Un fuerte dolor estomacal y abdominal interrumpió el sueño de Javier la madrugada del 25 de agosto. Las nauseas y los vómitos no se hicieron esperar cuando se levantó de la cama la mañana de aquel sábado. No obstante, Javier decidió no prestar atención a los síntomas. “Ese día seguí trabajando, estaba picando un palo en la parte de atrás de casa, traté de desayunar y no pude ni siquiera beber café”, narró Javier.
Pero el dolor físico no era el único problema con el que tendría que lidiar el paciente. La mañana siguiente, Esther, la esposa de Javier, decidió llevar a su esposo a un hospital privado ubicado en Las Piedras. Al momento, la pareja no tenía plan de cubierta médica. “Nosotros estábamos sin plan porque él estaba trabajando y por el ingreso que tenía no cualificaba [para el plan médico gubernamental Mi Salud]”, explicó Esther.
El salario de Javier no le permitía adquirir el plan de salud público pero tampoco le sobraba dinero para pagar uno privado.
Según estadísticas de Administración de Seguros de Salud (ASES), en Puerto Rico, alrededor de 282 mil personas se encuentran sin plan médico público o privado, lo que representa un 8 por ciento de la población.
Tras informar que no tenía plan médico, Javier fue trasladado en ambulancia privada desde Las Piedras al Hospital Ryder en Humacao. El costo por el traslado ascendió a 120 dólares que fueron pagados al momento por Esther, su esposa. En el Hospital Ryder, la pregunta sobre el plan médico fue inmediata y tras Esther informar que su esposo no tenía cubierta médica, se le pidió que abonara alguna cantidad monetaria a la deuda que ascendería a alrededor de 15 mil dólares.
Una vez hospitalizado, la pareja logró que le aprobaran de emergencia el plan médico público Mi Salud, luego de que un empleado del hospital enviara una carta directamente a una empleada del Departamento de Salud de Puerto Rico. “Allí [en el hospital] el que estaba encargado me dio una tarjetita de él y me dijo que fuera a la reforma y que ellos me iban a ayudar a sacar el plan, porque sino la cuenta iba a ser bien alta”. Para el viernes de aquella semana, Javier fue dado de alta y la pareja obtuvo plan médico sospechosamente, justo a tiempo para cubrir los gastos.
La Reforma de Salud conocida hoy día como Mi Salud fue implementada en Puerto Rico en el año 1993 por el ex gobernador Pedro Rosselló. Este modelo de prestación de servicios privatizó el acceso de salud a través del financiamiento del mercado de seguros y transfirió la prestación de servicios a empresas privadas a través de la venta de instalaciones públicas.
Pero antes de la Reforma de Salud, otro modelo fue utilizado en Puerto Rico desde 1954, conocido como el modelo Arbona. En este sistema, que fue emulado por otros países alrededor del mundo, todas las instalaciones hospitalarias en Puerto Rico pertenecían al gobierno. De igual modo, los servicios que se brindaban eran pagados por el Estado. “El modelo Arbona era la regionalización de los hospitales y los servicios preventivos médicos. El único componente que existe de ese modelo actualmente en Puerto Rico es el Centro Médico”, explicó Irving Jiménez, director interino del Centro Médico.
Según Jiménez, el modelo consistía en Centros de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) en cada uno de los municipios de la Isla, además de hospitales de área, hospitales regionales y el Centro Médico.
Los CDT estaban diseñados con el propósito de atender toda situación de emergencia, además del cuidado preventivo. Los hospitales de área atendían medicina primaria, es decir, cuidado preventivo, pediátrico, ginecológico, radiológico y atención de síntomas como fiebre, catarro, entre otros. Los hospitales regionales atendían medicina secundaria, que se refiere a otro tipo de tratamiento que debe ser ejecutado por un especialista médico. El Centro Médico era la cabeza del modelo Arbona y fue diseñado particularmente para las cuestiones terciarias y supra terciarias, es decir, el servicio de sub-especialistas.
Nilza Cruz, administradora del Centro Médico, explicó que en el año 1973 ocurrió el modelo que se denominó como la democratización de la medicina. Fue ahí donde comenzaron a entrar las entidades privadas en el sistema de salud público. Según Cruz, durante ese periodo el Gobierno de Puerto Rico continuó siendo dueño de las instalaciones hospitalarias, aunque algunas eran administradas por entidades privadas. Luego de un tiempo, este sistema fue derogado porque los resultados no fueron los que el Gobierno esperaba en términos económicos. Finalmente, en el 1993, surgió el modelo de prestación de servicios que se denominó como la Reforma de Salud de Puerto Rico.
“Lo que termina ocurriendo es que el gobierno se deprende de su rol de prestar servicios porque lo privatizan pero no se desprende de esa responsabilidad de salud pública, pero también, lo deja de hacer en gran medida y deja de levantar datos para medir lo que está pasando. Entonces, no tienes un mapa, no tienes criterio, por lo que las funciones esenciales de salud pública empiezan a mermar”, indicó el doctor Roberto Ramírez, experto en salud pública y profesor del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Reenfoque hacia la prevención
Según Ramírez, cuando el Estado era responsable de la atención y los servicios de salud a la población, se atendían, además, otras funciones de salud pública como la promoción de estilos de vida saludables, programas de cuido preventivo, intervenciones de saneamiento ambiental y campañas de educación masiva. Ramírez indicó que luego de 1993 todas estas actividades mermaron.
