Ricardo Alcaraz

La Habana en dos tonos

  1 El niño apareció a nuestras espaldas. Vestía unos pantalones desgastados y una camiseta blanca teñida de ocre que almacenaba tierra en el doblez. El polvo le llegaba hasta la parte superior de los zapatos y el pelo le sudaba por detrás de la oreja. "Compañeros, ¿ustedes me pueden dar algo?", preguntó mientras estiraba…