Más de 16,000 documentos fílmicos, sobre 100 producciones sonoras y 30 mil manuscritos conforman el valioso depósito de imágenes y palabras que custodia la Universidad de Puerto Rico (UPR) con mucho celo. La extraordinaria colección, que alberga el Archivo de Medios Audiovisuales de la institución, constituye un importante banco informativo para los estudiantes, profesores e investigadores.
“Podemos encontrar temas de política y economía, culturales, deportivos y ambientales”, detalló Osvaldo Rivera Soto, encargado de este formidable proyecto, adscrito a la Escuela de Comunicación del Recinto de Río Piedras.
Los programas televisivos de Don Tommy Muñiz y Paquito Cordero, dos de los productores de televisión más importantes que ha tenido la Isla, también nutren este proyecto.
Así, producciones que gozaron de gran popularidad entre las décadas de 1960 y 1990 como Los García, El Colegio de la Alegría, En casa de Juanma y Wiwi y Los Kakukómicos, forman parte de esta colección. También la integran documentales, entrevistas y las vistas senatoriales sobre el Cerro Maravilla.
Rivera resaltó que las familias Muñiz y Cordero quisieron poner a disposición de estudiantes, profesores e investigadores de la universidad este tesoro histórico, por lo que establecieron acuerdos formales con la institución con estipulaciones sobre su uso.
El encargado del Archivo de Medios Audiovisuales explicó que la UPR puede utilizar las colecciones para investigación y proyectos académicos, pero no puede usarlas con fines comerciales.
“Cuando llega un publicista o un productor externo y desea usar el material se hace una consulta con los representantes legales de Tommy Muñiz y Paquito Cordero y ellos determinan cuánto cuesta”, aclaró. La familia Cordero dona el 100% del dinero que se cobra por este tipo de usos al archivo para el mantenimiento de la colección. También la familia Muñiz les dona una cantidad de lo recaudado por este tipo de ingresos.
El archivo, que está ubicado en las instalaciones de Radio Universidad, está nítidamente ordenado y cuidado. Cada documento fílmico está ubicado en unos anaqueles especiales, catalogado e identificado y mantenido en las temperaturas requeridas para este tipo de material. De hecho, su ubicación lo protegió de los embates del huracán María. Tras el fenómeno las colecciones permanecieron intactas, de acuerdo con Rivera.
El especialista en informatización de bibliotecas, graduado de la Escuela de Ciencias y Tecnologías de la Información de la UPR, adelantó que también están en conversaciones con la sucesión del productor Elín Ortiz para sumar estos programas a la colección.
Otros materiales
Este proyecto, que tuvo su génesis en la mente del fenecido productor, actor y director de teatro, cine y televisión Don Ángel F. Rivera mientras dirigía la antigua unidad de cine y televisión de la UPR, alberga además otras cinco importantes coleccciones: los materiales audiovisuales del Centro para el desarrollo y mejoramiento de la enseñanza de la UPR (Cedme), la colección sonora de don Juan Mari Brás, las colecciones de Flavia García y Víctor Castro y los telenoticiarios de los canales 2, 4 y 11.
Las distintas colecciones ofrecen un menú muy diverso. “Es una riqueza visual muy rica y variada”, afirmó Rivera.
La colección de Cedme contiene materiales desde 1938. Incluye grabaciones de conferencias, simposios, foros, graduaciones, obras de teatro y visitas de grandes personalidades de la cultura de Puerto Rico y América Latina desde la década de 1970.
La de don Juan Mari Brás incluye sobre 100 discursos suyos así como todos los discursos y actividades del Partido Socialista para la década de 1960. También contiene el discurso que pronunció Laura Meneses, viuda de don Pedro Albizu Campos durante el sepelio del líder nacionalista.
Rivera recordó que esta colección en particular, que había aparecido en el sótano de una casa en Mayagüez, llegó muy deteriorada. Estaba llena de hongo y algunas cintas habían sido atacadas por el comején. “Era como para tirarla al zafacón”, comentó. Sin embargo con mucho esmero y cuidado, utilizando técnicas muy sencillas el custodio del Archivo de Medios Audiovisuales de la UPR logró rescatar el 98% de las cintas.
Este proceso de depuración y limpieza de los materiales también lo ha tenido que realizar con muchas de las cintas y vídeos de las demás colecciones, grabados en formatos que van desde 8, 16 y 35 milímetros y una pulgada hasta VHS y DVD. Rivera dijo, con mucha satisfacción, que lo que ha tenido que descartar ha sido muy poco, apenas un cinco por ciento.
La colección de Flavia García contiene programas televisivos, asambleas políticas de los canales 2, 4 y 7 grabadas directamente de la televisión. La muestra de 956 vídeos en formato VHS incluye además comerciales, juegos centroamericanos y del Caribe y el funeral de Don Luis A. Ferré.
Mientras que la colección de Víctor Castro incluye una muestra de 400 películas internacionales en formato DVD, utilizada para los cursos que dictaba este profesor para sus clases de Alemán.
Asimismo, tienen una colección de los noticiarios de los principales canales de televisión locales desde hace siete años. “Ese acervo noticioso ha servido a muchos estudiantes”, indicó Rivera. Informó, además, que está por materializarse un acuerdo con WAPA TV para digitalizarle toda su producción noticiosa, lo que ingresaría nuevo material al archivo.
“Estos materiales pueden ser útiles para todo tipo de investigadores, no solo para los historiadores, sino para los publicistas y hasta puede servir para hacer investigaciones teológicas porque hay simposios sobre distintas religiones”, señaló Rivera al referirse al valor académico de todas las colecciones.
Describió los archivos audiovisuales como un recurso que le imparte un nuevo enfoque a la búsqueda de información a la comunidad académica. “Añade un soporte no convencional, que es el vídeo”, anotó.
Su meta es hacer estos materiales más accesibles a la academia. Para ello aspira digitalizar todas las colecciones. “El objetivo primordial del archivo es que se hagan consultas a distancia (online)”, precisó.
Hasta la fecha se ha digitalizado el cinco por ciento. La limitación de personal no ha permitido mayor avance en esto. Rivera es quien se ha encargado mayormente de depurar los materiales y catalogarlos. Este último consta de un riguroso proceso de identificación de los archivos con fecha, nombre y una breve descripción de los mismos.
“Todavía hay mucho por recorrer…Yo estoy por jubilarme, pero si Dios me da salud prolongaría mis proyectos de retiro de manera que cuando salga por las puertas de este archivo pueda tener la satisfacción de dejar un proyecto permanente que enriquezca las alternativas de búsqueda de investigación”, puntualizó.