
Una pelea se desató el miércoles en un juego de baloncesto de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) entre los Delfines de la Universidad del Sagrado Corazón (USC) y los Gryphons de la Caribbean University (CU). El partido fue confiscado a favor de los Delfines, quienes ganaban 77-65 cuando se produjo el motín en su cancha. Según Joe Burgos, el director atlético de los Delfines de Sagrado Corazón, los árbitros confiscaron el juego a raíz de una serie de faltas antideportivas.
El dirigente de los Gryphons, Agner Muñoz, sugirió que los árbitros mostraron favoritismo hacia los Delfines al expulsar a Owen Pérez, jugador estelar de la Caribbean. Para Muñoz, las faltas antideportivas durante el partido fueron “de parte y parte” y que su jugador fue provocado verbalmente por uno de Sagrado.
Carlos Vázquez, director del torneo de la LAI, informó que cuatro jugadores de los Gryphons fueron suspendidos de la LAI por su participación en el altercado mediante un comunicado de prensa emitido en la tarde de ayer. Vázquez también declaró que la Universidad del Sagrado Corazón “tendrá que presentarle a la LAI un plan de seguridad que mejore el comportamiento de su fanaticada para los próximos juegos como locales”.
Vazquez añadió que hoy habrá una vista en el Recinto de Ponce de la Universidad de Puerto Rico “para llevar a cabo mayores sanciones o identificar a otros implicados”.
Toda persona que haya jugado baloncesto en su vida sabe que es un deporte de contacto. Esto significa que al jugarlo chocarás con otros jugadores, pero las colisiones no suelen pasar a propósito. Cuando los árbitros consideran que el contacto entre jugadores fue innecesario o excesivo, le asignan al culpable una falta antideportiva. En la mayoría de los casos esto es suficiente para calmar la situación, pero a veces los jugadores toman ofensa ante lo que perciben como una agresión física ejecutada intencionalmente y deciden vengarse de forma violenta.