado adiestramientos al programa para sensibilizar al personal clínico en sus respectivos hospitales.
A todas luces, Zayas, Vázquez y Ortiz saben que el discrimen merodea todos los espacios de la sociedad. Sin embargo, en años recientes, figuras políticas como el expresidente de Estados Unidos Barack Obama, han dado pasos afirmativos hacia el reconocimiento de derechos de la comunidad LGBTT.
“De aquí vamos a construir los derechos que nos pertenecen”, recalcó Zayas.
Esos derechos poco a poco, se siguen construyendo en las esferas legales. El pasado 20 abril, el Tribunal Federal en Puerto Rico reconoció el derecho de personas transgénero a corregir el género en sus certificados de nacimiento.
La jueza Carmen Consuelo Cerezo puntualizó en su sentencia que las demandantes, en este caso tres personas transgénero, “se han alzado a nombre de esas voces que han sido silenciadas y debilitadas por discriminación en carne viva. No pueden esperar por otra generación o por un legislador para lograr el cambio. Como Linda Brown, tomaron los pasos hacia la corte para exigir lo que les toca: el derecho a existir, a vivir más y a morir menos”.
Y como parte de esta encomienda para empoderar a la comunidad transgénero, la Clínica TransLucent celebrará una Casa Abierta este próximo 4 de mayo para orientar a todos sus participantes sobre los servicios de salud que ofrecen. Durante la actividad, estará disponible el personal médico de la clínica especializado en nutrición, psicología y salud sexual. Asimismo, los y las participantes también podrán realizarse las pruebas de VIH.