La Asamblea Estudiantil convocada por el Consejo General de Estudiantes para este pasado lunes a las 10:00 am, comenzó bastante retrasada. A este retraso se le adjudica una pequeña confusión con la lista de los estudiantes y las filas por facultades, a diferencia de otros semestres en que el proceso de registro ha sido uno más eficiente. Entre empujones, abanicos hechos de repasos, baile y batucada, la mayoría de los estudiantes entraron a cuentagotas y el resto nos colamos como mejor pudimos, haciendo caso omiso a las leyes del Departamento de Bomberos, al abarrotar a capacidad los pasillos y escalones del histórico teatro. A las 12:15 pm inició la asamblea, a la vez que se hizo un llamado al orden. Es evidente la desinformación y la intención de algunos estudiantes ya preparados en los micrófonos para confrontar la agenda propuesta por la Presidenta Interina, Gabriela Quijano. El estudiante de derecho Jorge Farinacci Fernós dictó las reglas de lo que fue un procedimiento parlamentario ignorado. En seguida, llovieron las enmiendas a la llamada para aprobar la agenda: que sólo se leyera el informe general de la presidenta (quien desde hace tres semanas ocupa oficialmente el puesto a pesar de estar trabajando en conjunto con las demás organizaciones del Recinto por varios meses), y que se discutiera de inmediato la situación del país y por ende de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Cientos de banderitas amarillas indicaban “más allá de toda duda razonable” que las enmiendas fueron aprobadas. “Estos últimos dos meses han estado llenos de incertidumbre”, comenzó a explicar Quijano. “Esto es una situación mucho más compleja de lo que pensamos, con la ley #7 se afectan claramente los fondos universitarios, tampoco podemos olvidar el proyecto de las Alianzas Público Privadas en donde se fomenta el que el sector privado supla las necesidades y servicios básicos de la esfera pública. Nuestra responsabilidad es movernos a favor de una universidad donde se establezca un verdadero carácter democrático, la injusticia no nos debe ser indiferente”, continuó. A preguntas sobre la realidad del déficit neto en que estaría la Universidad en los próximos años, Quijano indicó que éste resultaría en uno de $130 millones para el año fiscal de 2010-2011. A la 1:00pm se le avisó al estudiantado que el receso académico fue extendido para el resto de la tarde, el cual culminaría a las 5:00pm. Mientras más avanzó la tarde, supuse que la jornada sería larga y que estaría llena de disputas, más que de entendimientos. Pude entender por las expresiones hechas desde los micrófonos abiertos, que los estudiantes no tenían claro lo que significa el orden dentro de un proceso de deliberación, y que tampoco conocían las diferencias entre un paro y una huelga. Entre el desconocimiento y la euforia, muchos de los supuestos líderes estudiantiles se faltaban el respeto entre sí, interrumpiendo seguidamente otras intervenciones y tomando múltiples turnos dentro de la asamblea. Sólo algunas caras desconocidas y evidentemente aturdidas llegaban a ejercer su derecho de expresión, apenas balbuceando comentarios o preguntas que ya debían haber sido contestadas por sus pares, los encargados de convocar a este pleno. Había una aparente representación equitativa de las facultades del recinto y era notable la presencia de muchos estudiantes en su primer año. Sus preocupaciones eran muy genuinas y debieron ser atendidas con más detenimiento. Muchos pensaban que de declararse una huelga o un paro, perderían su semestre de clases y por consiguiente su dinero y tiempo invertido. Otros, se preocupaban por el horrible atraso que les ha causado la Oficina de Asistencia Económica durante este año académico a más de dos mil estudiantes, que al día de hoy no han recibido su primer cheque de beca. Todo esto a consecuencia de no tener el personal completo para cubrir las necesidades del estudiantado que tanto dependen de sus servicios. Sin embargo, las coyunturas de este asunto van incluso a mayor profundidad y complejidad. Por lo cual, vale la pena extenderse unas cuantas palabras. En primer lugar, en declaraciones hechas a Diálogo Digital, la mayoría de los estudiantes entrevistados, reflejaron un modo de sentir y opinar muy parecido. Encima de las preocupaciones académicas y económicas, los jóvenes tienen una confusión general en cuanto al porqué y al cómo adoptar una posible acción de resistencia ante el estado del País y de la Universidad. Todos concuerdan en que la situación “está mala”, pero no conocen cuáles deben ser las mejores estrategias para llevar a cabo una manifestación. Inclusive, algunos estudiantes alegaron estar en contra de la huelga porque no se sienten verdaderamente apoyados por los sindicatos universitarios, tanto de la Hermandad de Empleados No Docentes (HEND), como de la Asociación de Profesores Universitarios (APU) por lo que no ven la posibilidad de una movilización real. La enajenación se hacía transparente cuando se aprobaban mociones que luego eran desaprobadas en sólo cuestión de segundos, cuando se volvían a repetir. Además, cuando algunos estudiantes que apoyaban la huelga discursaban y se les aplaudía, para que el próximo estudiante que hablara contradijera todo lo antes dicho, y a este también se le aplaudía. Otro factor agravante, fue la presencia de personas que no eran estudiantes dentro de la asamblea. Estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas (EAP), incluso tomaron un turno dentro de las deliberaciones. También se encontraban allí profesores, líderes sindicales, empleados de la HEEND, entre otros que no se pudieron identificar debido a la gran cantidad de personas conglomeradas dentro de la estructura que tiene una capacidad máxima de 2,000 personas aproximadamente. Alrededor de las 4:00pm, se aprobó por mayoría un paro de 24 horas en el recinto pautado para el día 29 de septiembre de 2009, comenzando a las 4:00am. El paro tendría como propósito el demostrar el repudio a la Ley #7, de Emergencia Fiscal, el rechazo a la certificación #72, la cual busca aumentar las limitaciones para cumplir con los requisitos de graduación a programas graduados y a los despidos masivos de empleados públicos. También se decretó un voto de huelga general con las siguientes tres condiciones: que la Coalición en Defensa de la Educación Pública Superior decrete una huelga, si el País decreta una huelga general y si los comités por facultades (no se indicó cuáles serían los procedimientos en este caso) deciden que hay condiciones para activarla. Esta última enmienda, tiene que ser aprobada en consenso mediante una próxima asamblea general. De decretarse la huelga oficialmente, se les permitirá a estudiantes tanto graduados como sub-graduados, que estén llevando a cabo investigaciones en laboratorios, la entrada al recinto, después que estén debidamente identificados en una lista. Por último, se aceptó que una huelga no puede ser para que los estudiantes tomen estos días como feriados y libres, si no que se deben llevar a cabo manifestaciones de resistencias, tales como: marchas, desobediencia civil y acciones en distintas comunidades. ¿Después de este paro de 24 horas, cuál será el próximo paso a seguir? ¿Cuál será el final de toda esta polémica?