Wilmarí De Jesús Álvarez no tenía en sus planes asumir la presidencia del Consejo General de Estudiantes (CGE) del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) cuando presentó su candidatura. Tampoco pensó que la presidencia quedaría vacante y alguien la nominaría a la cabeza de la asociación estudiantil. Aún así, aceptó asumir el puesto más alto del ente que representa aproximadamente a 16,000 gallitos y jerezanas.
Con su usual calma, la estudiante de cuarto año en economía compartió con Diálogo sus reflexiones de cara al cierre de su término como presidenta.
De entrada lamenta que, aunque en sus inicios tenía un plan de trabajo por ejecutar, las distintas situaciones que afectaron a la UPR en los pasados meses hicieron que las ideas esbozadas se modificaran. La crisis fiscal, las cinco asambleas y el proceso de paralización obligaron a De Jesús Álvarez, junto a su equipo de trabajo, a poner otras prioridades y atender asuntos cruciales.
“Si bien se empezó a trabajar una política para los estudiantes transexuales y transgénero, no se pudo continuar el proceso por las diferentes situaciones que surgieron al momento de trabajar. Son cosas que nosotros dejamos al siguiente CGE porque todavía entendemos que son pertinentes de trabajar”, explicó la estudiante.
No obstante, si bien hubo cambios en la agenda, el consejo se encargó del cumplimiento de un asunto primordial: llegar al estudiantado del recinto riopedrense.
De Jesús Álvarez destacó que el establecer lazos con los estudiantes fue algo que le presentó un reto al consejo. A través de las redes sociales, el organismo estudiantil empezó a ofrecer información importante y a interactuar con los usuarios. Al evaluar la comunicación entre el CGE y los estudiantes, la presidenta afirmó que ahora la gente está más al tanto de las acciones del ente.
Ser mujer en el cargo
Cerca de salir de la presidencia, la utuadeña reflexionó también sobre los retos que encaró en el puesto por ser mujer, sobre todo durante las dinámicas que se daban a la hora de reunirse a dialogar con altos funcionarios.
Recordó, por ejemplo, que en su primera reunión con el exgobernador Alejandro García Padilla, el primer mandatario le preguntó si ella era la “nueva Guasp”, en referencia al presidente previo del CGE Guillermo Guasp. Incluso, esa resistencia a ver una mujer liderando el principal cuerpo rector de los estudiantes se daba en el marco universitario.
“Al principio, cuando nosotros empezamos y que entra conmigo Jorge Rivera [vicepresidente] en septiembre, todo el mundo sabía que el nuevo presidente del Consejo General de Estudiantes era una mujer, que era presidenta. Pero, con todo y eso, había gente que entraba en mi oficina, abría la puerta y se dirigía a Jorge estando los dos en la oficina. Jorge los miraba y les decía ‘ella es la jefa, ella es la que te puede ayudar’”, recordó la estudiante. Cabe destacar que este año, seis de los once recintos tuvieron como cabeza de sus respectivos CGE a mujeres.
Su rol en la huelga
Por otra parte, la jerezana reconoció que el proceso huelgario que duró dos meses y medio en el Recinto de Río Piedras fue el mayor reto que enfrentó durante su cargo. Con sus altas y bajas, De Jesús Álvarez tenía que participar de todas las reuniones de mediación, estar al tanto de la situación dentro del recinto y coordinar las tres asambleas que se dieron durante el proceso de paralización. Sin embargo, la futura economista destacó el proceso como gran aprendizaje al conocer la importancia de ver a los estudiantes atentos, pendientes a lo que sucedía día tras día.
Asimismo, la alumna sostuvo que, a pesar de que hay sectores que tildan la huelga de un fiasco, este mecanismo de defensa sí cumplió su cometido. Sin embargo, aceptó que la paralización llegó a su fin porque tenía que moverse hacia otros espacios y sustentarse con números reales y las implicaciones directas de los recortes.
“Yo creo que, como todo proceso, [la huelga] tenía que evolucionar. Tenía que haber un espacio de reflexión sobre qué es lo que estamos haciendo. Creo que el proceso de paralización cumplió con su cometido que era visibilizar unos problemas que estábamos teniendo, no solo en la universidad, sino como País. En la palestra pública no se venía hablando de lo que era una auditoría, no se hablaba de los recortes que se le iban hacer a la diferentes agencias gubernamentales, incluyendo la Universidad de Puerto Rico”, enfatizó.
Rumbo a la Gran Graduación 2017
A dos semanas de celebrar la graduación simbólica del Recinto de Río Piedras de la UPR, De Jesús Álvarez compartió que lo más emotivo del proceso ha sido ver a los gallitos y jerezanas llegar a la oficina del CGE, que se ubica en el Centro de Estudiantes del campus riopedrense, para ordenar sus togas. Esa alegría de los graduandos representa los años de estudios y esfuerzos por convertirse en un profesional producto UPR.
Ante esa imagen, señaló de manera jocosa el contraste que se ha dado con los estudiantes de nuevo ingreso que llegan a las oficinas perdidos buscando orientación sobre qué hacer y cómo adentrarse al campus universitario versus a los que terminan su carrera.
Según la estudiante, que no descarta correr en el futuro para otro puesto representativo, los preparativos de la graduación están casi listos, con excepción de alguna que otra cosa. Es por eso que le sorprendió el pedido de renuncia que le hizo el representante ante la Junta Administrativa Kuyaguaribo López Correa durante la reunión extraordinaria celebrada el jueves 20 de julio.
“Yo activamente he trabajado con este proyecto. Yo no dudo que el compañero tenga sus méritos, me gustaría que dijera cuáles eran las razones en específico, pues nunca surgieron. Eso me apena porque dentro de todo yo creo que el esfuerzo se estaba dando y cuando vamos a una cuestión tan seria como lo es una solicitud de renuncia, sea mía o de cualquier persona, tiene que venir acompañada de unos datos específicos. ¿Qué es lo que yo hice que no estaba cumpliendo con mis labores? Y si bien no somos perfectos y habían cosas que mejorar, yo creo que mi presidencia se aleja de lo perfecto, pero no creo que ameritara una solicitud de renuncia de esa magnitud”, argumentó De Jesús Álvarez.
A la espera de reunirse con el nuevo rector
A pesar de que queda menos de un mes para terminar su cargo como presidenta del CGE, la joven tiene en su agenda reunirse con el recién nombrado rector interino del Recinto de Río Piedras, Luis Ferrao Delgado. Aunque se ha comunicado en varias ocasiones con rectoría, aún no se le ha dado fecha para dialogar sobre la estrategia a seguir ahora que se sabe con certeza que los recortes al recinto riopedrense ascienden a $25.6 millones. Además, la presidenta quiere discutir los acuerdos que se habían presentado ante las pasadas dos rectoras, María de los Ángeles Castro y Carmen H. Rivera Vega.
En esa misma línea, la presidenta saliente exhortó al nuevo Consejo General de Estudiantes que sea escogido a seguir fortaleciendo los lazos con los estudiantes y mantener una línea de comunicación abierta con la comunidad universitaria.
“Van a encontrarse con administradores espectaculares y con administradores que no van a poder trabajar. Es en esa diferencia que nosotros tenemos que sobresalir y tratar de trabajar y hacer lo más que podamos desde donde podamos”, acotó.