Por: Carmen Figueroa
Cuatro días tardamos en iniciar tu búsqueda. Cuatro días pasaron para que tu cara se conociera en todas las redes sociales y en los medios de comunicación. Cuatro días pasaron para que la voz de una madre, preocupada por el paradero de su hija, pudiera ser escuchada por la gente.
Cuatro días pasaron para que comenzara la búsqueda por salvar tu vida, independientemente del tipo de persona que hayas sido. Independientemente de tu orientación sexual, de tu clase social, de tu educación. Nosotros como sociedad teníamos un deber. Teníamos el deber de asegurar que tanto tú como otras miles de hombres, mujeres y niños se sintieran seguros en las calles, en sus hogares, en sus lugares de trabajos…
Cuatro días pasaron para que se armara el revuelo en el país. Cuatro días pasaron para que miles de personas se preocuparan por ti. Cuatro días pasaron para que otros, en su sed de ignorancia y protagonismo, decidieran juzgarte a ti y a los tuyos sin saber tu verdadera historia.
El silencio imperó en la clase política, en las autoridades que en vez de empezar a movilizarse decidieron esperar. En las figuras públicas que, envueltas en sus burbujas electorales no movieron un solo dedo para buscarte.
Se hizo de la vista larga una mandataria que luego de unas secundarias se volvió invisible ante el sufrimiento del pueblo. Se hizo de la vista larga, se tapó sus oídos y siguió su rumbo como si nada hubiera pasado.
Hasta que….encontramos tu cadáver.
Hasta que….te convirtieron una estadística más.
Un caso sin resolver.
Un archivo ocultado en el poder y destinado al oscuro armario del olvido.
Te fallamos.
Te fallamos cuando los políticos expresan sus condolencias llenas de hipocresía. Cuando dejamos que personas ignorantes expresen su desinterés por una problemática tan grande y lo minimicen a un simple “issue”, de género. También te fallamos, porque somos producto de un sistema que promulga este tipo de actos violentos. Nos hemos vuelto un país reactivo a las diversas situaciones que ocurren en él, en vez de trabajar y educar a los demás para minimizar el alza de estos casos.
Te fallamos cuando las autoridades tardan días en responder a una emergencia como la tuya sin embargo, son ellos los primeros que aparecen para amedrentar a los que utilizan el método de protesta para expresar su dolor e indignación por lo ocurrido. Porque para eso aparecen, para lastimar y no para proteger.
Te fallamos como sistema, te fallamos como personas, te fallamos como país. Y le hemos seguido fallando a todos los demás que están y/o han pasado por la misma situación.
Debías ser salvada. Debías ser rescatada…pero las autoridades no lo quisieron hacer. Y es lo que más duele.
Dejamos que te fallaran, Rosimar.
Te fallamos.
Nota : La autora es escritora y periodista, egresada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
@cfigueroa34