En estos momentos, siendo las 6.00 pm en el viejo San Juan de Puerto Rico, el Festival de la Palabra está terminando con la charla magistral de Alfredo Bryce Echenique y Luis Rafael Sánchez sobre el humor en la literatura. Si las cosas salen bien, espero poder ponerles un regalo respecto a esta última y extraordinaria conferencia. Ya andan rajando de Aristóteles y alabando a Cervantes. A ver cómo sigue. Por ahora, a escucharlos. Actualización.- En una conferencia sobre el humor, dictada con sentido del humor, Luis Rafael Sánchez y Alfredo Bryce Echenique están dejando todo en la mesa redonda. Son como dos boxeadores mayores, seniors, íntimos amigos fuera del ring, pero una vez sobre la tarima buscan cada uno llevarse al público al bolsillo. Y en cada intervención lo consiguen sin duda. Luis Rafael Sánchez acaba de despotricar contra los escritores solemnes “cuesta tanto escribir que encima hacerse el solemne es una estupidez”. Y luego ha recordado el final de Con los Faldas y a lo loco, con Jack Lemon y Marilyn Monroe, cuando un mafioso se enamora de uno de los protagonistas disfrazado de mujer para huir de la mafia, y termina confesándole al final de la película al mafioso que es hombre. Y la respuesta de este es impecable: Nadie es perfecto. Bryce Echenique comenta que nunca busca el sentido del humor en los libros, no lee libros para reírse, pero cuando al final del libro no se ha reído se siente mal. Luis Rafael Sánchez acaba de decir que la literatura con humor es como uno de esos espejos de feria que deforman el cuerpo humano; el humor permite vernos como realmente somos, es decir desfigurados. Alfredo Bryce Echenique cita a Stendhal y su epitafio Solamente escribió, vivió y amó, y Bryce dice que él quiere ese epitafio antes que el de su hermano Eduardo, el vago, que el propio Alfredo redactó y que dice “Aquí sigue descansando Eduardo Bryce”. Luis Rafael Sánchez dice, citando a Aristófenes, que no le temen los tiranos a la crítica, no a los ataque serios, sino a que su nombre esté ligado a la ridiculización. La risa tiende siempre a rebajar la idea que uno tiene de uno mismo, por lo que sirve siempre a socavar el pedestal que uno mismo se ha levantado. Alfredo Bryce Echenique acota que un tirano siempre carecerá de humor. Recuerda la historia de Alejandro Magno y Diógenes, y la respuesta de Diógenes “apártate que me estás tapando el sol”. El humor y la ironía es el golpe de gracia contra los poderosos. Y eso, dice Bryce, es su esperanza. Luis Rafael Sánchez habla del humor como disparate. Cita a Beckett e Ionesco. El humor como mirada a la ilogicidad del día a día. Dice que está más interesado en eso. Y, como al principio, comenta que el verdadero humor es el que resulta del que no pretende ser gracioso. Al humor no se llega desde la voluntad, culmina. Y como nada es perfecto, esta velada acaba de concluir, dice el moderador. Aplausos. Público de pie. La fiesta de la literatura ha terminado.