El mundo está a punto de acabarse y solo los X-Men pueden salvarlo, a la vez que demuestran importancia ante los ojos de la sociedad …otra vez. Esta trama repetitiva es parte de lo que falla del nuevo filme, X-Men: Apocalypse, basado en los cómics de Marvel.
Esta vez, la devastación mundial está en manos del mutante y/o dios Apocalypse, personificado por Oscar Isaac (Star Wars: The Force Awakens; Ex Machina), un ser antiguo y poderoso, que luego de miles de años desaparecido, regresa al mundo “moderno” de la década de los 80 para acabar con los seres humanos y dominar a los mutantes. Apocalypse emprende la búsqueda de sus cuatro jinetes, estos siendo Storm (Alexandra Shipp), Psylocke (Olivia Munn), Angel (Ben Hardy) y Magneto (Michael Fassbender), quienes a través de sus poderes únicos, lo asistirán en obtener su dominación mundial.
Por otro lado, luego de la redención de los mutantes en la última película (X-Men: Days of Future Past en el 2014), el profesor Xavier logra reabrir su escuela para estudiantes dotados. Entre los estudiantes destacados se encuentra parte del clásico elenco de los cómics y las series animadas, Jean Grey (Sophie Turner), quien fue una excelente pieza añadida al conjunto, Cyclops (Tye Sheridan), Jubilee (Lana Condor) y Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee). Entre los nuevos alumnos y los más veteranos es que recae la tarea de vencer a Apocalypse.
En términos de elenco, además de Fassbender, regresan James McAvoy (Charles Xavier), Jennifer Lawrence (Raven/Mystique), Nicholas Hoult (Beast) y Evan Peters (Quicksilver), entre otros.
El filme se sostiene con un conjunto de actores destacados, con escenas emocionales bien ejecutadas por McAvoy y Fassbender, y momentos de comedia por Peters, cuyo personaje de Quicksilver ha recibido el favor del público. También se destacan las escenas de acción, específicamente, el momento en que todos los X-Men se encuentran cara a cara con Apocalypse y sus jinetes. El uso de los poderes mezclado con acrobacias conducen a momentos complacientes a los amantes de la acción.
Ahora bien, la película falla en términos de organización y estructura. Momentos de suma importancia y tensión son cortados abruptamente para convertirse en escenas de humor ligero una y otra vez, provocando cansancio y confusión entre la audiencia.
El personaje de Apocalypse, por su parte, es un mal empleo de los talentos de Isaac, ya que no nos entrega un villano memorable. De acuerdo a cómo lo vemos en el tráiler, debería ser sumamente poderoso e intimidante. Sin embargo, Apocalypse no es ni malo ni bueno, sino que nos es indiferente.
Asimismo, la película contiene otras actuaciones insatisfactorias, como es el caso de Munn, modelo convertida en actriz. A pesar de su dominio de las artes marciales, su actuación careció de gracia y viveza, otra manera de decir sencillamente sosa. Igual, la aparición de Rose Byrne como Moira McTaggert, interés amoroso de Charles Xavier, es prescindible.
Tal vez lo peor de X-Men: Apocalypse es Jennifer Lawrence como Mystique. Ella, quien luego de dos películas predicando su orgullo como mutante, dedicó el 80% de la película como su alter ego humano. Es evidente que esto es una decisión de los escritores más que de la actriz, quien es una de las más rebuscadas y famosas de Hollywood, pero es frustrante que la estén usando como producto para vender la película, más que como personaje.
En fin, la película, a pesar de ser entretenida, decepciona. Luego de meses de hype, el filme no logró ser lo que los fanáticos esperaban, y aunque ha vendido muy bien, no está al nivel de las primeras dos.