La fiebre que golpea al mundo cada cuatro años se está gestando y pronto será liberada. Llegará el verano del 2010 y los ojos del mundo mirarán a un orgulloso continente africano que organiza su primer gran evento internacional. Sudáfrica es el anfitrión y ya todos los invitados han confirmado su asistencia. Solo falta por conocer cómo se repartirán en grupos los participantes, y esa incógnita se disipará este viernes con el sorteo en Johannesburgo que definirá los enfrentamientos de la primera fase del Mundial. Sí, en las eliminatorias hubo drama, batallas épicas, dolor y triunfo. El mundo presenció unas clasificaciones muy luchadas que dejaron a las 32 naciones participantes a la máxima fiesta del fútbol. Aún así, muchos países no saben todavía qué les depara su destino.
Europa y África son las zonas más calientes, pues prácticamente son las únicas federaciones en que todavía hay una lista larga de países con posibilidades de clasificar. Selecciones históricas como Uruguay, Francia y Portugal tuvieron que jugar partidos decisivos para alcanzar su pase. Y de forma dramática, países como Rusia, Ucrania, Suecia e Irlanda –sobre todo éste último- fueron eliminados. La Unión de Federaciones de Fútbol Europeas (UEFA) ya tiene a los 13 países que la representarán: España, Holanda, Inglaterra, Alemania, Italia, Dinamarca, Serbia, Suiza, Eslovaquia, Francia, Portugal, Grecia y Eslovenia. De la eliminatoria europea destacan algunas particularidades. Es la federación, como siempre, que más cabezas de serie aporta con cinco: España, Holanda, Inglaterra, Alemania, Italia. De los países que quedaron ya sin ninguna posibilidad de clasificar, resalta la Suecia de Zlatan Ibrahimović —el intimidante goleador del FC Barcelona y uno de los jugadores mejor pagados—, quien verá el Mundial por televisión. Otras estrellas que no estarán en Sudáfrica son Roman Pavlyuchenko y Andrei Arshavin, tremendos jugadores que despuntaron con Rusia en la pasada Eurocopa. También, hay que señalar a dos países que hicieron una eliminatoria muy buena y que hace apenas unos años no existían y sus pueblos vivían una terrible guerra étnica: Serbia y Bosnia. Serbia dictó cátedra en el Grupo 7 de la UEFA. Fue la mejor ofensiva y tuvo la mejor defensa, y aplastó a todos sus oponentes, incluyendo a las imperiales Austria y Francia. Los serbios podrían ser la gran sorpresa de este mundial —o al menos de los representantes europeos—, y quien quiera que los enfrente en las canchas sudafricanas deberá estar muy bien preparado. Por su parte Bosnia peleó el repechaje contra Portugal, eso podría ser suficiente para un país tan pequeño –y con tantos problemas- y aunque Bosnia quedó eliminada resultó un rival muy complicado y seguramente seguirá desarrollando su fútbol. La Confederación Asiática de Fútbol reparte entre sus agremiados cuatro boletos para el Mundial, y ya tiene a sus elegidos: Australia, Japón, la República Popular de Corea y Corea del Sur. Ninguna de estas naciones será cabeza de serie en el sorteo. Australia, Japón y Corea del Sur se han ganado a pulso un papel digno en el fútbol mundial. Los tres han crecido a pasos agigantados, cuentan con jugadores de peso y han forjado con sus recurrentes apariciones en mundiales su historia futbolera.
