Algunos procesos llevan consigo ficciones cruzadas por realidad. Lo que comienza como la antesala de una obra puede convertirse en un espacio desde donde entender mejor nuestro miedos, certezas y preocupaciones para, desde ahí, en el corazón de la experiencia humana, crear.
Eso bien lo saben los integrantes del colectivo teatral independiente La Bicicleta, quienes se preparan para estrenar en tres días su producción más reciente: Lugar común, dirigidos por el profesor y teatrista Heriberto Feliciano. Todos los miembros del grupo —Gabriel Alfredo Santiago, Amarilis Santiago, Deddie Almodovar, Jafet Ortiz, Génesis Ayuso, Pó Rodil, Noelia Loiz, Ian Robles, Janilka Romero, Melissa Orsini y Jorge Alexander—, estudiantes del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico (UPR), de algún u otro modo, convergen.
La propuesta, producto de un proceso de creación colectiva, presenta la historia de Jota, un artista cuya exposición está por inaugurar, cruzada por las vivencias de personajes que viven en un mismo edificio. Esto, acompañado por imágenes —detenidas y en movimiento— que dan cuenta de una sincronía sinónima de cohesión de grupo.
“Lugar común, sí, porque comparten un espacio físico. Lugar común [también] porque casi todos los personajes se encuentran en un punto en donde tienen que tomar unas decisiones”, señaló Feliciano, quien fundó el grupo La Bicicleta. Este grupo lo creó hace unos años para tener un espacio en el cual pudiera explorarse más la figura del actor durante los procesos de producción artística.
Escuchar a Feliciano hablar sobre este montaje, que lleva construyendo desde agosto de 2016, es lo mismo que entender cómo las vivencias, los dolores y los miedos de más de una decena de jóvenes pueden hilvanarse y ser, sin más, arte.
Falta poco para estrenar, pero los detalles del montaje podrían todavía cambiar, aseguró el director, pues espera que continúe evolucionando hasta incluso luego de la noche del estreno —quizá porque Feliciano trabaja desde una fe muy honda en el verbo imaginar, y la imaginación poco pausa—.
“A nivel de teatro, la imaginación es algo que cada vez más falta. Hay que darle ese reto al público, a que puedan imaginar. Es fundamental. Qué cosa más maravillosa, ¿no? Que uno pueda imaginar otros mundos, otras calles, otros sonidos”, reflexionó en entrevista con Diálogo, sobre el corazón del proceso de creación que resultó en Lugar común.
“Esto fue naciendo poco a poco. Lo que nosotros quisimos trabajar desde el semestre pasado fue crear una pieza basada en la dramaturgia actoral. La dramaturgia actoral lo que pretende es que el actor sea el creador de toda la pieza. Lo que hicimos fue crear un modo de trabajo en donde a través de improvisaciones, lecturas, investigación, ideas, fuimos formando la pieza poco a poco”, sumó.
“Lugar común ha sido un proceso que a mí me ha cambiado la vida. Desde el momento en que empezamos. Somos un grupo de amigos, tenemos muchas cosas en común. A veces tenemos muchas ideas, pero nos respetamos. Eso ha sido importante para que el proceso sea bueno”, agregó, por su parte, Noelia Loiz Cruz, de 23 años, quien representa a Laura, una terapista del habla.
Lugar común se presentará en funciones desde el 16 de mayo hasta el 18 de mayo a las 7:00 p.m. en el segundo piso de Casa Ruth, en Río Piedras. Luego, si el grupo logra recaudar el dinero suficiente para costear pasajes, dieta y estadía, viajará a España para participar en dos festivales teatrales a los cuales fueron invitados por la Universidad de Murcia y la Universidad Complutense de Madrid.
Para apoyar la labor artística de este grupo, puede dirigirle aportaciones económicas a través de la plataforma Youcaring.com. De ese modo, este colectivo de teatreros logrará compartir en el otro lado del mundo de eso que desde hace meses les ha dibujado puertas a realidades distintas: su Lugar común.