Fanáticos de Deadshot, Harley Quinn y Amanda Waller no saldrán defraudados cuando por fin vean Suicide Squad, la película más anticipada del año. No obstante, los buenos sentimientos permanecen entre este selecto grupo de personajes, pues los demás y el resto de la película no causarán la misma sensación.
En resumidas cuentas, Suicide Squad intenta distanciarse del estilo oscuro y rígido que ha caracterizado las películas de DC Comics, aunque no lo haga de manera exitosa. Supone ser una película divertida, más suelta y tan “loca” como sus personajes, pero en su lugar tenemos dos horas llenas de promesas que no se cumplen en su totalidad y un final que dejará a muchos indiferentes. Aun así, no es el desastre que muchas reseñas en el extranjero aseguran que es.
Basada en los personajes del cómic homónimo, la película muestra cómo Amanda Waller (Viola Davis), oficial de inteligencia gubernamental, reúne a un grupo de supervillanos encarcelados, peligrosos y superdotados, para realizar misiones encubiertas de alto nivel de dificultad. ¿Por qué unir y confiar en un grupo con estas características? Porque los chivos expiatorios son fáciles de explicar a la hora de rendir cuentas, de surgir la necesidad. La mayoría nunca ha visto acción en la pantalla grande, entre ellos Deadshot (Will Smith) y Harley Quinn (Margot Robbie), acechados por el ya veterano Joker, esta vez interpretado por Jared Leto, y sus secuaces.
Como escritor y director, David Ayer (Fury, Training Day) no logró ensamblar todos los elementos que componen el filme y convertirlos en algo refrescante. Su filme se tambalea entre comedia media forzada y escenas de acción planas. En fin, romper la abultada piñata no suelta muchos dulces.
De principio a fin, Suicide Squad es una puesta en escena sin rodeos. O sea, nada de titubeos a la hora de presentar los hechos. Tampoco pierden tiempo en una sesión informativa detallada de cada personaje para entenderlos. El público cae de paracaídas en la acción y recibe más detalles en el transcurso de la historia, junto a algunas sorpresas que emocionarán a los fanáticos de DC.
Para conocer a cada miembro del grupo, la producción recurre al uso de animaciones y texto en colores llamativos para darnos los datos más importantes de cada uno, similar a lo visto en los vídeos de promoción de la película. Esto le da un poco de soltura a un filme de esta clase, además del “playlist” intenso con el que cuenta, pero no lo suficiente. Esta iniciativa de romper con la linealidad de la historia funcionaría mejor si fueran menos personajes, pues estamos hablando de un elenco principal de 10 personas y no hay cama pa’ tanta gente. El espectador sentirá el deseo de adentrarse más en el origen de algunos personajes, pero eso es algo que la película no puede ofrecer. Quienes más tiempo reciben, como era de esperarse, son Harley Quinn y el Joker, aunque aún así su torcida historia de amor es tratada a la ligera.
La interpretación de Leto como el Joker ha tenido reacciones mixtas, ya que su apariencia y actitud distan completamente de las anteriores, en especial la versión de Heath Ledger (The Dark Knight). El Joker presentado en Suicide Squad es uno sumamente diferente. Según el director, este se basa en el Joker de los primeros cómics de Batman, para eso de los años ’40 cuando era un ‘gángster’, y reformulado para la actualidad. Eso explica los trajes en colores brillantes, las extravagancias y los excesos, además de los tatuajes y su dentadura.
Este Joker es uno destructivo, enamorado de su juguete favorito (Quinn) y dispuesto a lo que sea por retenerlo. Esto contrario al Joker de Ledger, cuyo juego era más psicológico y de cuestionamientos morales. Dentro del contexto de Suicide Squad, el Joker de Leto es el que va a tono con la historia. Ahora bien, ¿es posible disfrutárselo? Su corto tiempo en pantalla no da paso a abordar mucho en el personaje. De todos modos, dudo que termine entre los favoritos del público.
El fallo del desarrollo de personajes se extiende hasta Slipknot, quien hasta parece no encajar con el grupo, y su limitada aparición en pantalla es prescindible. Como miembro del “squad”, Slipknot tiene menos relevancia que el propio Batman (Ben Affleck), quien aparece aquí en varias ocasiones.
Siguiendo esa línea, Enchantress y su rol en esta película es lo más aburrido y ordinario. Sus escenas principales son relegadas a las gráficas computadorizadas (CGI) casi en su totalidad y no emocionan. En esta película de villanos, Enchantress es la peor villana de todas.
Lo que no debe cuestionarse son las actuaciones de Davis, Smith y Robbie, cuyas interpretaciones son magníficas. El resto del elenco no goza de los mismos halagos, pero se debe a que el poco material que tienen no les permite lucirse. Este elenco lo componen: Rick Flag (Joel Kinnaman), Enchantress (Cara Delevingne), Katana (Karen Fukuhara), El Diablo (Jay Hernández), Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje), Captain Boomerang (Jai Courtney) y Slipknot (Adam Beach), además de la insistencia sobre Scott Eastwood, cuya razón de existir en este tipo de película sabremos en un futuro si nos dejamos llevar por los rumores. Ayer cuenta con un grupo muy diverso, tanto en destrezas como en apariencias, un giro necesario ante el estado del cine actual en donde la representatividad de grupos minoritarios es escasa o irrespetuosa.
A pesar de todo, la película más anticipada del año funciona como trazo hacia el próximo paso en el universo cinematográfico compartido de DC Comics, iniciado el pasado marzo con Batman v Superman: Dawn of Justice. Para muchos, esta última fue un desastre, pero por lo menos en Suicide Squad nadie se llama Martha.
Aviso al público: solo hay una escena entre créditos como pista para el futuro de este universo compartido.
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=MZwsbcW-d-E