“Donde manda capitán, no manda marinero”
Palmas, San Juan y Él. Caminaba con prisa mirando los adoquines de la capital, el ruido de la muchedumbre nubló mi audición, mas no mi visión. En una esquina donde la luz de los quioscos limosneaba claridad, me encontré con su mirada azulada. Sentí miedo, curiosidad, pero me acerqué e inicié mi travesía por la…