TEGUCIGALPA- El derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, regresó este lunes a la capital hondureña después de tres meses en el exilio para buscar su restitución, pero el Gobierno de facto desmintió su retorno. Zelaya fue depuesto hace casi tres meses -expulsado del país a punta de pistola y en pijamas- hacia Costa Rica. Desde entonces había intentado volver a su tierra natal a través de negociaciones diplomáticas que naufragaron e incluso cruzando brevemente la frontera desde Nicaragua. “Estoy aquí en Tegucigalpa, estoy para ir hacia la restitución de la democracia, para llamar al diálogo”, dijo Zelaya al Canal 36 de televisión en Honduras, en un desafío al Gobierno de facto que tiene órdenes de arresto en su contra.
En declaraciones posteriores a la cadena Telesur, el derrocado presidente comentó: “Ya estoy aquí en la capital haciendo algunas gestiones y dentro de unas dos horas diremos el lugar exacto en donde estamos”. Fuentes de la embajada de Managua, donde Zelaya había hecho base para su campaña de retorno, aseguraron primero que el depuesto mandatario se encontraba en la sede de Naciones Unidas en Tegucigalpa, pero una portavoz del organismo en Honduras negó a Reuters que se hallara en ese edificio. Luego, el Gobierno de Brasil confirmó que Manuel Zelaya se encontraba a salvo dentro de la embajada brasileña en Tegucigalpa. A las puertas de la sede de Naciones Unidas había varios cientos de seguidores de Zelaya reunidos con banderas de Honduras que gritaban: “Sí se pudo, sí se pudo”. Un par de camiones militares con soldados y decenas de policías antimotines estaban apostados muy cerca de ellos. Se espera que Zelaya hable el miércoles por la tarde en la sede de Naciones Unidas en Nueva York durante su asamblea general. “Tenemos confirmado que está en Honduras. Dónde está exactamente, no sabemos”, dijo el portavoz del Departamento de Estado norteamericano Ian Kelly a periodistas.
Pero el presidente del Gobierno de facto que asumió después del golpe del 28 de junio, Roberto Micheletti, desmintió que Zelaya se hallara en Honduras. “No está aquí, él está en una suite en un hotel de Nicaragua”, dijo Micheletti a la radio HRN. “Yo le pido tranquilidad a la población, con esta información lo que quieren generar es inestabilidad, desestabilizar al país”, agregó. Sin embargo, la cúpula militar no descartó por completo que Zelaya pueda estar dentro de territorio hondureño. “No podemos descartar a un 100 por ciento que Zelaya no esté en el país, pero nuestros órganos de inteligencia están investigando”, dijo el jefe del Estado Mayor, Romeo Vázquez, quien comandó a los militares que dieron el golpe contra Zelaya. “Pero no tenemos indicaciones ciertas hasta ahora de que él esté en el país”, agregó a Radio América.
En Venezuela, el principal aliado de Zelaya, el presidente izquierdista Hugo Chávez, se mostró supuestamente hablando con el derrocado mandatario durante un acto escolar transmitido en vivo por la televisión estatal venezolano. “¡Hola Mel! Sí, es Hugo, un abrazo. ¿Cómo estás Zelaya?”, le dijo el líder socialista, aunque en la televisión no se pudo escuchar a Zelaya al otro lado de la línea. “Ya voy a activarme para hacer lo que me estás pidiendo, vamos a llamar a los colegas presidentes, la iniciativa que ya hemos conversado de algunos países del mundo desarrollado por Honduras”, agregó Chávez sin dar detalles. Chávez aseguró que Zelaya cruzó montañas y ríos para llegar a la capital. Militares de Honduras, considerada una aliada de Estados Unidos, actuaron contra Zelaya luego de que el líder enfureció a miembros del Congreso, de la Corte Suprema y a algunos integrantes de su propio partido con una propuesta de cambio constitucional para permitir la reelección presidencial. En Honduras, una empobrecida nación muy conservadora, muchos aseguraban que Zelaya buscaba tomar el rumbo político de su aliado Chávez. Un intento de resolución a la crisis promovido por el presidente costarricense, Oscar Arias, no logró restituir a Zelaya. Las presiones de la OEA y los cortes de ayuda financiera internacional tampoco han rendido frutos. El plan del Gobierno de facto es celebrar elecciones el 29 de noviembre -previstas antes del golpe- y entregar el poder en enero al ganador de la contienda, pese a que muchos países y organismos han dicho que no reconocerán al vencedor.