Comienza el mambo para los nuestros.
Dicen los que saben que en esto del béisbol no hay nada escrito. No existe enemigo pequeño ni tampoco equipo invencible. O sea, que en esto del juego de pelota —como quien dice— la bola es redonda, pero viene en cajita cuadrada. Y bueno, con eso en mente, esta noche la selección nacional de Puerto Rico saldrá al terreno de juego por primera vez en el Clásico Mundial de Béisbol 2017 (CMB), cuando enfrente —a partir de las 10:00 p.m.— a la potente y prometedora novena de la hermana República Bolivariana de Venezuela.
Y es que luego de alcanzar un glorioso subcampeonato en el pasado Clásico (2013), la novena puertorriqueña llega a la cuarta edición de este evento internacional con altas expectativas, que se ven reflejadas en un nutrido grupo de jugadores jóvenes que, sin duda, han enriquecido sobremanera las esperanzas del béisbol nacional. Aunque la presencia boricua en los diamantes de ‘Las Mayores’ ha disminuido en la pasada década, en los últimos tres años Puerto Rico ha logrado sembrar una nueva semilla generacional que promete una jugosa cosecha.
Hace cuatro años los boricuas sorprendieron al mundo cuando dominaron a potencias como Japón, Estados Unidos y la misma Venezuela, con una plantilla donde los grandes nombres no fueron la orden del día, y en la que la veteranía jugó un rol protagónico. En esta ocasión será la juventud de jugadores como Carlos Correa, Javier Báez, Francisco Lindor y José Berríos -por mencionar algunos- la que se encargará de complementar la contribución histórica de Carlos Beltrán y Yadier Mólina, así como la de otros veteranos que, igualmente, participarán por cuarta y seguramente última vez de este festival deportivo.
Los hijos de Borinquen, liderados por el primer dirigente boricua en las Grandes Ligas, Edwin Rodríguez, forman parte del ‘Grupo D’, conformado por el país anfitrión, México, así como por los combinados de Italia y Venezuela. Hasta el 13 de marzo las cuatro novenas se verán las caras en el estado mexicano de Jalisco para definir cuáles dos equipos pasarán a la siguiente ronda, que tendrá como sede la Ciudad de San Diego, California, del 14 al 19 del mes corriente.
El equipo de Puerto Rico se presentará esta noche luego de un campamento intensivo en Arizona, donde aprovecharon para hacer ajustes finales y pulir la química interna. Dos partidos de exhibición ante organizaciones de MLB, como parte de los eventos de los campamentos primaverales, fueron la mejor medicina para ello.
En el primer choque, celebrado este pasado miércoles y en el que los boricuas se enfrentaron a los Gigantes de San Francisco, los nuestros cayeron con marcador de seis carreras por cinco (6-5). Mientras que ayer, cayeron con pizarrón de diez a dos (10-2) frente a los Rockies de Colorado. Cabe destacar que el dirigente Rodríguez optó por utilizar, mayormente, lanzadores reservas que no deben ver acción en la primera ronda.
Sin embargo, ambos resultados —como dirían en el argot hípico— “no valen ni pa’ pool ni pa’ banca”. Lo que sí, es que durante este periodo de preparación los muchachos de la selección boricua han logrado sacar de dudas a la fanaticada del béisbol nacional, pues al inicio de armar un ejército deportivo de esta naturaleza mucho se dijo sobre cuál sería el rol de cada uno de los integrantes. Específicamente, sobre las responsabilidades que asumirían los jugadores de cuadro ante tanto talento para unas pocas posiciones.
No obstante, el cuerpo técnico de Puerto Rico puso fin a la incógnita que acaparó múltiples titulares: quién defendería nuestro campo corto, ¿Lindor o Correa? Finalmente, la directiva de la selección —que cuenta con figuras como la del máximo macanero boricua, Carlos Delgado, así como con los servicios de los también toleteros Carlos Baerga, Juan ‘Igor’ González y el actual gerente general nacional y también exgrandesligas, Alex Cora— dieron a conocer que Lindor será la primera opción para cubrir el siore.
