El cambio climático tiene un nuevo adversario: la Iglesia Católica, o al menos una aglomeración de iglesias pertenecientes a ésta. Bajo la premisa de que ¨el cambio climático afectará más a los pobres¨ un grupo de iglesias católicas han decidido formar una coalición para luchar en contra del cambio climático, de ahí el surgimiento del Convenio Climático Católico. El Panel Interagencial de Cambio Climático ya ha dejado establecido que el calentamiento global es real y que trairá consigo severos cambios climáticos como más y más fuertes tormentas, inundaciones y sequías, entre otros. A partir de incidentes como el huracán Katrina ha resultado evidente para muchos que los más pobres y marginados son quienes tienden a vivir en las zonas de riesgos y los últimos en recibir servicios de ayuda una vez ha sucedido la catástrofe. ¨Como católicos creyentes tenemos una obligación moral a cuidar tanto a la Creación como a los pobres¨ se declara en la página de internet oficial del grupo que ha lanzado una campaña de concientización era bajo el slogan ¨¿Quién está debajo de tu huella de carbón?¨ Para algunos podría resultar curioso que iglesias católicas se unan a tal gesta cuando son unas de las críticas más fieras de los métodos de control natal, chocando así con ambientalistas que entienden que el crecimiento poblacional es uno de los principales problemas del ambiente. Si a eso se le suma el auge del conservadurismo religioso en los Estados Unidos en los años del expresidente George W. Bush, donde la ciencia ha estado constantemente bajo ataque – desde la teoría de la evolución hasta la investigación con células madres- resulta interesante que un grupo religioso tenga use pruebas científicas para citar un deber moral de actuar en contra del cambio climático. Aún así valdría la pena recordar que la coalición no viene sin precedentes. En el 1990 el papa Juan Pablo II hizo una declaración que desde entonces ha sido harto citada: ¨Cuando la crisis ecológica se establece en el contexto mayor de la búsqueda por la paz en la sociedad, podemos entender mejor la importancia de darle atención a lo que la tierra y la atmósfera nos están diciendo: es decir, que hay un orden en el universo que debe ser respetado, y que el ser humano, dotado con la capacidad de escoger libremente, tiene una grave responsabilidad por preservar ese orden para el bienestar de las futuras generaciones. ¨