El arte grita todo lo que callamos. Cuenta historias acerca de nuestra incomodidad con los alrededores. Es una herramienta para esbozar nuestro disgusto –o alegría- con el País, la política o lo cotidiano de la vida. También es la plataforma por excelencia para ser escuchados y expresarnos con libertad.
Nelson Rivera, conocido como Sucio Difícil -Sucio de nombre, Difícil de apellido- es uno de esos que utiliza el arte para la denuncia social. Durante 40 años ha sabido contar historias sobre la política, lo popular, la historia del arte y lo absurdo, reflejando la realidad de la vida por medio de la música, el teatro y el performance. Para documentar todas esas historias y experiencias se abrió la exposición Sucio Difícil, en la sala Carlos Osorio del Museo de Arte de Caguas.
La idea de este proyecto salió de la curadora de la exposición, Michele Fiedler, quien dividió la sala en cinco áreas: el trabajo de Nelson en el teatro, el performance titulado A Peso –obra realizada en el año 1986-, diseño escenográfico, performance y sus conciertos sobre John Cage.
Esta apuesta artística documenta el trabajo de Rivera desde el 1975 hasta el 2015. Para esto se colocó una mesa en el centro de la sala con unos libros que simulan carpetas con información secreta. Estas contienen información de todas las obras y performances llevados a cabo en sus 40 años de experiencias.
“La idea de la imagen utilizada para las carpetas viene de las carpetas creadas por los policías para los independentistas”, expresó Rivera. Explicó que se inspiraron en la portada del archivo de Juan Mari Brás para el diseño de las carátulas de su portafolio.
Sucio Difícil -es decir, Nelson- contó que entró a este mundo del arte y del performance casi sin planificarlo. Indicó que todo se trata de que algo te haga click y entras por ahí. “Yo entré a la universidad por grabado en Bellas Artes, me gustaba pero quizás no era lo mío. Tomé un curso escenográfico en drama y eso sí me hizo click”, resaltó.
En esta exposición se puede disfrutar de trabajos como Queremos a Carlos Romero Barceló (1979), audio en el que se repite de diferentes maneras la frase que le da título a esta obra, buscando así anular el eslogan político. También hay grabaciones de su performance Solo con Variaciones 1, 2 y 3 (presentados anteriormente en la Escuela de Artes Plásticas, Moscú y Plaza las Américas respectivamente).
Quizás se pueda decir que él es un artista al que le caracteriza la arbitrariedad, porque también le gusta hacer piezas sin avisar o que pasen inadvertidas. Por ejemplo, en su exposición hay tres aspectos que se repiten: “hombres de pie, hombres sentados y plátanos”.
La exposición finaliza el 23 de abril y para darle fin Rivera tiene pensado crear un maratón de performance en el que artistas invitados harán una representación dramática que se inspirará en trabajos anteriores del artista.
“La mayoría de las personas que he invitado son mujeres. Son gente con las que he trabajado antes, son mis amistades”, concluyó.