TEHERAN – El presidente iraní de línea dura, Mahmoud Ahmadinejad, y su principal rival moderado se adjudicaron el triunfo en las reñidas elecciones que se realizaron en la república islámica. Millones de iraníes acudieron a las estaciones de votación, causando que el proceso se extendiera por cuatro horas, informó el Ministerio del Interior. Las personas que todavía hacían fila al momento del cierre de las estaciones pudieron quedarse para sufragar. Sadegh Kharazi, un importante aliado del ex primer ministro Mirhossein Mousavi, declaró que sondeos realizados por reformistas indicaban que el rival del presidente había logrado entre 58 y 60 por ciento de los votos. El propio Mousavi afirmó más tarde que era el “ganador definitivo” de la contienda presidencial iraní. Pero un representante de Ahmadinejad, Ali Asghar Zarei, afirmó que el mandatario llevaba la delantera con alrededor del mismo nivel de apoyo, reportó la agencia semioficial de noticias Mehr. Una victoria de Mousavi podría ayudar a aliviar las tensiones con Occidente, preocupado por las ambiciones nucleares de Teherán, además de mejorar las posibilidades de una relación con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que ha hablado de un nuevo comienzo en los lazos con Irán. En Washington, Obama manifestó que su Gobierno estaba satisfecho con el debate que se estaba llevando a cabo en Irán e indicó que esperaba que ayude a los dos países a comprometerse “en nuevas formas”.
Largas filas se formaron en los centros de votación y funcionarios señalaron que esperaban una participación de cerca del 70 por ciento o más, acercándose al récord del 80 por ciento, cuando el reformista Mohammad Khatami logró una victoria abrumadora en 1997. Algunas personas dijeron que tuvieron que esperar más de dos horas para votar, tanto en el norte y las áreas de la capital donde Mousavi cuenta con más apoyo, como en el sur y en los barrios más pobres, vistos como bastiones de Ahmadinejad. Una alta participación podría indicar la presencia en los centros de votación de muchos pro reformistas, que se alejaron cuando Ahmadinejad obtuvo una sorpresiva victoria hace cuatro años con la promesa de revivir los valores de la Revolución Islámica de 1979. Sin embargo, analistas han dicho que esperan una reñida contienda. La votación ha generado interés alrededor del mundo con políticos buscando señales de un cambio de actitud de Teherán, cuyos lazos con Occidente empeoraron bajo el gobierno de Ahmadinejad. Para los iraníes, se trata de una oportunidad de juzgar los cuatro años en el cargo de Ahmadinejad, en particular su gestión de la economía de la República Islámica, dependiente de las exportaciones petroleras pero que sufre una alta inflación y desempleo. Aunque Ahmadinejad, de 52 años, dice que su Gobierno ha relanzado el crecimiento económico y frenado las alzas de precios, la economía fue el principal tema de la campaña. La inflación oficial es de alrededor de un 15 por ciento. Temas sociales, como los estrictos códigos de vestimenta para las mujeres y las relaciones de Irán con el mundo exterior, también formaron parte de la campaña, pero el resultado de la votación no cambiará la política exterior del país, que es fijada por Khamenei. Los resultados preliminares se esperan para el sábado por la mañana. Si no surge un claro ganador de la votación del viernes, se celebrará una segunda vuelta el 19 de junio entre los dos candidatos más votados.