“Yaucono, ¿qué será?”

A los once años quería ser dueño de mi propia empresa de café. Todo empezó cuando un día mi abuela materna, golpeada por un ventarrón de nostalgia, desempolvó un viejo molinillo doméstico que, después confió en mis manos, entendiendo que yo era lo bastante sabio y cuidadoso para darle el uso apropiado. Así fue como…