Entretanto, el campo corto de los Astros de Houston, Carlos Correa, será la primera opción para cubrir la tercera almohadilla. A pesar de que Correa no ha jugado como antesalista en las Grandes Ligas, esta decisión, según la joven promesa, no afectará en nada su desempeño en el diamante ni mucho menos su aportación. Así lo dejó saber en sus redes sociales, donde añadió que esta decisión no es otra cosa que una muestra de que en el equipo boricua los egos se dejan a un lado.
Así las cosas, Borinquen tiene de frente un gran reto y el equipo de Puerto Rico una gran oportunidad de aportar positivamente a la causa nacional cuando se pruebe nuevamente ante el mundo.
El béisbol, algo más que entretenimiento
Considerando la coyuntura histórica que atraviesa Puerto Rico —su crisis fiscal y socioeconómica— quisimos preguntar a algunos fanáticos sobre el significado de la representación borincana en tierras extranjeras. Es decir, si creen que cargar con el compromiso de vestir los colores patrios a nombre de todo un pueblo en momentos difíciles tiene algo de importante a estas alturas de la historia, cuando Puerto Rico maneja la imposición de una Junta de Control Fiscal (JCF) y mantiene con vida su realidad colonial.
Para algunos, como don Roberto Perdomo Figueroa, el hecho de que el país siga produciendo atletas exitosos “es una aportación mayúscula”, pues —a su modo de ver— valida la idea de que a través del deporte es posible enlazar la sociedad.
“El deporte hace posible la unión del pueblo. Eso es importante en momentos difíciles. Porque nos ayuda a repensarnos como país”, manifestó Perdomo Figueroa, al tiempo que afirmó a este diario digital que la contribución deportiva trasciende el entretenimiento.
Igualmente, otros como doña Lucy Carrasquillo, abuela de un chamaquito llamado Sebastián —que a pesar de su corta edad [6 años] asegura ser todo un toletero— confiesan que lo más importante de todo esto es que, más allá de dejar a un lado “los problemas que nos aquejan”, —como dijo a Diálogo don Roberto— “eventos como este demuestran la grandeza del pueblo puertorriqueño”.
“Ver a esos muchachos metiendo mano por allá, entregándose y sacando tiempo de su periodo de entrenamiento en los campos primaverales es algo digno de admirar. Yo veo a este chiquito [a Sebastián] en casa cada vez que ve los anuncios y me lleno de tanta esperanza. Imagínate, uno sofocao con tanta cosa negativa y con tanta crisis. Pero mira, esos muchachos nos recuerdan que a través del deporte se levanta un país también. Y eso los nenes lo aprenden”, dijo doña Lucy mientras Sebastián dejaba caer el limber que se comía.
Al igual que doña Lucy, Miguel Díaz manifestó a este medio que si algo está asegurado en este torneo para Puerto Rico es el legado que cada uno de los integrantes de la selección le deja a quienes entienden que el deporte es una aportación social importante.
“A través de esta participación estamos dejando saber que aquí [en Puerto Rico] habemos gente capaz y decidida a contribuir de cualquier forma. Ellos son ejemplo y nosotros responsables de entender eso”, sentenció, mientras acto seguido le preguntamos a Sebastián qué pensaba de la pelota y simplemente, nos regaló una sonrisa.
El encargado de subir a la loma esta noche por Puerto Rico lo será el serpentinero de los Mets de Nueva York, Seth Lugo, quien tendrá la encomienda de detener la poderosa alineación venezolana. El choque, como todos los partidos del CMB 2017, lo podrá disfrutar a través de Wapa Deportes.
Para que vaya calentando el brazo y el corazón, lo dejamos con un breve recuento de lo mejor de Puerto Rico en el pasado Clásico Mundial de Béisbol: