Sebastián Portalatín, Omar Santiago y Miguel Tulla del Colegio Notre Dame fueron los tres estudiantes —adiestrados por profesores del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM)— que ganaron medallas de bronce en la XXXII Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas, que se llevó a cabo recientemente en Iguazú, Argentina.
El día que el huracán María pasaba por Puerto Rico, los estudiantes tomaban su segunda prueba y estaban muy nerviosos por la situación del País y por no haberse podido comunicar con sus familias, en especial, con sus padres, explicó en un comunicado de prensa el doctor Luis F. Cáceres, director del Programa Olimpiadas Matemáticas de Puerto Rico (OMPR), iniciativa bajo el Departamento de Ciencias Matemáticas del RUM y de la que Portnoy es codirector.
“A pesar de esto, hicieron un trabajo extraordinario y obtuvieron estas medallas para ellos y para el país. Después de la competencia, tuvieron que pasar una semana con el doctor Arturo Portnoy, antes de poder regresar a la isla”, añadió Cáceres.
En esta competencia participaron 22 países: España, Portugal, Cuba, República Dominicana, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay, Paraguay y, por supuesto, Argentina, la sede y Puerto Rico. En el 2015, la isla fue anfitriona del evento en su trigésima edición.
La delegación boricua también contó con el joven Gustavo Santiago. Los estudiantes estuvieron acompañados por Cáceres y Portnoy, catedráticos de la mencionada facultad del recinto.
“Este año en particular, ha sido uno de grandes logros, ya que, en junio pasado, Sebastián Portalatín, también ganó una medalla de oro perfecta en la Olimpiada Matemática de Centroamérica y el Caribe, que se celebró en El Salvador”, recordó Cáceres, quien es gestor de la OMPR.
El Programa OMPR se creó en el RUM hace 17 años para identificar y apoyar a los alumnos talentosos en las matemáticas de las escuelas de Puerto Rico y es un esfuerzo conjunto de docentes, estudiantes y no docentes del RUM, quienes, de manera voluntaria, contribuyen a su éxito.
De hecho, Cáceres aprovechó la oportunidad para agradecer a todos, al igual que a las autoridades universitarias, por el apoyo a la iniciativa.
“Sin ellos, no hubiéramos logrado tanto”, puntualizó.