La Unión Europea (UE) tendrá que esperar hasta la semana que viene para hacer más eficaz el fondo de rescate al euro.
Según trascendió en la prensa internacional, las diferencias entre los principales líderes hacen imposible un acuerdo en la cumbre del domingo.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, acordaron por teléfono que la ampliación del FEEF se decida en una segunda cumbre "a más tardar el miércoles", informaron en un comunicado conjunto.
Y es que, según informó la agencia de noticias Europa Press (EP), como parte de esta reunión se buscaría acercar posturas sobre la quita que se aplicará a la deuda de Grecia para hacerla sostenible y sobre el refuerzo del fondo de rescate de 440,000 millones para evitar que se agrave el contagio a España e Italia.
La cumbre estaba inicialmente prevista el 17 y 18 de octubre y ya se había aplazado al 23- está en las fuertes diferencias entre París y Berlín, la tardanza del informe de los inspectores de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la deuda griega y la necesidad de algunos países como Alemania de obtener respaldo de sus parlamento.
La cuestión de Grecia y del fondo de rescate, el plan global contra la crisis de deuda incluye una recapitalización del sector bancario europeo, que podría ascender a 90,000 millones de euros, según han dicho a EP fuentes comunitarias.
La recapitalización se debatirá en un Ecofin extraordinario el sábado porque no sólo afecta a la eurozona sino a todos los países de la UE.
En lo que se refiere a Grecia, los ministros de Economía de la eurozona tienen previsto aprobar hoy el sexto tramo de 8,000 millones de euros del primer rescate de 110,000 millones que data de mayo de 2010.
Atenas necesita de forma urgente el dinero para no quebrar en las próximas semanas. La ayuda se desembolsará a mediados de noviembre, después de que el FMI dé su visto bueno a principios de ese mes.
Entretanto, el Eurogrupo debe revisar además el segundo rescate de 109,000 millones de euros que se aprobó el pasado julio, y que incluía una quita del 21% a los bancos en los bonos griegos que tuvieran en su balance.
Alemania y Países Bajos son los Estados que más presionan para aumentar la participación del sector privado mientras que Francia y el BCE se oponen por entender que podría agravar el contagio a España e Italia.