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Tazas que se mueven frenéticas; lápices que corren uno detrás del otro; personas con movimientos robóticos, entre otras posibilidades, son escenas características del género cinematográfico Stop Motion. Pues, es que este arte se basa en la utilización de fotografías en secuencia para elaborar una animación. Pixilación y la animación en plasticina marcan las técnincas más utilizadas por los que exploran el mundo del stop motion. Pero, existen otros acercamientos que en tiempo y espacio superan los retos creativos de cualquier animación. Este es el caso de las historias que se elaboran a partir de personajes o títeres creados de forma artesanal. Puerto Rico cuenta con un artista multimedios que durante este último año se ha dedicado en cuerpo y alma a la creación de historias animadas con títeres elaborados por él. Diálogo Digital entrevistó en exclusiva a José Enrique “Quique” Rivera sobre su incursión en el stop motion y la escultura. Aquí un breve recuento de lo expuesto por el mago del stop motion boricua.
El famoso Quique, como lo conoce casi todo el mundo en Río Piedras y en la comunidad artistica, ha trabajado en practicamente todos los tipos de arte; dibuja, toca saxofón, es escultor, hace diseño gráfico, domina la comunicación audiovisual, ha escrito guiones, se ha dedicado a la fotografía, trabaja la madera y hace animaciones. Rivera, que cuenta con un doble bachillerato en Comunicación Audiovisual y Bellas Artes, a sus 23 años se ha destacado primordialmente por su trabajo como escultor y ya luego por sus animaciones artesanales. Y ahora en el stop motion ha encontrado un medio que le permite trabajar en sus dos intereses artísticos primordiales. “Mi interés en el stop motion se dio de una manera bastante natural. Yo siempre he tenido un interés en la fotografia. Y hace dos años me interesé por la escultura. Curiosamente fue en el proceso de documentar mis piezas tomándole fotos (cuando tomaba una foto y cambiaba un poco la postura de la escultura, rotándola o algo así, y tomaba la próxima), que comencé a ver las secuencias en la cámara y me percaté del movimiento“. Según explicó el artista, ya él tenía conocimiento sobre el “paso de manivela“ (stop motion), pero verdaderamente se fijó en el medio de manera accidental. “Mi proceso de exploración comenzó porque muchas de las piezas mías de escultura las hago primero en plasticina. La plasticina es un material que es bien maleable. Es decir, que tú puedes hacer alteraciones mínimas y tomar una foto y luego la otra, y crear ese movimiento de stop motion…Entonces, mi primer experimento con la técnica fue que ya yo habia hecho un rostro en plasticina, y comencé a tomarle fotos rotándolo. Empecé a darle vida moviéndole el cuello, sin mucho conocimiento de lo que era la animacion como tal. Cuando vi las fotos en secuencia, vi al personaje moviéndose, fue como !esto me encanta!” Desde ese momento en adelante la experimentación con el stop motion no ha culmidado. De hecho, el descubrimiento de la técnica por parte de Rivera fue un agente catalítico para su producción artística. Esto incluso ha redundado en que Puerto Rico cuenta con una representación internacional en este renglón del arte. Pues, ya el cortometraje titulado “Encierro“, dirigido por él y realizado con la agrupación teatral Y No Había Luz, fue la primera animación puertorriqueña en competir a nivel internacional, en el Festival Internacional de Cortometrajes (Cinefiesta). Las inquietudes artísticas de Rivera han encontrado el medio predilecto. Pues, el afán de llevar la técnica al límite siempre ha estado presente. En efecto, su trabajo durante estos años de desarrollo en la escultura y en el stop motion lo han constatado así. Es muy marcado en su trabajo el desarrollo de títeres complejos que requieren no sólo un conocimiento depurado de la éscultura, sino un gran estudio de la biología, ya que sus historias se han basado en las intersecciones entre naturaleza y tecnología. Uno de los ejemplos más impresionantes de su obra, es el corto El Pájaro de Papel, presentado en la exposición ¨Noches de Cine de Títeres¨. Este trabajo, que surgió como proyecto para una clase de escultura en papel que Rivera estaba tomando, cuenta con un pájaro construido artesanalmente; incluso el papel fue hecho a mano (en el video pueden ver en qué consiste el pájaro de papel). Cuando se le pregunta cuál es el próximo paso que quiere dar y cuáles son sus metas artísticas Rivera manifiesta que lo que quiere es continuidad. “Yo lo que quiero es difundir el stop motion, exponer que está ahí“. Espero que en el futuro se cree una industria del stop motion. Por que Es un medio bien accessible ya que para hacer este tipo de arte “lo que se necesita en esencia es una cámara digital y creatividad“. Por lo pronto, la agenda de Rivera está cargada. De hecho, hoy abre su primera exposición individual titulada ¨Fábulas de la Selección Artificial¨ y será presentada en la Galería Francisco Oller a partir de las siete de la noche. La exposición coordinada y curada por Amanda Zulima Alonso, estudiante graduada de la Maestría en Gestión y Administración Cultural de la UPR, parte de una propuesta de gestión cultural colectiva que intenta rescatar la Galería Francisco Oller como plataforma artística multidisciplinaria en el circuito cultural del país. En la exhibición Rivera combina la escultura, fotografía, animación ¨stop motion¨, grabado y relieve. Con esto da vida a criaturas que aunque parecen venir de lo salvaje y natural nos confrontan con lo civilizado y tecnológico.