El oficio del periodista
Después del desayuno, envuelta en su bata bordó, ella se acomodaba en su sillón favorito. Erguida pese a su enfermedad, pasaba horas con la radio apoyada en su oreja izquierda y el diario abierto sobre la falda. Al mediodía, Juana nos pedía que subiéramos el volumen de la TV, para ver el noticiero. Mi abuela…