
SOBRE EL AUTOR
En la noche del pasado domingo 6 de diciembre, por primera vez en 17 años, la oposición venezolana fue electa como mayoría en la Asamblea Legislativa de esta nación sudamericana. De igual modo, por primera vez en mucho tiempo, las redes sociales no se llenaron de denuncias de fraude electoral por parte de la oposición, sino de comentarios llenos de alegría y esperanza, mientras que aquellos que aún son afectos al gobierno venezolano, se mantuvieron ausentes de la discusión pública, tras recibir su primera derrota contundente en las urnas electorales.
De acuerdo con los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) de los 167 puestos a votar en estas elecciones parlamentarias, 112 (67.07% de las sillas de la asamblea) fueron otorgados a candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición formada por los partidos de oposición, mientras que tan solo 55 escaños (32.93%) han sido destinados al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el cual había mantenido una mayoría en el poder legislativo desde que tomara el control del país hace más de una década.
Este resultado electoral le otorga poder a la oposición venezolana en la toma de decisiones sobre leyes. Tener una mayoría en el ente parlamentario, es un duro golpe para el gobierno del presidente Nicolás Maduro, el cual se enfrenta con un descontento popular que ha quedado evidenciado en estos comicios electorales, los cuales contaron con una participación del 74.25% del electorado. Maduro culpó a la “guerra económica” la cual, según el tradicional discurso del oficialismo, mantienen los sectores industriales y los miembros de la oposición.
El tener una mayoría en la asamblea, además, significa grandes cosas para la oposición venezolana. En primer lugar, la MUD tendrá la posibilidad de designar la junta directiva de la cámara, de la cual nunca ha formado parte. Dicha junta empezaría a ejercer funciones el próximo 5 de enero de 2016. Ahora la MUD será capaz de autorizar la detención y enjuiciamiento de diputados que hayan cometido delitos o incluso, autorizar el enjuiciamiento del presidente de la república. La oposición podrá, además, tomar decisiones sobre las leyes habilitantes que le permiten al presidente Maduro legislar en materias de economía y seguridad nacional; o incluso aprobar un voto de censura contra el vicepresidente y los ministros, lo que conllevaría a su destitución. Podrá, igualmente, nombrar y remover a los miembros del CNE, los cuales han sido acusados de fraude electoral varias veces durante la última década. También podrá llamar a referéndum para que el pueblo opine sobre proyectos de ley o tratados y acuerdos internacionales. Asimismo, el nuevo parlamento venezolano podrá destituir magistrados, nombrar a los miembros del Poder Ciudadano (Defensor del Pueblo, Fiscal General y Contralor de la República) o incluso, convocar a una asamblea nacional constituyente, para modificar la constitución.
Otro elemento sumamente importante de los resultados electorales de este domingo en Venezuela es la elección de la primera diputada transgénero, Tamara Adrián, candidata de la MUD, lo que representa un gran avance en materia de equidad de género y avance en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ en este país, el cual tiene una gran tradición de machismo y homofobia (de hecho, en la tarjeta electoral en la que los ciudadanos venezolanos escogieron a la diputada Adrián, ella aparecía con el nombre Tomás, que es el nombre que aparece en la cédula de identidad de la abogada de 61 años, quien decidió cambiar de sexo hace 15 años atrás). Adrián preside varias ONG entre las que destacan la Asociación Internacional de Lesbianas, Gay Bisexuales, Transexuales e Intersexo y la Acción Global contra la transfobia.
Adrián expresó: “en Venezuela ha llegado el momento de respetar al que piensa distinto, al que cree en algo diferente, es necesario que reconozcamos al otro como persona y, en la Asamblea Nacional vamos a exigir el respeto que se ha perdido. En la nueva AN vamos a exigirle al Presidente de la República, a los distintos integrantes del parlamento nacional, a los diferentes órganos del Poder Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano, Electoral que tengan respeto a la opinión política, a la orientación sexual, a la religión. Ha llegado el momento de debatir ideas y de acabar con los insultos”. Sin duda, la candidata representa un avance en cuanto a inclusión.
El reto más grande para la oposición es ahora generar un cambio en el país, para que haya eso mismo, inclusión. Por 17 años los que se han opuesto al régimen han denunciado que el PSUV solo ha gobernado para los suyos, excluyendo a los que no apoyan la revolución, llamándolos apátridas. El pueblo venezolano castigó al gobierno retirándole su apoyo en estos comicios electorales, debido a la gran suma de problemas en la nación, que incluyen corrupción, alta criminalidad y violencia, desabastecimiento, inflación, entre otros. Pero la oposición no debe equivocarse. Si el pueblo venezolano los ha elegido esta vez, no es porque quieren regresar a la Venezuela anterior a Chávez, así como tampoco quieren quedarse en la Venezuela de Nicolás Maduro. Venezuela quiere seguir adelante hacia una verdadera patria para todos, no para unos cuantos, que es lo que ha sucedido, durante toda la historia de este país.
El autor es un periodista y cineasta venezolano.