Globos con mensajes de amor nos reciben en la tienda, esos con las frases de “I love you” y “Happy Valentine’s Day”. Bombas alusivas al Día de los Enamorados encabezan cada góndola: rojas, rosadas, grises, en forma de corazones. Les acompañan chocolates, bombones, tazas, peluches…
Para el comercio local, el Día de los Enamorados (o el de la Amistad, dependiendo, digamos, de su situación) representa una fecha en la que la se proyecta que los boricuas incurramos en un mayor consumo. A pesar de la emigración a Estados Unidos de casi 90 mil puertorriqueños en el 2015 –unos cinco mil más en comparación con el 2014, según – el Perfil del Migrante 2015– las expectativas de venta para hoy son elevadas.
“Tradicionalmente lo que pasa en nuestros restaurantes es que el Día de San Valentín es uno de los de mayor venta en todo el año”, expresó Ramón Leal Moreno, presidente de la Asociación de Restaurantes (ASORE).
Este año, a diferencia de otros, San Valentín cayó martes, lo que resulta aún más beneficioso para los restaurantes, sostuvo Leal Moreno. Explicó que cuando el 14 de febrero cae en un fin de semana –ya sea viernes, sábado o domingo– es menos provechoso para los locales gastronómicos, ya que de ordinario se espera que esos días sean concurridos.
Leal Moreno reconoció que existe una menor población en la isla debido a la emigración, así como potencialmente menos personas dispuestas a salir a comer por la crisis económica que nos afecta. No obstante, afirmó que esperan buenas ventas y que las personas siempre terminan por ajustar su presupuesto. “Cada quien va al restaurante donde su bolsillo llega”, resumió.
Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) forman parte de otros de los comercios que se benefician en las ventas por motivo del Día del Amor.
“Esta fecha es el agosto de ellos”, señaló Nelson Ramírez Rivera, presidente del Centro Unido de Detallistas, y refiriéndose sobre todo a las farmacias de la comunidad, las floristerías y las perfumerías.
Las PyMEs, sin embargo, también han enfrentado los efectos de la situación económica en Puerto Rico. Grosso modo, las ventas de este tipo de negocios registraron una disminución de más $500 millones, alcanzando un nivel acumulado de casi $27 mil millones en el 2015, de acuerdo con el Segundo informe anual sobre el estado de situación de las PyMEs correspondiente al periodo de enero a diciembre de ese año.
Además de la crisis económica, la disminución –de nuevo– se debió a la significativa baja poblacional y los cambios en los patrones de consumo del puertorriqueño.
En el caso de grandes empresas como Walmart, productos como las flores, los vinos, las fresas y los de repostería cobran preponderancia.
“Entendemos que aun cuando la economía esté pasando por un momento crítico somos un destino para lo que son los regalos de la amistad”, expresó Iván Báez Santiago, director de asuntos públicos y gubernamentales para Walmart.
Báez Santiago consideró que el puertorriqueño, aun sopesando su propia situación económica, está siempre dispuesto a regalar en esta temporada (de San Valentín).

Esta vez será martes y los restaurantes esperan uno de los mejores días de ventas. (Ricardo Alcaraz/Diálogo).
Consumo en exceso: un efecto de la enajenación
Entre las razones por las que el economista Argeo Quiñones considera que la gente continúa comprando en San Valentín aun durante una crisis económica se encuentra la cultura misma.
“Carentes de una cultura de expresar sentimientos en formas que no sean materiales, la gente siente –y esto es una forma consumo adquirida– que para hacerlo adecuadamente tiene que inquirir en un gasto y mientras más alto el gasto, mejor”, señaló en entrevista el catedrático de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras.
Para Quiñones, esto es el resultado de la enajenación que produce el consumo en nuestro sistema capitalista. “La gente no deja de consumir porque haya una crisis”, sumó.
No obstante, advirtió que ante la situación precaria y los cambios que se avecinan, los sujetos pueden ser más precavidos en el consumo y aún así regalar, pero fijarse un presupuesto más limitado.
Para el experto, la tendencia es regalar flores, chocolates, una cena o almuerzo, o una tarjeta con una dedicación. Por lo tanto el gasto, aunque puede ser desmedido para algunos, tiende a ser menor que en otras épocas como Navidad, Día de Reyes, Día de Padres o Madres o la temporada de regreso a clases.
Otra de las razones por las que puede observarse el gasto innecesario es porque la crisis no afecta a todos por igual, planteó Quiñones. “Hay gente para quienes, a pesar de la crisis y eso es la minoría del país, sus ingresos siguen aumentando”. Por el contrario, dijo, las personas que enfrentan la posibilidad del desempleo, aumento en deudas o reducción de beneficios en el trabajo, establecen un presupuesto módico para este día.
Por último, Quiñones Pérez reiteró que hay que analizar lo que la gente compre, pues un consumo en exceso es una actitud irracional durante una crisis. A la persona con recursos económicos privilegiados no le perjudica, “pero si es un mortal común y corriente, debe actuar con cuidado, mirando bien el gasto, enfatizando más la expresión del afecto y bajando el nivel de lo que se espera que se regale; incluso, hasta eliminarlo”, consideró.
“¿Qué te gustaría más que te regalen: una caja de chocolates o que te compongan un poema?”, preguntó retóricamente el economista.

Mariana Canetti Ruiz y Mario Vázquez Budet, estudiantes del Recinto de Río Piedras que participaron del sondeo. (Zahaira Cruz/Diálogo).
Siete de diez universitarios rechazaron la creencia en el Día de San Valentín
Diálogo realizó un sondeo entre universitarios del Recinto de Río Piedras de la UPR para conocer cuántos creían en celebrar San Valentín y qué medidas toman ante la crisis para regalar sin gastar mucho dinero. Formulamos, además, por eso de continuar con la reflexión, la siguiente pregunta: ¿qué le gustaría que le regalaran entre una caja de chocolates o un poema?
Siete de diez universitarios respondieron que no creen en el día donde el conocido Cupido se dedica flechar corazones, exponiendo la mayoría que la ocasión ha sido muy comercializada.
“Creo que tiene mucho que ver con el comercio, porque uno puede apreciar a las personas y a los amigos todos los días”, opinó Elisa Gómez Nevares, estudiante de ciencias naturales, al formulársele la cuestión.
“Es un holiday comercializado”, contestó otro de los alumnos del recinto, Diego Casas Martínez.
Entre las alternativas de regalo o actividades que harían para este día, los universitarios mencionaron pinturas, cartas, dibujos, poemas manualidades, postales y hasta un picnic.
En cuanto a la pregunta de Quiñones, seis estudiantes prefirieron un poema; dos, chocolates; y otros dos respondieron que ambas.