La entrevista a continuación forma parte de una serie de tres escritos que recogen los testimonios de periodistas de radio, prensa escrita y televisión sobre su experiencia en la cobertura de los procesos electorales de Puerto Rico durante las décadas del sesenta, ochenta y noventa.
Uno de los objetivos del ejercicio era conocer cómo han evolucionado las rutinas de producción de quienes cubren los comicios en nuestro país. Los relatos de los comunicadores entrevistados ofrecen, además, unos antecedentes valiosos para calibrar el impacto que ha tenido la tecnología digital y la telefonía móvil en el trabajo de los periodistas que cubren la política partidista.
En una pequeña sala, lugar ideal para hacer iniciar una conversación, conversamos con Yolanda Vélez Arcelay. La veterana periodista, quien ha reportado por más de tres décadas sobre asuntos políticos, comparte en esta entrevista sus vivencias durante la cobertura de las elecciones de 1996.
El martes 5 de noviembre de 1996, día en que se llevó a cabo las elecciones generales entre los candidatos, Pedro Rosselló del Partido Nuevo Progresista (PNP), Héctor Luis Acevedo del Partido Popular Democrático (PPD) y David Noriega del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) ¿qué labor estuvo haciendo?
El día de las elecciones me encontraba en la Comisión Estatal de Elecciones (CEE). Temprano en la mañana los periodistas fuimos a ejercer el derecho al voto y luego comencé a hacer transmisiones en vivo y en directo para Teleonce sobre cómo iba el proceso de las votaciones. Además, ese día estuve haciendo entrevistas a distintos funcionarios. Después regresé al canal, recuerdo que los periodistas que cubrimos el proceso electoral del ‘96 tuvimos que quedarnos acuartelados en el canal hasta que culminara el conteo de votos, incluso hasta entrada en la noche.
Luego de una intensa jornada laboral y vivir tan de cerca el proceso electoral del 1996, ¿qué impresión tuvo, cuando se enteró que el doctor Pedro Rosselló fue reelecto con una ventaja de más de 100,00 votos?
La victoria de Pedro Rosselló frente al candidato del Partido Popular fue un suceso abrumador. Esto a causa de una cantidad de votos que alcanzó el candidato del PNP que nunca antes había sido vista. Aunque las encuestas y el ambiente apuntaban a que el rival Héctor Luis Acevedo resultaría derrotado, nadie se imaginaba que el margen sería tal, sumiendo al PPD en la derrota más aplastante hasta entonces. Esto se debió en parte por el carisma del gobernante, cimentado en un engranaje de comunicaciones operado desde la Fortaleza y llevado a cabo por el publicista, Alberto Goachet. Para estas elecciones teníamos a Pedro Rosselló frente a Héctor Luis Acevedo, un candidato sin carisma. Según los criterios de carismático en este país, un aspirante político debe ser atractivo y que agite las masas y Rosselló tenía esa capacidad.
¿Cómo usted describiría lo qué era ser reportero para esa década de los 90?
A mí me tocó mucho cubrir fortaleza y los centros de poder, me tocó mucho la gobernación, los dos términos de Pedro Rosselló del 1992-1996 y 1996-2000. Cuando entró la gobernación de Rosselló, se rompieron muchos moldes en términos de gobernación, se establecieron pautas de neoliberalismo, era una visión bien distinta a lo que conocíamos como gobierno. Se quería romper con la visión de que el gobierno era el eje de todo y se empezó a privatizar servicios, la visión de que la salud no debía estar en manos del gobierno sino de las corrientes del mercado, ahí empezó con la famosa Reforma de Salud, que entra en vigor en ese cuatrienio (1992*). Los cambios eran bien dramáticos y esa elección, la del 96, la recuerdo particularmente porque veníamos de varios incidentes que habían marcado la administración de Rosselló, entre ellos lo del Instituto del Sida que fueron personas a la cárcel por casos de corrupción de manejo de fondos a pacientes de VIH para enriquecer sectores que lo administraban. Estaba Yamil Curí, habían médicos de renombre y muchos de ellos fueron a la cárcel.
[…]Recuerdo que me impresionó de un modo terrible cuando en medio de un mitin alguien le había dicho a Pedro Rosselló abusador y en algún momento la multitud cuando Rosselló era aclamado decía “abusa, Pedro abusa”. Eso fue una cosa que me dejó boquiabierta y efectivamente Pedro Rosselló arrasó con un millón de votantes. Fue la elección en que más distancia hubo entre un partido principal y el que le seguía, en este caso, el Partido Popular. La diferencia fue dramática y Pedro Rosselló se corono con un voto y un mandato bien claro del pueblo para hacer lo que quisiera y de algún modo metafórico el pueblo le estaba diciendo: “abusa, Pedro abusa”. Esa era la visión de aquel momento.
