El abrazo

Pasa ahí, a plena luz del día. La sonrisa está en su sitio, lista para el ‘estoy bien’ de siempre, ese que defiendes casi como un servicio público a la humanidad. Entonces aparece un cuerpo y te abraza. Y sientes el sol. Puede ser quiensea – no cualquier quiensea, sino uno que se quiera mucho. Uno que quizá extrañabas sin saberlo…