Por: Amanda Díaz de Hoyo
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó recientemente la Ley para el Etiquetado Seguro y Preciso de Alimentos (Safe and Accurate Food Labeling Act), según información publicada en la página cibernética http://www.isaaa.org/kc/cropbiotechupdate/article/default.asp?ID=13601.
Esto significa que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) debe permitir pero no requerir que los alimentos genéticamente modificados señalen en sus etiquetas que son Genetically Modified Organisms (GMO’s), con lo que queda claro que se trata de algo voluntario. Una vez la medida se apruebe en el Congreso y pase todo lo reglamentario para estos casos, se establecerá un estándar para ello fundamentado en la ciencia.
Hasta aquí todo suena bien, pero ¿qué implicaciones tiene para el consumidor acá en Puerto Rico? Para el consumidor, resultaría fácil detectar los ingredientes genéticamente modificados cuando un producto solo tiene un ingrediente principal como el maíz o la soya, pero cuando hay otros como aceites, azúcares y almidones, el asunto cambia pues no necesariamente ya contiene las proteínas modificadas o el DNA, un componente del núcleo celular que contiene toda la información genética.
Si consideramos que hay ocho cultivos genéticamente alterados: maíz, soya, algodón, papaya, calabacines remolacha azucarera y alfalfa para los Estados Unidos, tenemos que ver que estos se utilizan de diferentes maneras: directa o indirectamente. La remolacha azucarera puede llegar en un producto como el azúcar refinada mientras que la alfalfa, como pienso para animales. Pienso es un término básico en ciencias agropecuarias y agricultura general para denominar el alimento concentrado para animales.
Por otro lado,¿Cómo sería la etiqueta, por ejemplo, de la tocineta? ¿Necesariamente tendría que indicar que contiene cerdo como pienso con alfalfa GMO? La alfalfa es uno de los alimentos GMOs que se elabora como pienso y si el cerdo la consume, ¿sería un ingrediente GMO indirecto?
Los pros y contras
Hay, como en todo, grupos a favor y en contra en este asunto. A la hora de la verdad, muchos desconocen la importancia de la ciencia genética dentro del marco agrícola de los países.
La Asociación de los Consumidores Orgánicos, presentan sus postulados en contra de los GMO’s en su página https://www.organicconsumers.org/. Aunque la entidad puede tener una intensión válida y genuina de educación a los consumidores al promover que el etiquetado sea mandatorio y no voluntario, y buscan mayor consumo de alimentos cultivados naturalmente al mismo tiempo de que se reduzca el uso de plaguicidas, enfocan el problema desde la perspectiva de una sociedad sobrealimentada,es decir, con facilidad y medios para adquirir y consumir todo tipo de alimentos. La sobrealimentación en los países del primer mundo dista de la realidad de países en desarrollo, donde la población en momentos de crisis, tiene que optar por comer muy poco o no comer. Estos lugares están a merced de los cambios climatológicos y la producción agrícola local se refuerza con semillas que resisten los embates del tiempo, las enfermedades y pueden proveer más rendimiento en sus cosechas. Estas semillas son mejoradas genéticamente para ello.
Es por ello que considero que no necesariamente el mejoramiento de semillas y variedades atenta contra la naturaleza, sino que provee sustento a miles de familias en el mundo entero, como bien indica en diferentes publicaciones del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-Biotecnológicas (ISAAA, por sus siglas en inglés) y se aprecia en artículos como el presentado en la página cibernética Gastronomía y Cía., un blog sobre el mundo gastronómico.
“Hablando de los países africanos, al margen de Sudáfrica, cuyo cultivo se ha reducido pasando de los 2.9 a los 2.7 millones de hectáreas a causa de la sequía (según reza en el informe), en otros países como Sudán el crecimiento ha sido espectacular, siendo de casi un 50% en relación al año 2013. También se destaca la reducción de la superficie en Burkina Faso por la misma razón. Sin embargo, una amplia lista de países de este continente ya han empezado a realizar ensayos de campo para cultivar alimentos transgénicos, supuestamente en favor de los agricultores más pobres. Están a un solo paso para la aprobación y puesta en marcha de la producción”, cita la publicación cibernética en su artículo: “Informe sobre el crecimiento de los cultivos transgénicos en el mundo 2014” (http://www.gastronomiaycia.com/2015/01/28/informe-sobre-el-crecimiento-de-los-cultivos-transgenicos-en-el-mundo-2014/).
Varias universidades y laboratorios de ciencias agrícolas trabajan en el aspecto del mejoramiento de las semillas.Veamos como ejemplo, el café. Mediante mejoramiento genético, se ha trabajado con variedades para que resistan enfermedades como la roya. Del Conjunto Tecnológico de Café, publicado por la Estación Experimental Agrícola de la Universidad de Puerto Rico (UPR), presentamos la siguiente cita: “Entre las variedades de café arábigo que se cultivan en Puerto Rico se encuentras las de porte intermedio como Bourbon, Mundo Nuevo y Puerto Rico 401, y las de porte semienano como Caturra, Pacas, Limaní y Frontón. Estas dos últimas son variedades resistentes a la roya”. Cultivar variedades resistentes a enfermedades permite que los agricultores no incurran en gastos mayores, al no tener que aplicar soluciones para contrarrestar las mismas.
En otros países, se trabaja genéticamente con cultivos como la berenjena, el arroz, los pimientos dulces, las habichuelas comunes, las rosas, los claveles y el álamo. Más aún, ya se trabaja con la alteración genética de los mosquitos portadores del dengue en varias partes del mundo y se espera ampliar a otras enfermedades como la malaria. Los datos se esta información pueden corroborarse en:http://www.pnas.org/content/103/11/4198.short y han sido ampliamente difundidos en noticiacios como BBC y France 24/7.
Los datos que ofrece ISAAA, que se accede mediante http://www.isaaa.org e incluso la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), son reveladores para los consumidores que interesan aprender más sobre la ciencia detrás de los alimentos y todos los temas multidisciplinarios que se unen a la hora de alimentar a la humanidad.
Los consumidores necesitan educarse. Deberían haberforos sobre estos temasy los gobiernos deberían participar en la implantación de estándares junto con los consumidores y la academia. Ya hay países en la Unión Europea, que han tomado acción al respecto. Igualmente, han hecho lo propio Canadá, Corea, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos; algunos mayormente por el asunto de los alérgenos –sustancias que pueden producir reacciones alérgicas en algunas personas.
Coincido con el artículo titulado Pocket K No. 7: Labeling GM Foods, al que se puede acceder en: http://www.isaaa.org/resources/publications/pocketk/7. En este se destaca que los reguladores tienen que escoger bien sus palabras porque una etiqueta no debe prejuiciar o favorecer un producto ante los ojos del consumidor. Esto es un dolor de cabeza, no solo para establecer los criterios de regulación sino hasta para quienes diseñan las etiquetas.
Mi recomendación, es estar al tanto de los cambios y participar de los procesos educativos para alimentarnos mejor, con seguridad alimentaria en todos los renglones e insisto que el banco de semillas, con y sin mejoramiento genético no debe estar en manos privadas, sino como he recalcado en otros foros, ser patrimonio de la humanidad.
La autora es especialista en comunicaciones y profesora del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez y miembro del Consorcio para la Educación en Seguridad Alimentaria de Puerto Rico.