Retomando a su labor periodística en la televisión…Precisamente, a finales de los años noventa, ¿cuál era la dinámica de planificación de Teleonce de cara al proceso electoral que se avecinaba?
En todos los canales es bien raro que se planifique porque esa es la tónica en los medios televisivos en Puerto Rico. Esto era y sigue siendo un problema grave en las mesas de información. Sin importar que, sea tiempo de elecciones o no, se descansa excesivamente en la agenda del periódico y para aquel momento, el periódico récord, El Nuevo Día. Esto muestra un poco de vagancia en las mesas de información y es una realidad que todavía se vive.
Si no existía un plan de trabajo en Teleonce, al igual que en los otros canales, ¿cuál era su rutina periodística en ese canal durante ese año de elecciones?
Primero se llegaba a la mesa de información y ese mismo día, tú te enterabas de lo que te asignaban, a mí no sé por qué, me tocó un sin número de veces cubrir desde Fortaleza y las agencias gubernamentales. Aunque en los medios televisivos no había mucha planificación lo que no podía faltar en cualquier periodista era tener conocimiento de lo que estaba aconteciendo, es decir, había que estar informado.
La televisión ha servido como la arena pública para visibilizar asuntos sociales, culturales y políticos, más aún en época de elecciones. ¿Cuáles eran los candidatos que más le tocaba cubrir y por qué?
Definitivamente, el candidato por el PNP, Pedro Rosselló, aunque también cubrí a Héctor Luis Acevedo y al candidato por el PIP, David Noriega. Una de las razones por la cual tuve que seguir la trayectoria más de cerca de Rosselló, era por éste ser el gobernador para aquel momento y otra porque su partido ocupaba mayor escaños políticos. Además, Rosselló convocaba innumerables conferencias de prensa, donde discutía sobre sus planes y logros y esto tenía que cubrirse. Por otro lado, el candidato opositor u otro candidato no contaban con esa equidad de visibilidad en los medios, pero es naturaleza común, que quién ocupe la gobernación está más expuesto a los medios. Aunque, el exceso de visibilidad mediática puede traer problemas, sino no se es un candidato audaz, pero a Rosselló esto le resultó beneficioso.
¿Crees que la manera en que se estaba llevando a cabo la cobertura de las elecciones a través de la prensa televisiva no visibilizaba de la misma manera al Partido Independentista tanto como los partidos PPD Y PNP?
El Partido Independentista descansó más en la cuestión electoral y descuidó los sectores, es decir, ir más a las masas, estar en contacto con el pueblo de toda la Isla. Por lo que en este caso, el Partido Independentista no era visible. Aunque también pudo haber sido el enfoque de la prensa, también puede verse así.
¿Cómo describiría el clima político durante el tiempo en que estuvo cubriendo unos procesos electorales más históricos?
Mientras estuve cubriendo los dos términos de la gobernación (1992 al 996 y del 1996 al 2000) pude apreciar que fue un periodo de mucho conflicto, en que se desdibujaba la línea divisoria entre Gobierno y los partidos. En cuanto al aspecto social ocurrieron modificaciones dramáticas (como la famosa tarjeta de salud), no tan solo para el país sino también para los candidatos. Tanto así que, los candidatos en este periodo tuvieron numerosos enfrentamientos. Como una vez, en que el exalcalde de San Juan, Héctor Luis Acevedo le atribuyó al gobernador, estar “sala’o” y Rosselló, aprovechando la actividad del saludo protocolar, le respondió rechazando el saludo. En otra ocasión, Héctor Luis Acevedo utilizó los medios de comunicación para acusar de abusador a Rosselló. Pero a pesar de estas acusaciones, se intensificó la fuerza de los seguidores del gobernante, quienes lo aclamaban con el coro espontáneo de “¡Abusa, Pedro, abusa!”.
Decía que las elecciones del ‘96 fueron de mucha tensión.
Sí, particularmente entre los simpatizantes del penepé hacia los periodistas. Este cuatrenio fue uno de muchos cambios que propiciaba que los ánimos estuvieran alterados. De manera que, la militancia partidista del Partido Progresista se volvió hostil hacia la prensa en términos generales.
Aquí las entrevistas anteriores:
Elecciones del ‘68: Guillermo José Torres reporta desde la radio
Radiografía periodística: Ismael Torres y la cobertura eleccionaria del ‘80