Así describió ayer Edwin Pérez Aral, estudiante puertorriqueño de tercer año de Medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara, al exhibidor de La Editorial de la Universidad de Puerto Rico, mientras su pequeño hijo mecía una banderita de la isla ausente pero a la vez próxima. Acompañado también de su esposa, el egresado de Biología de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Bayamón, fue el invitado de honor a la actividad que reunió a autores, libreros, invitados y personal de la Editorial en el stand diseñado por arquitectos y estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la UPR. En su mensaje, Pérez destacó que la concurrencia anual de Puerto Rico a la FIL contribuía a un necesario balance cultural para nuestro país. En eso coincide Omar González, estudiante de intercambio que en este semestre cursa estudios en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara. Omar es uno de los muchos estudiantes de la UPR que en estos momentos disfrutan de una experiencia de un semestre o un año en universidades internacionales. Para el estudiante de arquitectura del Recinto de Río Piedras, su estadía en Guadalajara le ha permitido reencontrarse con América Latina y apreciar la diversidad. Nos dice que vuelve a Puerto Rico no sólo con más bagaje profesional sino con una mirada cultural enriquecida. Al igual que Edwin, Omar se ha sentido en Guadalajara como en casa. “A lo único que me tuve que acostumbrar en mis estudios fue al sistema métrico; para lo demás mi capacitación de la UPR bastó y sobró,” comentó. Al dar la bienvenida a la actividad que inauguraba formalmente el exhibidor de La Editorial en la importante feria del libro, su director, Manuel Sandoval, recordó que “hemos estado asistiendo por cerca de dos décadas en pequeño y en grande, haciendo conocer al libro puertorriqueño y a sus autores”. En la actualidad, los libros infantiles gozan de una gran popularidad y muchas de sus colecciones han sido adquiridas por importantes entidades como la Secretaría de Educación mexicana. Este año, la Editorial presenta una joya: una cuidada edición de la traducción de Julio Cortázar de la Obra en Prosa de Edgar Allan Poe con unos estupendos grabados góticos de Nelson Sambolín. Y entonces, llegaron los mariachis que le imprimieron son a la fiesta del libro y a los puentes de internacionalización, que día a día, abre la UPR con el mundo.