
En esta época de Navidad, son muchos los que prefieren que les regalen videojuegos con el fin de entretenerse. De hecho, existe un grupo de aficionados a estas plataformas que dedican gran parte de su tiempo libre a los videojuegos.
Estos entusiastas, que pasan más de 30 horas a la semana frente a un videojuego, se les conoce como gamers o videojugadores. Cada día son más y, quizá sin darnos cuenta, están cambiando la mirada de la sociedad, especialmente en cómo la gente busca divertirse.
Esos fueron algunos de los comentarios que surgieron durante la conferencia Gamers, celebrada en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, a cargo de las estudiantes de Psicología, Nilda Rivera y Ruth Pagán, quienes realizaron un análisis discursivo acerca de los gamers para el curso de Psicología Social de la profesora Virgen Ramos.
En la conferencia, se discutieron los mitos en torno a los gamers. Por ejemplo, existe la noción de que son personas vagas, se quedan en lo mismo, se aíslan y son sedentarios. No obstante, la realidad de los gamers es que buscan divertirse y socializar a través del videojuego, son personas competitivas y ven el videojuego como un acceso a otras experiencias.
De acuerdo con Rivera, la antigua noción de que los gamers desperdician el tiempo frente a un videojuego es uno de los grandes mitos. “El videojuego es un hobbie, como cualquier otro. Al igual que un bailarín dedica muchas horas a la semana al baile, el gamer entrena jugando”, dijo la estudiante, quien analizó el juego de estrategia League of Legends.
Según Rivera, en los videojuegos de hoy se tocan temas de historia, literatura y hasta ayudan a promover el aprendizaje de diversos idiomas. “Hay muchos niños y niñas que aprenden inglés a través de los videojuegos”, expresó la estudiante.
Durante la conferencia, también se desmitificó la mala reputación de la violencia en los juegos. Pagán, quien se concentró en desarrollar un análisis discursivo con un grupo de aficionados al videojuego de guerra Call of Duty, concluyó que el contenido violento no hace al jugador ser de esa manera.
“Uno es el que influye en el juego. Jugar Call of Duty no significa que serás una persona violenta”, aseguró Pagán.
Por otra parte, para la profesora Ramos, quien dirige el curso de Psicología Social, lo que para una generación fue salir a una fiesta de marquesina a divertirse, para generaciones más jóvenes lo es interactuar a través de un videojuego en una comunidad virtual.
“Los videojuegos son una excelente manera de educar. Hoy día es mucho lo que se puede aprender de los videojuegos. Son tramas de ficción que tienen datos históricos, música preciosa y están generando nueva vida social a través de las comunidades virtuales”, indicó la profesora asociada de la UPR en Cayey.