Empecemos por decir que la trilogía que protagonizan los Cavaliers de Cleveland y los Warriors de Golden State en la serie final de la National Basketball Association (NBA) no tiene precedente.
Aunque usted no lo crea, jamás —en la historia de la NBA— dos franquicias habían disputado el título por tres temporadas consecutivas. Y mire que los Celtics y los Lakers se han visto las caras… [12 finales].
Ya los Warriors se llevaron los primeros dos choques de la serie final, luego de dominar cómodamente a los Cavaliers en Golden State. Los muchachos de la bahía californiana han hecho historia, pues tras ganar el último juego en casa, establecieron una nueva marca de victorias consecutivas en partidos de postemporada en la NBA (14).
Esa gesta solo iguala —por el momento— la de los Penguins de Pittsburg (Hockey) en la temporada 1992-93, única franquicia deportiva estadounidense a nivel profesional que alcanzó semejante suma de juegos ganados de forma consecutiva en un escenario de esta naturaleza.
En esa línea, hay que señalar que la última derrota de Golden State fue el 10 de abril ante los Jazz de Utah. Desde esa fecha los favoritos para coronarse en la mejor liga de baloncesto juegan para 28-0. Sucio difícil.
No hay que estirar demasiado el chicle para entender que si bien los Warriors han sido un equipo dominante por los pasados dos años, añadir a Kevin Durant en su plantilla ha incrementado el poderío de la organización en ambos lados de la cancha. Tanto así que 12 de las 14 victorias consecutivas en postemporada han sido por margen de doble dígito. Solo los Milwaukee Bucks de Oscar Robertson y Lew Alcindor en la campaña de 1971 acumularon esos numeritos.
No obstante, el equipo de Cleveland no es cáscara de coco. El año pasado se apuntaron un palo de mayores proporciones, cuando pusieron fin a una sequía de más de medio siglo a través de una remontada histórica a una desventaja de 3-1. Es decir, los Cavaliers son los actuales monarcas y como campeones se han ganado su respeto.
Asimismo, el “King” LeBron James sigue haciendo de las suyas. El actual mejor jugador de básquet del mundo llegará esta noche a la ciudad donde inició su carrera en busca de establecer una nueva marca personal, pues viene de empatar a Magic Johnson en el liderato de triples-dobles en series finales, al totalizar ocho. En resumidas cuentas, cualquier cosa puede pasar en esta serie de desempate donde se juega por algo más que la fama: el orgullo.
Pero bueno, no basta decir que tenemos sobre la mesa un manjar deportivo de grandes proporciones. Más allá del sazón de rivalidad histórica en los tabloncillos de la NBA, el banquete que se sirve en cada jugada de LeBron James, en cada triple de Stephen Curry o en cada movimiento oportuno de Kevin Durant tiene sus toques excesivos de pimienta, cuando sumamos al perímetro el escenario social y económico.
Si bien los donqueos espectaculares y la riña entre los dos equipazos acapara las temáticas discursivas en la prensa y en la boca de los ‘expertos’, hay detalles que no pueden ser condenados al olvido.
A diferencia de lo acontecido en los pasados dos años, este tercer capítulo entre los principales quintetos de la NBA inició con una introducción particular: otro caso de racismo en el deporte. Curiosamente, contra LeBron James.
Y es que a pesar de la insistencia de ciertos sectores del deporte en no reconocer que el escenario deportivo envuelve elementos sociales que requieren una mirada cuidadosa y, a la vez, un señalamiento crítico, parecería que el día a día nos invita a trascender las nociones de entretenimiento y recreación que pretenden definir el deporte. En ese sentido, todo apunta a que urge la necesidad de encaminarnos hacia la erradicación de una realidad deportiva que silencia continuamente algunas luchas que la sociedad norteamericana entendía superadas. Ante eso, hoy más que nunca el ‘statement’ de Colin Kaepernick toma suma importancia. Ya lo dijo LeBron en conferencia de prensa, ese germen “está vivo cada día”.
Pero volvamos a la final de la NBA. Esta noche, a partir de las 9:00 p.m., continuará el mambo. A estas alturas de la serie hay que ver qué pasará con el juego agresivo y oportuno de Kevin Durant, pues nunca ha ganado un juego en la carretera durante su experiencia en la final de la NBA. Claro, ya lo pasado, pasado. De seguro, al igual que José José, eso al ‘Durantula’ no le interesa, pues ya no es lo mismo de ayer.
Otra cosita: el costo promedio de los boletos en esta serie ronda los $1,000. Casi na.
Finalmente, vale la pena decir que de los 96 minutos que se han jugado hasta el momento, los Warriors han sostenido ventaja sobre los Cavaliers por alrededor de 86 minutos. La última vez que esto ocurrió en la NBA la serie final acabó en cuatro juegos, cuando los Spurs de San Antonio barrieron a los Cavaliers en el 2007. La gran pregunta: ¿se repetirá la historia?
JUEGOS
- Hoy: Golden State en Cleveland a las 9:00 p.m.
- Viernes 9: Golden State en Cleveland a las 9:00 p.m.
- **Lunes 12: Cleveland en Golden State a las 9:00 p.m.
- **Jueves 15: Golden State en Cleveland a las 9:00 p.m.
- **Domingo 18: Cleveland en Golden State a las 8:00 p.m.
**De ser necesario.