¿Qué voy a comer? ¿Cómo llego a la universidad? ¿Cómo voy a estudiar sin luz? Estas eran las preguntas que muchos estudiantes se hacían ante las posibles dificultades que podrían enfrentar de cara al reinicio de clases tras el azote del huracán María.
Para Esther Vega Dávila, estudiante del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPRRP), la comida fue la mayor preocupación. “Al principio me preocupaba dónde iba a calentar la comida y si iba a tener comida”, recordó la estudiante de inglés, comunicación y lenguas extranjeras de la UPRRP.
Con el pasar de las semanas, Vega Dávila ha conseguido varios lugares donde puede conseguir alimentos accesibles y nutritivos. “He ido al Stop & Go que estaba al lado de la UHS… Siempre he conseguido algún lugar, entre ellos el Comedor Social. También he traído comida de casa y la he calentado, pero esto ha sido un proceso bastante difícil”, relató la estudiante residente de Caguas.
Además de ocuparse de no quedarse sin comer, la jerezana también compartió con Diálogo su experiencia de cumplir con su carga académica en tiempos de cero internet y poca luz.
“Muchos de mis profesores fueron muy comprensivos, y entre los mismo estudiantes nos hemos compartido las lecturas y libros por los chats. Muchos de estos libros, antes de María, no los podíamos comprar por sus altos costos y después de María, era un asunto casi imposible”, explicó Vega Dávila.
Por otro lado, el transporte también ha sido un factor que ha complicado la rutina de las y los estudiantes universitarios. La estudiante de comunicación Verónica Paredes antes de María se tardaba entre 30 a 45 minutos llegar a su casa. Ahora, puede tardar hasta dos horas de Río Piedras a Santurce.
“Algunas veces mi madre me trae en las mañanas, pero para regresar no tengo opción, tengo que coger la guagua pública y cuando trabajo pedir un UBER”, añadió la estudiante de cuarto año.
Antes de María, Paredes Hernández dependía totalmente del tren urbano, pues al vivir cerca de la estación de Santurce, es un medio rápido y accesible. Pero a causa de los estragos del huracán, la estudiante de periodismo se ha visto en la necesidad de realizar unos gastos que no estaban en su presupuesto. Según Paredes Hernández, a causa de la alta demanda de los servicios de UBER los precios han incrementado. “El viaje que antes me costaba seis o siete dólares, ahora me sale en 12”, aseguró.
Al menos, esta necesidad de transportación, recibió un buena noticia esta semana. Los servicios del Tren Urbano comenzaron a funcionar el pasado el martes libre de costo hasta el 31 de diciembre.
“Nos afecta, pero estamos mejor que antes”
Para Jay Rodríguez Velázquez, estudiante de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, es complicado tomar sus cursos de francés y actuación bajo una carpa. Principalmente por los ruidos en la calle principal que cruza por la entrada del campus humacaeño.
“Tenemos que parar la clase cuando los carros pasan con música o cuando un helicóptero vuela cerca. De igual forma interrumpimos otras clases, porque por ejemplo en la de teatro tenemos que proyectar y eso causa interferencia”, manifestó Rodríguez Velázquez. Aunque muchos cursos en la UPR Humacao ya fueron trasladados a sus salones regulares, aún el sótano, espacio que corresponde a los cursos de arte, lenguas extranjeras, humanidades y teatro no ha sido completamente habilitado.
Por otro lado, los estudiantes han recibido diversas ayudas que principalmente atiende el problema de hambre, ropa y entretenimiento. Frente al Teatro de los búhos, hay un espacio habilitado con mesas de dominó, servicio de barbería, centro de acopio de ropa y alimentos y servicios psicológicos.
“Las iniciativas de la universidad han servido de mucho, principalmente para los estudiantes que les llegó la beca tarde y no tenían que comer”, expresó Rodríguez Velázquez.
Una dinámica parecida se ha desarrollado en la Universidad de Puerto Rico en Utuado (UPRU).
“Varios estudiantes de agricultura han montado comedores sociales para los estudiantes que no tienen dinero aún, porque no han recibido la beca. Allí, comen por lo menos una vez al día”, explicó Leidianne Ruiz, estudiante de Ciencias Sociales en la UPRU.
Para Ruiz, el transporte ha sido uno de los temas que más le ha complicado la rutina. Pues, un puente se derrumbó. Otro reto en el campus utuadeño es el acceso al internet, puesto que solo la universidad tiene servicio WIFI en la biblioteca a través de unos “aparatos pequeños”, explicó Ruiz.
“Es un poco limitado, principalmente cuando tenemos que hacer matrícula y llenar la beca, eso lo tenemos que hacer con el internet de nosotros en nuestras casas”, aseguró.