Pero está el caso de la República Popular de Corea. El hecho de que un país totalmente aislado, con problemas graves de hambruna y sin una estructura sólida como una liga de fútbol profesional, clasifique a la Copa del Mundo significa dos cosas: que el mito siempre tiene lugar en este deporte y que la calidad de la Confederación Asiática es muy pobre. Asia y Oceanía disputaron el último boleto disponible en esa región del mundo. Bahrein y Nueva Zelanda se enfrentaron en partidos de repechaje, resultando vencedores los neozelandeses, quienes asistirán a su segunda Copa del Mundo, luego de que participaran en España 82’. África, como siempre, es un misterio. Incluso en lo referente al fútbol. Solamente Sudáfrica —por ser anfitrión—, Ghana y Costa de Marfil lograron clasificarse sin exabruptos. La Confederación Africana de Fútbol tuvo que recurrir a partidos extraordinarios para definir a sus seis representantes. De ellos, solamente el anfitrión, Sudáfrica –como es costumbre- será cabeza de serie. Argelia, Camerún y Nigeria completan la lista africana. Camerún y Nigeria son recurrentes participantes en los Mundiales y hasta el momento son las longevas promesas para despuntar y poder lograr un campeonato mundial. Por su parte, Argelia protagonizó junto a Egipto la eliminatoria más dramática. Hubo decenas de detenidos, grescas multitudinarias al punto que se tuvo que disputar el partido en suelo neutral en Sudán. Argelia ganó, y ganó bien, mientras que Egipto quedó eliminado pese a ser bicampeón de África, fracasando de nuevo en su intento por alcanzar un Mundial. De esta parte del mundo, las cosas son un poco menos complicadas. La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) tuvo una eliminatoria vibrante pero sin sobresaltos extremos, y sus cuatro plazas ya tienen dueño: Brasil, Paraguay, Chile y Argentina. Además, a éstos se le suma Uruguay quien ganó el repechaje a Costa Rica. Así, Sudamérica tendrá cinco representantes, de los cuales solamente los dos gigantes consagrados, Brasil y Argentina, serán cabeza de serie. Sus dos titanes, Brasil y Argentina, vivieron una clasificación difícil. Brasil tardó en acoplarse al sistema de su actual entrenador Carlos Caetano Bledorn Verri, “Dunga”, pero una vez asimilados, avanzaron suave en su camino con rumbo sudafricano. Argentina sufrió demasiado, pero nunca estuvo en juego su clasificación. Vivió momentos demasiado grises bajo el mando de Alfio “El Coco” Basile, a quien la Federación Argentina despidió en medio de las eliminatorias. En una decisión mediática, y al parecer poco pensada, decidieron darle —por fin— la oportunidad al inmortal Diego Armando Maradona. Con él tuvieron, como se esperaba, una eliminatoria llena de nerviosismo y angustia, además de declaraciones controversiales, suspicacias y acusaciones. Paraguay se consolidó como una potencia sudamericana, sin desviarse de su libreto usual de solidez defensiva y contragolpe certero. También, como ya es usual, tuvo una primera fase magnífica y una segunda bastante floja. Chile dio la nota esta vez. Marcelo Bielsa, el bien llamado “El Loco”, dirigió a los suyos de manera magistral. La “Roja” chilena desplegó el mejor fútbol del continente, y con una selección bastante joven, promete ser un duro contrincante en Sudáfrica. Uruguay fue Uruguay. Perdió los partidos fáciles y ganó los imposibles, salvo el definitorio contra Argentina. Disputó el repechaje americano contra Costa Rica, donde impuso su fuerza y su juego, que lo llevaron a tierras africanas. En la eliminatoria de la Confederación de América del Norte, Central y Caribe hubo una serie de altibajos bastante dramáticos. Costa Rica disputó el mejor fútbol de la zona y caminaba cómodamente hasta que tuvo un desplome inesperado, y pese a la cómoda ventaja de puntos que logró sumar, no le alcanzó para clasificarse. Ninguno de los países de esta zona fue considerado para ser cabeza de serie, pese a que se especulaba que Estados Unidos podría serlo. Quizá esa caída tuvo que ver con que México despertó justo a tiempo para clasificar. El conjunto azteca tuvo que reinventarse a sí mismo. La Federación Mexicana de Fútbol despidió a dos entrenadores —el hijo pródigo Hugo Sánchez y el afamado Sven Goran Eriksson— y tuvo que echar mano de Javier “El Vasco” Aguirre, quien volvió de Europa para salvar el barco mexicano. Con Estados Unidos cada vez más sólido y con una Honduras llena de talento, la CONCACAF parece poco a poco levantar el pobre nivel futbolístico que caracteriza de la zona. El mundo celebra a África y le hace un poco de justicia. Las desgracias que vive el “continente negro” no se borrarán con el Mundial de Sudáfrica, pero quizá éste ayude a potenciar el orgullo y las capacidades de los pueblos africanos.
Aunque, lo único seguro, es que le dará una alegría enorme a los millones de habitantes del continente negro, y ¿por qué no?, quizá un país africano sea, por fin, Campeón del Mundo.
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Diálogo
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