A eso de las 10:30 de la mañana, un movimiento de togados y unos acordes de órgano eran la clave para iniciar el gran desfile. Algunos rostros denotaban alegría. Otros simplemente daban la impresión de cumplir con las instrucciones dadas. Birretes de todas formas y togas de varios colores adornaron el Teatro de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que fue la sede de la Ceremonia de Distinciones Académicas 2010. Como si fuera igual que aquel día en que con orgullo se encaminaban a recoger su diploma, para culminar una trayectoria académica, varios profesores desfilaron por el pasillo del teatro para reconocer la labor de cinco humanistas que han dedicado su vida a la enseñanza y a la conservación de la lengua española. Y es que en conmemoración de su aniversario número 107, el Recinto de Río Piedras de la UPR decidió destacar, el pasado viernes 26 de marzo, las valiosas aportaciones y asombrosas trayectorias de: el escritor mexicano Carlos Fuentes, los ex profesores Myrna Casas Busó y Manuel Maldonado Rivera y los catedráticos Luce López Baralt y Fernando Picó. En esta ocasión, el recinto riopedrense quiso celebrar la literatura, el teatro, la educación y la historia; disciplinas que han transformado las vidas de estos cinco humanistas. “Para la Universidad de Puerto Rico constituye un verdadero honor distinguir a estos cinco humanistas que añaden prestigio a nuestra institución y amplían los horizontes culturales de nuestros País”, comentó la rectora interina del Recinto, doctora Ana R. Guadalupe, durante su discurso. Por su parte, el presidente de la UPR, doctor José Ramón de la Torre expresó lo satisfecho que se sentía al poder presidir esta actividad, donde se homenajeaba el quehacer artístico de estos catedráticos y el impacto que su labor ha generado en la sociedad. “En ceremonias como ésta, la Academia se celebra a sí misma en la obra de sus miembros”, añadió el Presidente del primer centro docente del País. Fue De la Torre quien le otorgó al maestro Carlos Fuentes el Doctorado Honoris Causa; grado académico que se le confiere a claustrales o a personas particulares por su contribución al desarrollo de las ciencias, las artes o cualquier otra manifestación del saber humano. Luego de varios aplausos, Fuentes, quien es ensayista, profesor y periodista, se dirigió al podio con su caminar pausado y una tímida sonrisa para hablar de lo que le apasiona, la lengua española. “La lengua es nuestra manera de modificar al mundo”, comentó Fuentes, quien ha sido objeto de censura en más de una ocasión. “El contagio, asignación de consiente vivificación de las lenguas del mundo es inevitable y es parte inexorable del proceso de globalización. Que la lengua española ocupe el segundo lugar entre las de Occidente da crédito, no de una amenaza, sino de una oportunidad; no de una maldición, sino de una bendición”, comentó el octogenario novelista, quien recalcó que esta mezcla de lenguas que se unieron en España influenciaron grandemente en lo que es ahora el idioma español. “Sin los árabes no diríamos alfombra, alcoba, alcázar… ni naranja, ni limón, ni Guadalajara, ni Guadalupe”, añadió. Para culminar su discurso, Fuentes utilizó la celebración para hablar un poco sobre la educación, que para él es la apertura al pasado y al porvenir. Además de ser “un proceso interminable de adquirir conocimiento. “La educación nunca termina, apenas está comenzando” comentó el ensayista recordando que es necesario darle continuidad a la memoria. Aunque Fuentes le aclaró a la agencia EFE que es raro que acepte este tipo de distinciones, también le comentó que aceptó la invitación como una forma de “celebrar la gran comunidad -de hablantes- de la lengua española”. Honor y alegría, dos sentimientos mezclados a la vez Para la doctora Myrna Casas Busó fue un honor y una alegría poder compartir el mismo escenario con el escritor Carlos Fuentes. Esta dramaturga, quien pisaba de nuevo el teatro que conoció la mayoría de sus secretos y pasiones, fue reconocida con el título de Profesora Emérita. Casas Busó dirigió a los presentes un breve discurso donde agradeció a la UPR este reconocimiento y recalcó que seguirá escribiendo en español. Por su parte, el catedrático Manuel Maldonado Rivera también compartió con Casas Busó el honor de ser galardonado con el título de Profesor Emérito. Durante su presentación, Maldonado Rivera comentó que “con esta distinción culminan 50 años de trabajo en la educación superior del País. Al terminar su discurso, este ex profesor de la Facultad de Estudios Generales recalcó la importancia de hacer que la Universidad logre que se aumente la tasa de graduación anual. Una historia de amor y una historia de un pueblo En esta ceremonia también se resaltó la labor de los catedráticos Luce López Baralt y Fernando Picó, quienes recibieron el máximo galardón para un miembro del claustro, como Profesores Distinguidos. Para López Baralt, su vida y trayectoria laboral en la UPR ha sido una eterna historia de amor. Y es que, según la profesora, la Facultad de Humanidades la vio crecer, desarrollarse como profesional y hasta la llevó a encontrar al amor de su vida, el profesor Arturo Echevarría. “El paraíso ya ha comenzado para mí en estos claustros. Esta es un historia de amor correspondido, bifurcada gozosamente en muchos amores”, narró la catedrática. Haciendo alusión a un matrimonio, López Baralt prometió que se entregará por completo a la UPR hasta que la muerte las separe. Por su parte, Picó ha dedicado su vida a contar la historia de los pueblos. Este profesor, quien también es sacerdote jesuita, subrayó en su mensaje la necesidad de revisar los currículos académicos de las clases de historia. “Todavía nuestros estudiantes pasan semanas navegando con Colón pero no acaban de conocer cómo vivían, qué pensaban y cómo se relacionaba la gente de Orocovis y Las Marías”, mencionó el historiador, quien añadió que “la historia todavía se estudia desde San Juan y privilegia ciertas instancias de poder”. Al concluir la Ceremonia de Distinciones Académicas, la Coralia, el Coro de Conciertos de la UPR, dirigida por la profesora Carmen Acevedo, entonaron el Himno al Alma Máter para cerrar con broche de oro. Luego del himno, los profesores salieron de nuevo desfilando sus togas; pero ahora gozosos porque su Universidad cuenta con cuatro catedráticos distinguidos más, que se suman al claustro de excelencia. Diálogo transmitió en vivo para beneficio de nuestros lectores y ahora presenta la grabación del evento.