“Las funciones de salud pública que llevan a cabo los gobiernos y los países son las que determinan el estado de salud de la gente, no es el sistema de servicio…las compañías de seguros responden a los accionistas, su responsabilidad es dar un servicio y hacer dinero”, añadió el profesor.
Para Ramírez, no hay un problema inherente con tener un sistema de salud privado. Según el médico, implementar nuevamente un sistema de salud público universal conllevaría que el Estado compre nuevamente las instalaciones que vendió hace dos décadas y la economía actual del País no lo permitiría.
Según la procuradora auxiliar de la Oficina del Procurador del Paciente de Puerto Rico, Brenda Figueroa, el plan de salud del gobierno incluye dentro de su cubierta varios servicios preventivos, como la aplicación de vacunas, examen físico una vez al año, mamografías una vez al año a mujeres de 40 años o más, examen de colonoscopia, endoscopía y Papanicolaou, entre otros servicios.
“La prevención es la primordial, es lo más costo efectivo, si previenes las condiciones no tiene un paciente crítico, si esperas que el paciente se encuentre en una situación crítica o crónica el gasto va a ser más”, indicó Figueroa.
La directora de epidemiología del Departamento de Salud de Puerto Rico, la doctora Brenda Rivera, aseguró, por su parte, que su papel principal dentro de la agencia es, precisamente, prevenir a la población de futuras enfermedades y evitar que las personas se conviertan en pacientes críticos o crónicos. De esta manera se evita, a su vez, que el gasto por los servicios sea excesivo.
“La epidemiología te da datos, te provee la inteligencia para tomar acciones de manera acertada para política pública y algunas de estas políticas son para la prevención de condiciones y enfermedades, buscar donde están los problemas para atajarlos y no tener que tomar medidas remediativas”, sostuvo.
No obstante, para el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, el doctor Eduardo Ibarra, la prevención es sólo una de las características del sistema de salud de un país.
“Se debe implementar un sistema de salud universal como lo hay en todos los países europeos y en veintiocho de las naciones industrializadas del mundo”, opinó el médico.
Según Ibarra, el sistema de salud pública universal es el recomendado por las Naciones Unidas y por la Organización Mundial de la Salud. Este tipo de sistema ha sido implementado con éxito en Dinamarca, Francia, Suiza, Noriega, Bélgica, Alemania, Canadá, Portugal, España, entre otras naciones alrededor del mundo.
Buscando alternativas
Según el director de la Administración de Seguros de Saludo (ASES), Ricardo Rivera Cardona, la implementación en Puerto Rico del Affortable Care Act, mejor conocido como el Obamacare, logrará beneficiar a 75 mil personas que se encuentran sin plan médico actualmente en Puerto Rico. Este grupo de personas que recibe un salario de 10 a 25 mil dólares al año, no cualifica hoy día para el plan médico gubernamental pero tampoco tiene el dinero necesario para pagar una cubierta privada. Según la ley federal, toda póliza de salud deberá ofrecer servicios preventivos básicos de forma gratuita, como cuidado prenatal, vacunas, pruebas de enfermedades y cuidado dental, además de cubiertas de medicamentos, hospitalización, servicios de emergencia y pediátricos. Javier y Esther pertenecen a este grupo que será beneficiado a partir de 2015.
La política pública de salud, firmada por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en marzo de 2010, básicamente busca regular las tarifas de las aseguradoras, crear subsidios para los asegurados y generar competencia entre los planes médicos de salud, con el fin de que los costos sean más accesibles a los ciudadanos. El Director de ASES confirmó la aplicación de estos componentes del Obamacare en Puerto Rico. Por otro lado, aseguró que otras medidas, como cobrarle una multa a las personas que no se acojan a ningún plan y exigirle a los patronos que tengan más de 50 empleados para pagar plan médico a sus contratados no aplicarán en la Isla. Los beneficiados por el Obamacare tendrán que cubrir un 40 por ciento de los costos, mientras que el gobierno de Puerto Rico sufragará el restante 60 por ciento con fondos federales.
Pero, ¿qué va a ocurrir en 2019, fecha en que culminan los fondos del Obamacare?
“Ahora mismo, nosotros tenemos la estructura hasta el 2019. La realidad del caso es que ahora mismo nosotros, a medida que vamos trabajando la nueva cubierta que estamos haciendo para el 2015, le estamos también dando pensamiento a cómo nosotros vamos a estructurar el sistema luego de 2019”, aseguró el director de ASES, al tiempo que indicó que la agencia se mantiene pendiente de los planes y reformas que han presentado algunos de los cincuenta estados, con el fin de emular algunas de las propuestas y continuar el plan de cubierta luego de la culminación de los fondos federales.