Desde niñas, a muchas mujeres –y alguno que otro hombre- se les enseña que para la buena postura y para verse bien hay que aguantar la barriga. El problema es que muchas veces lo que se aguanta son, precisamente, las historias que necesitan contarse y explotar a la luz pública como botones de ropa ajustada. Con esa libertad en mente y con sus barrigas nada contenidas, un grupo de mujeres de la Comunidad de Nueva Esperanza en el Barrio Sábana Seca de Toa Baja compartirá con el público los textos basados en sus barrigas, fruto del taller literario que les ofreció la escritora Mayra Santos Febres. La actividad se llevará a cabo este domingo a las 4:00 p.m. en la Parroquia San José Obrero de Sabana Seca. También, se podrá acceder a la producción literaria que surgió del taller a través del blog titulado: “Barrigas en nueva esperanza”. De este modo se documenta la experiencia que tuvo una duración de mes y medio; tiempo en el que por medio de ejercicios de redacción, descripción dinámica y estática, retrato y autorretrato, memorias y escritura, el grupo de mujeres liberó sus barrigas y con ellas, sus historias de vida. Esta no es la primera vez que un grupo de mujeres destapan sus interioridades, convirtiendo la literatura en el cordón umbilical que las conecta con sus historias personales. Hace alrededor de cuatro años, un grupo de talleristas dio inicio a lo que hoy es Proyecto Barrigas. “Yo decidí dar un taller de cuentos en la Escuela de Artes Plásticas. Por casualidad, todas las que se inscribieron en ese taller fueron mujeres. Entre las tareas que siempre asigno a mis talleristas está la de traer a clase un autoretrato o descripción escrita de su rostro y otra de su cuerpo. Les pedí que se enfocaran en la parte que menos les gusta del cuerpo. La inmensa mayoría de las participantes escogieron las barrigas”, recuerda Santos Febres sobre ese grupo al que pertenecieron la escritora Yolanda Arroyo Pizarro, la gestora cultural Bárbara Forestier, la periodista Gloribel Delgado, la licenciada Mari Isabel Dátiz, la editora Neeltje Van Marissing, entre otras, cuya lectura pública está documentada también en la página Web, www.lasbarrigas.blogspot.com. La primera edición del proyecto contó con doce talleristas, pero en esta ocasión se trata de 25 mujeres de barrio: catequistas, maestras retiradas, costureras, madres, enfermeras, amas de casa. “Estas mujeres han vivido mucho, tienen mucho qué contar. Sus historias son mejores que las de muchos libros que he leído. Nuestro fin es despertar aquel proyecto y darle seguimiento por los distintos barrios y pueblos de la Isla para recoger historias de vida de mujeres comunes y corrientes; mujeres reales, heroínas anónimas, que le sirvan de modelo a otras mujeres. Queremos desmitificar lo que se piensa que es una mujer; contar nuestras verdaderas historias de vida”, añade Santos Febres, cuyo esfuerzo se une al de la organización Lourdes Miranda Foundation, la Comisión de Derechos Civiles, el Proyecto Niños de Nueva Esperanza y el Salón Literario Libroamérica de Puerto Rico. Más allá de la experiencia de la escritura, las mujeres del proyecto Barrigas le apuestan al impacto que pueda tener la lectura pública en otras mujeres. “Queremos que vengan muchas jóvenes para que se enteren de que ser mujer dista mucho de lo que cuenta la Taína o Maripily, que los retos que enfrentarán son mucho más fuertes que los que cuentan en las telenovelas”, finaliza Santos Febres, líder de esta especie de cruzada reivindicadora de barrigas redondas, planas, llenas de estrías, de pieles tatuadas por la tinta o por el embarazo; de historias que surgen desde donde surge la vida misma. Basta un vientre para empezar.