The Best Exotic Marigold Hotel es una película muy pintoresca y peculiar, de esas que dejan una sonrisa en los labios de sus espectadores. Lo que podríamos llamar una “feel-good-movie”, si se me permite el término. En ella, presenciamos el encuentro entre la cultura inglesa y la hindú, tanto en la historia, como en la metanarrativa cinematográfica.
La comedia británica siempre se ha caracterizado por ser bastante particular. El llamado “humor negro” inglés siempre aborda temas completamente humanos como el amor, la muerte, los convencionalismos y las utopías sociales. Por su parte, dentro de las diversas temáticas del cine de la India, conocido como Bollywood; el amor, la lucha por conseguir sueños y el conflicto entre la tradición y lo moderno, son recurrentes.
Vemos como en el film se fusionan ambas tendencias ligadas específicamente por el amor, así como las diferentes historias de sus personajes. Los ingleses lidian con los temas de la comedia británica mientras que los oriundos de la India, se enfrentan a los asuntos con que trata el cine bollywoodense. Lo que tienen en común todos los personajes, es el amor que mueve sus acciones.
La película narra las historias de varios personajes. Un grupo de ancianos ingleses decide pasar una estadía en un exótico hotel de la India, administrado por un joven soñador, que quiere ser el dueño de un maravilloso lugar de descanso para personas mayores de todo el mundo.
La cuestión es que el hotel dista de ser maravilloso (al menos en lo que respecta físicamente) ya que necesita todavía de una fuerte inversión de dinero. Asimismo, el choque entre la cultura inglesa e hindú, así como los choques entre los mismos personajes, desencadenarán una serie de situaciones muy divertidas y, sobre todo, emotivas.
Técnicamente el film es impecable. Posee una fotografía muy interesante, una dirección sumamente acertada y, desde luego, unas actuaciones magníficas, dignas del gran elenco que posee. Judi Dench, Bill Nighy, Maggie Smith y Tom Wilkinson ofrece geniales interpretaciones. De igual manera, Penelope Wilton y Ronald Pickup, entre otros, resultan muy convincentes y divertidos. Dev Patel por su parte, nos vuelve a encantar con el carisma que lo caracterizó en Slumdog Millionaire (película en la que el director Danny Boyle ya había jugado con guiños del cine bollywoodense).
El guión, aunque un poco predecible, es fresco y divertido. Los chistes endulzan y relajan un profundo análisis social de estas dos culturas con diferencias tan marcadas y, al mismo tiempo, tantas cosas en común debido al pasado colonial que las une.
La música es también genial, así como la hermosa dirección de arte. Todos estos elementos se conjugan para formar este film divertido, hermoso y encantador.
Sin duda alguna, al espectador le ocurre, en cierta forma, lo que le pasa a los ancianos ingleses: puede ser que al principio uno se encuentre con algo diferente a lo que se esperaba, pero al final, será una experiencia maravillosa. “Al final, todo saldrá bien; y si las cosas no están bien, es porque no ha llegado el final”.