Moralejas chinas
De todos los cuentos que me arrasaron la infancia, el único que más me conmovía no lo encontré en los libros que antologaban los clásicos de los hermanos Grimm (Jacob y Wihelm), ni los de Charles Perrault, que me gustaban mucho, sino en un destartalado VHS que era, de todos los disponibles, el más valioso…